Por Sergio Díaz
16 de septiembre de 2024Una investigación publicada en Science Advances, ha revelado que existe correlación entre tener un alto índice de masa corporal (IMC) durante la infancia y el desarrollo de esquizofrenia en la edad adulta. Sin embargo, este estudio asegura que tener un IMC más alto en la edad adulta podría estar relacionado con un menor riesgo de esquizofrenia y trastorno obsesivo-compulsivo.
Tener sobrepeso se ha relacionado con tener mayor probabilidad de desarrollar diversos problemas de salud tanto físicos como mentales. Durante años, los científicos han afirmado que esta correlación no ocurre de forma aislada, ya que intervienen diversos factores socioeconómicos complejos. A pesar de ello, los estudios suelen centrarse en los efectos de un IMC alto en la adultez, dejando en gran medida sin explorar el vínculo entre el IMC elevado en la infancia y la salud mental en la vida adulta, especialmente en lo que respecta a trastornos psiquiátricos graves como la esquizofrenia.
Los investigadores del Hospital Wuhan Fourth y del Hospital Infantil de Beijing, en colaboración con el Consorcio de Genómica Psiquiátrica, el estudio FinnGen e investigadores de la OMS emplearon simulaciones de experimentos controlados aleatorios y datos genéticos para investigar la relación entre el IMC en la infancia y una serie de trastornos mentales, incluyendo esquizofrenia, trastorno de ansiedad, depresión mayor, TOC y la enfermedad neurodegenerativa de Alzheimer.
Los resultados de este estudio desvelaron que disponer de un alto IMC infantil supone tener mayor riesgo de esquizofrenia en la edad adulta, Pero, sorprendentemente, un IMC elevado en la edad adulta se relacionaba con un menor riesgo tanto de esquizofrenia como de TOC. Los científicos aseguran que podrían sucederse alteraciones en la estructura cerebral inducidas por la obesidad durante una etapa crítica del desarrollo neurológico.
Mariano Gutiérrez, profesor titular de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad de Málaga, advierte en declaraciones para Science Advances que “la traslación de los resultados de este estudio a la práctica presenta una dualidad que hay que tener en cuenta. Por un lado, el hecho de que un mayor IMC en la infancia se relacione con un mayor riesgo de esquizofrenia en la edad adulta incrementa las ya fuertes evidencias científicas sobre los beneficios de un control del IMC en la infancia. Sin embargo, el hecho de que un mayor IMC en la edad adulta se relacione con un menor riesgo de esquizofrenia y de trastorno obsesivo-compulsivo no tendría una aplicación clínica, ya que dicho aumento de IMC implicaría un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, entre otras patologías”, confirmó Gutiérrez.
El estadístico Erik Cobo, de la Universitat Politècnica de Cataluña cree que es muy importante tratar estos resultados con cautela. Asegura que este estudio ofrece una idea inicial, pero requiere una confirmación adicional a través de métodos reproducibles y replicación en nuevos datos.
El estudio resalta la importancia de controlar el sobrepeso durante la infancia para mantener un equilibrio en la salud mental a largo plazo, pero también subraya la necesidad de tener prudencia a la hora de interpretar los resultados y aplicarlos en la práctica clínica.