Por Lucía de Mingo
7 de julio de 2023El cáncer no espera, pero sus pacientes sí. En España, las terapias CAR-T no llegan a los pacientes oncológicos. Esto pone en peligro su vida, dado que, en muchas ocasiones, es el único tratamiento que les podría dar una segunda oportunidad. Motivo de ello, la Fundación CRIS contra el cáncer ha alertado al Gobierno sobre la necesidad de que financie estas terapias. No hay que perder de vista que, en la actualidad, según indican, España es el único país de la Unión Europea que no las financia. “Sentimos impotencia al ver que pacientes, que hoy podrían salvar su vida con estos nuevos tratamientos que ya están aprobados en el resto de los países europeos, se les niegue por no estar aprobados por la agencia española. No podemos quedarnos de brazos cruzados cuando ya la investigación ha conseguido terapias que pueden salvarles la vida”, asegura Marta Cardona, directora general de la Fundación CRIS contra el cáncer.
Las innovaciones terapéuticas realizadas durante la última década han cambiado la manera de comprender la enfermedad y están dando grandes resultados en tipos de cáncer contra los que, hasta hace poco, no había nada que hacer. Sin embargo, buena parte de esta innovación no está llegando a España o, si lo hace, lo hace con mucho tiempo de retraso respecto a otros países de nuestro entorno. Esta demora en la financiación está teniendo un impacto directo en la salud de los pacientes.
Según un informe elaborado por la Federación Europea de la Industria Farmacéutica, en España, los pacientes esperan una media de 629 días para acceder a terapias innovadoras, una cifra que casi cuadruplica lo establecido por la legislación actual, 180 días. Si ponemos el foco en la media europea, oscila en los 517 días de espera. En este aspecto, países de nuestro entorno como Alemania (128), Dinamarca (191) o Suiza (249) cuentan con mejores resultados, mientras que en el top tres de países europeos con más días de espera se colocan Rumania (918), Polonia (827) y Bulgaria (705). Con respecto a la disponibilidad de medicamentos oncológicos, nuestro país tampoco sale bien parado, dado que tienen una disponibilidad del 57%, una cifra notablemente menor teniendo en cuenta que las novedades oncológicas disponibles en Alemania, Italia, Inglaterra o Francia manejan unos porcentajes del 98%, 83%, 76% y 72%, respectivamente.
Los beneficios de las terapias CAR-T son innegables. Estas innovadoras terapias consisten en extraer células del sistema inmunitario de los pacientes (generalmente linfocitos T), y modificarlas para que, una vez infundidos de nuevo en el paciente, identifiquen y destruyan a las células tumorales. Han supuesto una auténtica revolución en el tratamiento de numerosos tipos de cáncer, especialmente de las diferentes células sanguíneas. De hecho, ya se han aprobado y están disponibles para múltiples indicaciones como el mieloma múltiple, el linfoma difuso, la leucemia linfoblástica aguda o el linfoma de células del manto. No obstante, estos pacientes esperan de media más de un año para poder acceder a este tratamiento que cuenta una efectividad y seguridad mayor. “Actualmente, nos encontramos en un momento en el que la ciencia avanza a pasos agigantados en favor de la salud de las personas, pero el acceso a las innovaciones que desarrolla está condicionado en función del país en el que residas”, señala el doctor Antonio Pérez, director de la Unidad CRIS de Investigación de Terapias Avanzadas del Hospital Universitario de La Paz.
Las terapias CAR-T también han demostrado su efectividad en muchas otras enfermedades graves, pero aún no se encuentran dentro del Sistema Nacional de Salud (SNS). A pesar de que hace un año la ex ministra de Sanidad, Carolina Darias, designó nuevos centros CAR-T ante la inminente llegada de estas indicaciones, la financiación sigue siendo un obstáculo para su implementación.
El doctor Joaquín Martínez, director científico de la Fundación CRIS contra el cáncer, indica que es de vital importancia que se aprueben los fármacos para cánceres de la sangre de forma más ágil y rápida. “El reto del futuro nuevo Gobierno está, por tanto, en mejorar y facilitar el acceso a nuevos fármacos, para lo que es necesario que los trámites burocráticos se reduzcan y, también, garantizar el acceso a todos aquellos pacientes que tengan indicación para recibir estas terapias. No podemos olvidar que el tiempo es un factor fundamental, algunos pacientes no lo tienen y no pueden llegar a ser tratados”, asegura.