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César Pascual: “En Cantabria estamos atendiendo al 70% de los pacientes en 24 horas y al 30% en 48”

El consejero de Salud de Cantabria hace balance de este curso político y habla de los retos a los que se enfrentará a partir de septiembre.

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César Pascual: “En Cantabria estamos atendiendo al 70% de los pacientes en 24 horas y al 30% en 48”
César Pascual, consejero de Salud de Cantabria.

Por Nuria Cordón

8 de agosto de 2025

Acaba de cerrar un curso político marcado, entre otras acciones, por la ley de Salud Digital presentada el pasado mes de julio que, según sus propias palabras, supone “una ruptura con el pasado, un ecosistema sanitario donde la tecnología no sólo apoya al profesional, sino que redefine el propio concepto de salud en un nuevo orden sanitario". El consejero de Salud de Cantabria, César Pascual, hace balance de este curso político y habla de los retos a los que se enfrentará a partir de septiembre. ¿El más importante? El presupuesto del año que viene, la financiación autonómica, que, según sus palabras, “no sabemos cuál va a ser”. Aun así, es optimista y trabajará por seguir mejorando las condiciones de los sanitarios y la atención de los ciudadanos de Cantabria.

El pasado mes de julio presentaron en Madrid la Ley de Salud Digital, pionera en España. ¿Qué tiene de novedad con respecto a otras?

Es un proyecto pionero que llevábamos en el programa electoral. No ha sido una ocurrencia sobre la marcha, sino que ya teníamos claro que lo queríamos hacer. Y queríamos que, además, fuera pionero, que fuera por delante, porque veíamos que había una ausencia de legislación en este sentido y eso condicionaba una desprotección.

Es pionero porque no hay nada similar en España y, en Europa, no se regula como nosotros regulamos la salud digital, mediante un proyecto integral que incluye tanto inteligencia artificial, como big data, como medicina con dispositivos móviles… todo. Aspiramos a ser los primeros para generar tendencia y evitar inercias autonómicas que pudieran ser restrictivas.

Queríamos también que la ley fuera flexible; somos conscientes de que el mundo de los datos sanitarios y la inteligencia artificial está por venir. Estamos solo en el comienzo y no queríamos hacer una ley que encorsetara.

En este contexto, la hemos dotado de una serie de comités que van a permitir, sin necesidad de cambiar la normativa vigente, que se vaya actualizando en base a los avances científicos. Además, hemos hecho una cosa muy importante: apostar por la “pseudonimización”. ¿Qué significa esto? En la ley de protección de datos, una de las formas que tenemos para proteger los datos es anonimizar, es decir, que no se puedan reconocer. Pero esto presenta problemas. Por ejemplo, es irreversible. Una vez que tienes los datos anónimos, ya no sabes de quién son y, por tanto, no es apta para investigación en estudios prospectivos. Nuestro proyecto apuesta por la pseudonimización, que no quiere decir que no anonimicemos, lo que hacemos es crear un comité independiente que va a autorizar o no que se puedan volver a recuperar los datos.

Por ejemplo, cuando hay un estudio de un investigador que necesita, por alguna razón, ciertos datos, ese comité independiente dirá si es posible recuperarlos o consideran que no está suficientemente justificado. Pero nunca va a quedar en manos ni del investigador ni de la Administración. Esto es muy importante porque para proteger los derechos de los pacientes no podemos dejarlo en manos de cualquiera.

En definitiva, lo que queremos es que el dato que tiene un uso primario, es decir, el dato clínico, el que te preguntan para resolver tu enfermedad, que tenga también un uso secundario para investigación. Queremos que sirva para las dos cosas. Esto redundará en un tratamiento más apropiado para el paciente.

Una de las novedades de la ley es la protección de los datos cerebrales. ¿En qué consiste? 

Hay un hecho evidente y es que la Inteligencia Artificial ya ha llegado. Por un lado, lo que queremos es que se informe al paciente de cuándo se va a utilizar IA. Por ejemplo, cuando un médico va a hacer el diagnóstico utilizando este tipo de herramientas, que se lo diga al paciente. Y es que, al utilizar IA estamos volcando los datos en ese programa, por lo que la ley prevé que haya consentimiento informado del paciente.

