Por Virginia Delgado, Pedro Gargantilla, director médico de Medicina Responsable
13 de diciembre de 2024La carne roja (de vaca, cerdo, cordero y caballo) es una fuente importante de proteínas y otros nutrientes. Sin embargo, consumirla en grandes cantidades puede tener consecuencias negativas para la salud. La relación de su ingesta con el aumento del riesgo de cáncer es un tema que ha generado un amplio debate en la comunidad científica y en la opinión pública.
En 2015, la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) clasificó a a las carnes rojas como “probablemente carcinógeno para los humanos” y a las procesadas (jamón, bacon, salchichas y carnes enlatadas) como “carcinógeno para los humanos”. Cuatro años más tarde, en 2019, la revista "Annals of Internal Medicine" publicó un estudio que indicaba que, por cada porción adicional de 100 gramos de carne roja consumida al día, el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal aumentaba en un 18%.
¿Cuánto es consumir “demasiado”? No existe un consenso absoluto sobre la cantidad exacta de carne roja que se puede consumir sin aumentar significativamente el riesgo de cáncer. Las recomendaciones generales sugieren limitar su consumo y evitar el de las procesadas.
No obstante, el cáncer no es la única enfermedad que pueden sufrir las personas que abusen de estos alimentos. Su alto nivel de grasas saturadas contribuye al desarrollo de colesterol LDL, enfermedades cardiovasculares, hipertensión y diabetes. Por ello, además de restringir su ingesta, se recomienda sustituirla por productos de origen vegetal. “Integrar fuentes de proteínas vegetales puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades crónicas, mejorar la gestión del peso y sostener la salud cardiovascular”, ha explicado el chef Álex Pirla.
Esta afirmación ha llevado a este profesional de la cocina a apostar por productos como la carne vegetal, que produce la compañía Heura. Pirla ha colaborado con sus fundadores en la creación de alimentos “sucesores” de la carne animal a partir de legumbres, una proteína a menudo relegada de nuestras dietas y consumida por debajo de las recomendaciones dietéticas. “Elaboramos productos que tienen las mismas texturas y sabores que la carne, pero que son mejores para la salud y el planeta. Aquellos que optan por consumirlos desean disfrutar de la experiencia de comer carne, pero sin comprometer su salud cardiovascular”, ha manifestado el chef.
Este alimento no se ha lanzado al mercado exclusivamente para veganos, vegetarianos o flexitarianos. “Con esta propuesta de dieta vegetal, los que consumen carne a diario siguen disfrutando de su alimento favorito con una dieta más equilibrada y variada. Al final, lo importante es comprender su valor nutricional y el impacto que tienen en nuestro metabolismo”, ha añadido Álex Pirla.
Invertir en una alimentación saludable no solo mejora la calidad de vida de las personas, también representa un ahorro significativo a largo plazo, como ha subrayado Pirla. “Cada euro invertido en la reducción de dietas no saludables genera un retorno de más de 12 euros en ahorro de tratamientos para enfermedades prevenibles. No podemos seguir ignorando estos riesgos ni sus costes”.