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Cómo cuidar la piel y el cabello en verano

En esta época del año, el sol, el cloro y la sal del mar pueden dañar nuestro cabello y nuestra piel, por lo que la prevención es clave para que se mantengan sanos

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Cómo cuidar la piel y el cabello en verano
Unsplash

Por Julia Porras

1 de agosto de 2023

Verano es sinónimo de descanso y vacaciones, pero sobre todo de sol, playa y piscina. Por un lado, aporta beneficios como la mejora del estado de ánimo y de los niveles de estrés, pero, por otro, la luz solar, la sal del agua de la playa y el cloro de la piscina pueden llegar a dañar la piel y el cabello. Para mantenerlos sanos e hidratados, es importante seguir una serie de consejos básicos y sencillos.

Los efectos beneficiosos del sol son muchos;  por ejemplo, contribuye a que el organismo produzca más vitamina D.  Sin embargo, la luz ultravioleta del sol puede causar daños en la piel, ya que interactúa con las células cutáneas y genera radicales libres, es decir, moléculas de oxígeno que se liberan en el organismo de forma natural pero que, en exceso, son los causantes de las lesiones cutáneas (manchas, arrugas...) y del envejecimiento de las células. 

El organismo es capaz de neutralizar cierto número de radicales libres para que no causen daño, pero, si hay demasiados por el efecto del sol, será necesario ayudar al cuerpo a eliminarlos con antioxidantes, sustancias naturales que previenen y retrasan el envejecimiento.

En primer lugar, es básico el uso de fotoprotectores que crean una barrera protectora entre la piel y los rayos ultravioleta del sol. La mayoría de estos productos tienen filtros minerales que reflejan la luz ultravioleta y filtros químicos que absorben la luz para que la piel no sufra daño. La radiación solar traspasa también las nubes, por lo que debemos protegernos incluso aunque no haga sol. Además, hay que tener en cuenta que el agua, el roce de la ropa, el sudor o la arena reducen la efectividad de la crema solar. Por eso, se debe reaplicar con frecuencia (cada 2 horas, más o menos) y siempre después del baño, en cuerpo y rostro.

Para después de la exposición es muy importante “utilizar una crema hidratante adecuada e incluso sustituir esa crema por un aftersun, productos diseñados para hidratar en profundidad, calmar y regenerar la piel tras la exposición al sol”, explica Lidia López consejera de belleza en Nutritienda.com. También es importante exfoliar la piel una vez a la semana para eliminar las células muertas y facilitar que la epidermis se regenere. Otro producto estrella son las mascarillas faciales. “Existen multitud de opciones para tratar en profundidad cada problema que presenta la piel, en este caso, después del verano, podemos optar por mascarillas nutritivas y revitalizantes para recuperar la luminosidad de nuestro cutis”.

El cabello también sufre en verano por culpa del sol, el cloro o la sal marina, por ello, es importante hidratarlo profundamente con productos específicos para ello, acondicionadores, mascarillas o tratamientos que ayuden a restaurar la humedad de la melena. “Si no fuera suficiente, lo mejor es sanear el pelo cortándolo tanto como lo necesites a la vuelta de vacaciones”, explica la experta. También es muy positivo lavar y enjuagar bien el pelo y “dejarlo secar al aire, porque las temperaturas invitan a ello, y así evitamos el calor excesivo de un secador o plancha”.

En definitiva, el secreto está en la prevención. “Cuidando la piel y el cabello durante las vacaciones llegarás al final del verano con un aspecto mucho más saludable”, asegura López.

Cuidado con el cloro

El cloro es un elemento químico que se utiliza para desinfectar y purificar el agua de las piscinas. Su función es acabar con virus, bacterias y otros parásitos. Si se añade en las cantidades adecuadas a la piscina, no supone un riesgo para las personas, pero aun así afecta a la piel resecándola y deshidratándola. “A veces salen ronchas rojas en la cara tras un baño prolongado, a causa del cloro, o porque la piel reacciona ante mucha cantidad de este compuesto, en ese caso lo mejor es aclarar con agua la cara y aplicarnos alguna crema o compresa fría que contenga aloe vera”, puntualiza López.

El agua marina

El agua del mar es rica en cloruro de sodio y otros elementos químicos, como el magnesio, el potasio o el calcio. Por eso, tiene efectos antiinflamatorios y bactericidas que ayudan a cicatrizar y curar pequeños cortes y heridas. Además, la sal actúa como un exfoliante suave, similar a un peeling superficial: elimina las células muertas y las impurezas que se acumulan en la piel. Ese efecto exfoliante es beneficioso para tratar ciertas enfermedades cutáneas, como la psoriasis. No obstante, la sal que hay en el agua también puede irritar la piel y las zonas con mucosas (como la nariz o la boca), al tiempo que la reseca y la deshidrata. Por ello, es necesario reforzar la hidratación después del baño. “Tras un día en la playa es importante ducharse para retirar el exceso de sal de la piel y, después, hidratarse con productos adecuados que la regeneren y la calmen”, dice López. Además, a la vuelta de vacaciones es importante añadir a nuestra rutina de cuidados productos con antioxidantes, como por ejemplo la vitamina C o la coenzima Q10, que contribuyen a la regeneración de la piel, mejoran su elasticidad y su firmeza”.



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