Por Virginia Delgado
31 de marzo de 2025El melanoma cutáneo es la forma más agresiva de cáncer de piel y puede ser mortal. Se caracteriza por sufrir una gran cantidad de mutaciones, algunas de las cuales no son reconocidas como una amenaza. Esto hace que nuestro sistema inmunitario no las ataque y que muchos pacientes no respondan a las inmunoterapias actuales.
En los últimos años, la oncología ha tenido como reto comprender por qué ocurre esto y ahora el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) tiene la respuesta. Su Grupo de Melanoma, liderado por Marisol Soengas, ha descubierto la razón por la que los melanomas y otros tumores agresivos esquivan y se hacen invisibles al sistema inmunitario.
Tras realizar estudios en células, ratones y más de 150 bases de datos de pacientes, el equipo de investigadores ha descubierto que es una proteína la que reduce las células dendríticas, que son las que reconocen los tumores y se encargan de regular la respuesta inmune. Esta proteína, llamada Midkine, además, es capaz de reprogramarlas para que cambien su función, de forma que favorezcan el desarrollo tumoral. “En este trabajo encontramos que Midkine actúa como escudo y acelerador al mismo tiempo; previene el reconocimiento y la eliminación de las células tumorales y, además, facilita de forma activa que las células malignas progresen y se diseminen”, ha explicado Soengas.
La investigadora también ha recalcado que lo más relevante del trabajo, publicado en Nature Cancer, es que se ha logrado comprender cómo, a través de Midkine, el melanoma no sólo “apaga o deja frío al sistema inmunitario”, sino que lo pervierte a su favor, contribuyendo de forma activa a que se disemine. “Lo hace desde una fase muy temprana y, además, a escala de todo el organismo. Esto complica el desarrollo de nuevas terapias”, ha manifestado.
Desde el CNIO han explicado que, una vez hicieron este descubrimiento, los investigadores del Grupo de Melanoma se centraron a analizar el impacto en tratamientos. Así, demostraron en modelos animales que, al impedir la acción de Midkine, se mejora la eficacia de vacunas dirigidas a células dendríticas. Además, vieron que, al evitar que la proteína actúe, se facilita la acción terapéutica de una de las formas más usuales de la inmunoterapia, los llamados inhibidores de punto de control inmunitario.
Los investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas también analizaron datos de grandes cohortes de pacientes y encontraron una firma génica asociada a Midkine en células dendríticas que correlaciona con peor pronóstico. Este hallazgo trasciende al melanoma, ya que se observaron efectos similares en cánceres de pulmón, mama, endometrio, glándula suprarrenal y mesotelioma, entre otros. “Nuestros resultados sugieren que la inhibición de esta proteína podría reactivar las células dendríticas y mejorar las terapias contra distintos tipos tumorales agresivos”, ha explicado Soengas.