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Cómo proteger la piel de los primeros rayos del sol

Tras el invierno, la piel no está preparada para una exposición al sol como la de verano, por lo que la crema solar se hace más importante que nunca

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Cómo proteger la piel de los primeros rayos del sol

Por Clara Arrabal

15 de abril de 2025

Las primeras grandes vacaciones del año ya están aquí: vuelve la Semana Santa y, con ella, las temperaturas cálidas, el buen tiempo (en algunas partes de España) y también los riesgos de quemaduras solares y otros daños cutáneos que no debemos pasar por alto.

Esto se debe a que la piel lleva meses sin estar expuesta a los rayos del sol. “Después de los meses de frío, la piel está más seca y sensible, por lo que necesita tiempo para acostumbrarse a la radiación ultravioleta”, comenta Jenny de la Torre-Aboki, enfermera dermatológica en el Hospital General Universitario Dr. Balmis. Así, aunque la llegada del sol se haya hecho esperar y todos estemos ansiosos por sacar la ropa de verano, no debemos olvidar que la piel también necesita preparación. “Los beneficios del sol son muchísimos, pero también sus riesgos, así que tenemos que tomar precauciones, y más con los primeros rayos de la temporada”, explica.

Una exposición moderada

Todo comienza, como afirma la enfermera, por no exponerse demasiado tiempo al sol de golpe para así “acostumbrar a la piel”, sobre todo entre las 11 de la mañana y las 3 de la tarde, que es cuando “el sol resulta más dañino”.

“En el parque, es mejor sentarse bajo un árbol. En la playa, bajo una sombrilla. En la terraza de una cafetería, bajo un toldo. Hay que recordar que la radiación ultravioleta no solo proviene del cielo”, explica Jenny de la Torre, argumentando que el agua del mar, el hormigón o cualquier otra superficie brillante intensifica los efectos de los rayos.

“La nieve, por ejemplo, es un reflector extremo, pues casi duplica la exposición a los rayos UV, lo cual hace más sensible a la piel para sufrir quemaduras como le ha sucedido al Rey Felipe VI recientemente”, comenta.

Además, afirma que en grandes altitudes como las zonas de montaña aumentan los niveles de UV, por lo que “incluso a la sombra o en la cima de una montaña, en un día nublado, puede que la radiación solar incida sobre nosotros de manera excesiva”.

La ropa, gran aliado

Junto a la sombra, nuestras prendas de vestir pueden ser importantes aliadas, pues, como explica la enfermera, “la ropa es una primera línea de defensa contra la dañina radiación ultravioleta”.

Sin embargo, destaca que no todos los tejidos se han confeccionado de la misma manera. “Cuanto menos firme sean, más rayos UV pueden penetrar. Las sedas y muselinas de gasa no soy muy adecuadas para protegernos del sol; además, es mejor optar por las mangas largas y los pantalones y faldas más largos”, comenta.

Y, por supuesto, el color también influye, ya que los tonos oscuros e intensos como el negro, el azul marino, el rojo o el verde esmeralda proporcionan una mayor protección UV que los tonos pastel o el blanco. 
La experta hace hincapié en la necesidad de cubrirnos la cabeza adecuadamente con sombreros “de ala ancha que tengan como mínimo 7,5 centímetros en toda la circunferencia”, pues así puede dar sombra a la cara, cuello, orejas y parte superior de los hombros.

Cómo darse crema adecuadamente

Jenny de la Torre también destaca la importancia de utilizar el protector solar de manera eficiente pues, según el estudio Percepción y hábitos de salud de la población española en torno a la fotoprotección de CinfaSalud, solo el 2,5% de los españoles se aplica de manera correcta la crema fotoprotectora.

“Antes de aplicar cualquier crema hidratante o protector solar lo primero que tienes que hacer es mantener la piel muy limpia”, advierte la enfermera. Por ello, sería conveniente limpiar la piel a fondo y exfoliarla de forma periódica.

Después, comprobar que el producto esté en buenas condiciones. Para asegurarse de que el bote de crema empezado del verano pasado todavía se puede utilizar, la experta recomienda mirar el símbolo PAO (periodo de vida útil), representado con un pequeño bote abierto y que indica cuánto tiempo puede conservarse el producto tras su apertura.

“Otra opción para calcular la fecha de caducidad de tu protector solar es apuntar el día cuando abras el producto con un rotulador indeleble”, añade. Y termina diciendo: “El truco es aplicar 30 gramos, que son dos cucharadas, de protector solar en las áreas expuestas al sol, 30 minutos antes de salir y repetirlo cada dos horas”. 



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