Por otro lado, están las neuro tecnologías, algo que antes no existía y que permiten interactuar con el sistema nervioso. Por ejemplo, cuando se consigue que alguien, con su pensamiento, ponga en movimiento un robot o que un paciente paralítico pueda andar. Todo esto está haciendo que los datos neuronales pasen a la máquina y eso no está protegido por la actual Ley de Protección de Datos porque era anterior a esto. Nosotros ahora establecemos los derechos mentales de los usuarios, los neuroderechos.  

¿Podemos decir que esta ley es el proyecto estrella de esta legislatura? 

Sí, por lo menos nosotros así lo vemos. Aunque, por supuesto, estamos trabajando en más cosas muy importantes como reducir las listas espera, que nos está costando muchísimo, porque tenemos la mayor de España, pero ya está encarrilada y estamos consiguiendo que baje. Es verdad que estamos todavía por encima de otras comunidades, pero por debajo ya de lo que establece la ley de garantías. Y queremos mejorar. Para ello nos quedan dos años.

También estamos mejorando la atención en primaria. Por ejemplo, en Cantabria no hay vacantes de médicos. Todas las plazas están cubiertas porque hemos mejorado mucho las condiciones laborales. Lo que no tenemos son médicos cuando se van de vacaciones o cuando se cogen la baja.

Hablando de las vacaciones. ¿Cómo se está desarrollando el verano en Cantabria en los centros de salud y hospitales? 

No se está desarrollando mal porque hemos hecho un plan, primero llegando a un acuerdo con los profesionales y luego en los centros pequeños y rurales que atienden a pocos pacientes (8 o 10). Lo que estamos haciendo es que cuando el médico se va de vacaciones y no lo podemos cubrir, dejamos vacío el consultorio y concentramos la actividad en otro centro de salud que ve a 35 pacientes diarios. Hemos puesto un servicio de taxi gratuito la semana en la que el pueblo no tienen consultorio. Desde el mes de mayo se les avisó cuando sus médicos se iban a tomar las vacaciones y no iba van a tener médico una o dos semanas. Ya lo hicimos el año pasado y funcionó bastante bien, primero porque la gente de los pueblos es muy sensata.

También tenemos profesionales que doblan turnos. Nuestro sistema es diferente al que tienen otras comunidades autónomas. En atención primaria se trabaja de 8 a 15 horas, nada más, de lunes a viernes, y por las tardes entra en funcionamiento el servicio de urgencias. Pero la urgencia es distinta. Son equipos distintos, profesionales que solo hacen urgencias y que ven a muy poca gente. Ellos se ofrecen voluntarios para ofrecer servicio también por la mañana. Gracias a esto estamos cubriendo bastante bien el servicio. Yo diría, incluso, muy bien comparado con otras comunidades autónomas porque estamos atendiendo al 70% de los pacientes en 24 horas y al 30% en 48.

Cantabria ha hecho los deberes…

No tenemos que cubrir plazas de difícil cobertura porque, como he dicho, no tenemos vacantes. Y, aun así, nosotros hemos creado 37 plazas de médicos sin cupo para reforzar los sitios más complicados. En Cantabria los médicos tienen un máximo de 35 pacientes por agenda. Y se cumple a rajatabla, es decir, en el paciente 36 abrimos una nueva agenda que cubre uno de estos médicos sin cupo. De todas formas, la media regional está en unos 20-22, aunque es verdad que hay centros que tienen muchos pacientes. Estos centros que abrimos se llaman de absorción de la demanda y son cubiertos por un médico de refuerzo.

Luego están las zonas turísticas. En Cantabria hemos conseguido atraer a los médicos para que vengan de refuerzo porque nuestras condiciones son muy buenas. No te voy a decir lo que ganan los médicos, pero solo te digo que el País Vasco dice que le hemos hecho una opa hostil con los salarios que pagamos.

