Por Pedro Martínez
3 de diciembre de 2024Las personas con patologías preexistentes pueden ver agravadas sus síntomas a causa de las bajas temperaturas. Las enfermedades cardiovasculares y las respiratorias suelen ser las que más se ven empeoradas por el frío.
Varios estudios demuestran la existencia de una relación entre las bajas temperaturas y un aumento de la mortalidad, entre ellos, el recogido por el Hospital Clínico de Barcelona revela un incremento del 25% en la mortalidad en la población mayor de 65 años en los días de más frío
Cuando llegan las bajas temperaturas, el cuerpo humano tiene como objetivo mantener la temperatura corporal alrededor de los 37 grados, para ello, lleva a cabo una serie de adaptaciones fisiológicas que pueden relacionarse con el empeoramiento de patologías cardiovasculares, como las cardiopatías isquémicas, patología resultante de la ateroesclerosis, o incluso, resultar en infartos.
Uno de estos cambios que experimenta el cuerpo es el aumento de variables como la presión arterial, la frecuencia cardíaca, la viscosidad sanguínea o el tono simpático, encargado de mantener cerrados los vasos sanguíneos en una situación normal. Ante estos aumentos, el cuerpo entra en una situación de estrés, llegando a necesitar más oxígeno de lo normal, lo que puede provocar graves problemas para la salud en personas con antecedentes cardiovasculares.
Por otro lado, el frío actúa como un debilitador del sistema inmunológico en las enfermedades respiratorias crónicas, como el asma o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Cuando las temperaturas bajan, es común reunirse en espacios cerrados, donde es más factible la propagación de virus como el de la gripe, especialmente preocupante en los pacientes con enfermedades respiratorias crónicas. Otro de los efectos del frio es la irritación de las vías respiratorias, llegando a provocar tos y dificultad para respirar, lo cual es aún más peligroso para los pacientes con este tipo de diagnóstico. Para evitar esta situación es conveniente cubrir la nariz y boca con bufandas, además de, si se ha sido recetado con ello, llevar a mano los medicamentos necesarios para mitigar la dificultad para respirar.
Además de enfermedades ya descritas, el frío llega a generar otra serie de patologías en nuestro cuerpo.
La aparición de sabañones, inflamaciones dolorosas en los vasos sanguíneos, está únicamente ligada al frío y a la humedad. Esta patología suele afectar más a las mujeres y a los niños, debido a su piel más débil, provocando enrojecimiento, picazón, y en los casos más extremos, la manifestación de ampollas.
Otra de las patologías que se relacionan de manera directa con las bajas temperaturas es la urticaria al frío. Esta enfermedad es una reacción alérgica que genera ronchas, picazón, llegando a producir dificultades respiratorias al exponerse a las bajas temperaturas. Para evitar la urticaria al frío, se recomienda evitar los cambios bruscos de temperatura, además de evitar el contacto con superficies frías.
La psoriasis, es una enfermedad que implica la inflamación de la piel. Sus síntomas empeoran en la época invernal debido a la sequedad del aire, la poca exposición al sol y las bajas temperaturas. Para evitar estos síntomas, es conveniente mantener la piel constantemente hidratada con cremas emolientes.