Por Europa Press
28 de julio de 2025El origen de algunas enfermedades neuropsiquiátricas, como el autismo, el trastorno bipolar o la depresión, y de determinadas patologías neurodegenerativas, como el alzhéimer y el párkinson, se puede encontrar en alteraciones en estados muy iniciales de la formación del cerebro en el feto, según un estudio del Instituto de Investigación del Hospital del Mar de Barcelona y la Universidad de Yale (Estados Unidos).
El investigador y coordinador del grupo de investigación en Neurogenómica del centro barcelonés, Gabriel Santpere, ha afirmado que el trabajo se ha centrado “en buscar el origen de las enfermedades mentales en las etapas más tempranas del desarrollo fetal, especialmente en las células madre del cerebro”.
Para el trabajo, que se ha publicado en Nature Communications, los expertos han contado con un listado de cerca de 3.000 genes vinculados con enfermedades neuropsiquiátricas, patologías neurodegenerativas y malformaciones corticales, y han simulado el efecto de su alteración en las células involucradas en el desarrollo del cerebro.
Los resultados indican que muchos de estos genes ya son funcionales durante las fases iniciales del desarrollo fetal en las células madre, creando las neuronas y sus estructuras de apoyo, y que sus alteraciones pueden afectar al desarrollo cerebral y favorecer trastornos mentales más adelante.
Los investigadores han combinado múltiples datos de cerebros humanos y de ratones, así como de modelos celulares in vitro.
Durante el estudio, los investigadores han podido simular redes de regulación específicas de cada tipo de célula involucrado en el desarrollo del cerebro, para ver cómo la activación o desactivación de los genes analizados y vinculados a diversas enfermedades cerebrales afectaban a las células progenitores en sus estudios.
De esta forma, pudieron observar el peso del papel de cada uno de ellos en la aparición de las alteraciones que dan origen a diversas enfermedades como la microcefalia y la hidrocefalia en el autismo, la depresión, el trastorno bipolar, la anorexia o la esquizofrenia, pero también el alzhéimer y el párkinson.
El investigador del Instituto de Investigación del Hospital del Mar, Xoel Mato-Blanco, ha afirmado que el trabajo identifica “ventanas temporales y tipos celulares” donde la acción de estos genes es más relevante, de forma que indica cuándo y a dónde se tiene que atacar su función.