De hecho, se habla mucho de la guerra que hay entre comunidades para robaros profesionales...

No es robar, es poner incentivos adaptados a las condiciones. Cantabria es una comunidad pequeña, con 5.000 km². Tenemos 28 puertos de montaña y no es lo mismo trabajar en un pueblo que tiene más de 1.000 habitantes que en un pueblo que tiene 80 y un montón de casas distribuidas por el monte, donde te tienes que pasar el día conduciendo en visita domiciliaria con población muy mayor (tenemos la tasa de natalidad más baja de Europa). Las condiciones de ese trabajo entendemos que hay que pagarlas. No tenemos café para todos, pero, por ejemplo, para venir a Santander no tengo ningún problema, todo el mundo quiere venir. Pero para ir a cubrir esos pueblos tengo que poner incentivos. Y uno de ellos es económico, obviamente.

Aun así, sigue habiendo un problema de falta de médicos muy importante en España. ¿Se está poniendo una solución a esto a nivel nacional?

No, porque no estamos creando suficientes plazas de formación. Se está hablando mucho, pero no se está haciendo. Ahora habría que estar creando muchas más plazas de Atención Primaria porque la situación está cambiando. Nosotros tenemos un plan de salud digital dotado con 100 millones de euros donde vamos a poner un foco muy especial en la atención rural. Porque los médicos jóvenes que vienen son tecnólogos y, por tanto, hay que adaptar los consultorios a las nuevas tecnologías. Si a esos jóvenes les mando con un fonendo al pueblo no van a querer ir.

También tenemos que adaptar nuestros recursos a trabajar en red, a no trabajar solo en un consultorio, darles la posibilidad de algún día bajar a trabajar al centro de salud o, como hacemos con los hospitales comarcales, que están cuatro días en el hospital comarcal y un quinto en Valdecilla, para que no pierdan su desarrollo profesional. Tenemos que ir jugando con medidas imaginativas para atraer a los jóvenes, porque hacen otra medicina, no es la medicina que se hacía hace 25 años. Y eso sí lo estamos trabajando, pero la creación de plazas no, ya que no es competencia nuestra, es competencia del Ministerio de Universidades. Del Ministerio de Sanidad es el tema de los especialistas, especialistas que pagamos nosotros, y aun así pedimos que se creen plazas. El Ministerio tiene que modificar los criterios y, si no lo hace, yo no puedo crear más plazas.

Este año, por primera vez después de cuatro, parece que se han cubierto todas las plazas MIR…

Porque nos hicieron caso y quitaron la nota de corte. Llevábamos años pidiéndolo. Si tenemos déficit de profesionales, ¿por qué ponemos una nota de corte? Si ya han aprobado Medicina. No tenía ningún sentido. Y se ha demostrado cuando se ha quitado. Creo que seguimos trabajando con una Administración muy burocrática, muy anclada en el pasado, que le cuesta mucho modernizarse y tomar iniciativas distintas. Ahí hay un hándicap tremendo.

La semana pasada tuvo lugar la Comisión de Recursos Humanos con la ministra y, como suele ser habitual, casi todas comunidades salisteis muy enfadadas. ¿Por qué? 

Casi todas no, todas, incluidas las del Partido Socialista y las independentistas. Hemos dicho que no son formas. No puede convocarnos a una reunión para hablarnos de un documento (del Estatuto Marco) y el día anterior dar una rueda de prensa diciendo que se ha reunido con los sindicatos y en septiembre tendremos otro documento. ¿Para qué me hace venir, ministra? Si usted misma ha anunciado que septiembre va a tener otro documento. Ese era nuestro enfado.

Un 30 de julio en el que todos estamos cerrando, fuimos a Madrid a trabajar, porque nos pidió que fuera presencial, y fuimos, pero pensando que nos iba a ofrecer otra cosa, algo que pudiéramos discutir. Por ejemplo, la financiación del estatuto, porque nosotros pensábamos que iría el Ministerio de Hacienda con ella para decir quién va a financiar eso. Por ejemplo, propone las guardias de 17 horas, y ahora tengo yo que ir a decir que el acuerdo sindical por el cual se trabaja de 8 a 15 horas de lunes a viernes, lo rompo y van ustedes a trabajar a turnos y la guardia va a ser de 17 horas. Yo, la comunidad autónoma. No, hágalo usted con la modificación, pero no me lo traslade a mí, porque es el ministerio el que firmó ese acuerdo sindical de horarios. Esto es poner la medida y lavarse las manos.

En cuanto a la incompatibilidad de los jefes de servicio con la privada (también incluido en el Estatuto Marco), hará que nos quedemos sin jefes de servicio. Ya nos cuesta mucho buscar a estos profesionales, si encima les ponemos pegas, nos quedaremos sin jefes de servicio buenos y tendremos que tirar de mediocres. Además, la incompatibilidad de la privada con la pública ya existe. Pero para tratar a los propios pacientes. Eso ya existe. Pero que traten pacientes de otro hospital ¿qué problema hay? Creo que lo que están haciendo es poner un componente ideológico que va a ser inviable porque no hay presupuesto y porque no tenemos profesionales para contratar.

Otra de las situaciones que se están viviendo tras estas reuniones es que la ministra habla de consenso con todas las comunidades autónomas, pero luego os mostráis en desacuerdo.

Es que llevar un documento a las reuniones y que pase sin pena ni gloria no quiere decir que haya consenso. Por ejemplo, con el estatuto, hemos quedado en trazar una hoja de ruta en septiembre. Pero todos hemos estado de acuerdo en que tal y como está es una porquería. Ella: "Estamos muy contentos porque tenemos una hoja de ruta". Sí, pero no es para este estatuto, es para empezar a hacerlo en condiciones.

Si nos salimos de la reunión, como hizo un compañero, ya tiene rueda de prensa diciendo que nos vamos y que no queremos dialogar. Y si nos quedamos va a salir diciendo que hay consenso. Ella siempre gana. Pero no dice la verdad. Ese estatuto no se lo va a aprobar ningún consejero. De hecho, la consejera de Cataluña dijo que eso no lo iba a aprobar ningún grupo político catalán. Así que ¿qué apoyos va a tener en el Parlamento para sacar adelante la ley?

Ella trabaja con su mecanismo mediático e ideológico y lo único que plantean es ideología, no han aprobado nada. Todo lo que han propuesto, las leyes, no ha salido ninguna. Habla mucho de la ley de universalidad, de la gestión pública, pero ¿dónde está? ¿Dónde está el proyecto?

Yo me llevo personalmente muy bien con ella, porque la conocí en Madrid cuando era portavoz de Podemos. Y se lo digo, que hay cosas que no vamos a poder consensuar nunca, pero trabajemos en el disenso, en buscar una línea de entendimiento porque es nuestra obligación, la mía como consejero y la suya como ministra. Aquí no representamos a partidos.

¿Cómo se presenta el próximo curso para la Consejería de Sanidad de Cantabria?

El primer reto que tenemos es el presupuesto del año que viene, porque tenemos un serio problema, la financiación autonómica, no sabemos cuál va a ser. No sabemos cómo nos va a impactar lo que han firmado con Cataluña. El Ministerio ha anunciado un incremento de 7,8 puntos, pero es mentira, porque ha puesto un techo de gasto de 3,1. Me da el 7,8 y solo me puedo gastar el 3,1. ¿Y el resto qué quiere, que quite deuda? Yo no tengo. La gran preocupación es ahora financiar porque todo cada vez cuesta más dinero, cada vez hay que financiar más y yo soy la consejería que más gasta de este gobierno.

Si esto sigue creciendo y en la financiación estatal me ponen un techo de gasto, no me da para financiar el gasto corriente. Luego ese es el gran reto ahora, conseguir un presupuesto para el año que viene. Presupuesto que sea lo más realista posible y que nos permita trabajar. Después, por supuesto, tenemos como reto sacar adelante la ley de salud pública.

Viene una temporada muy emocionante.

 



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