Por Andrea Martín
7 de febrero de 2024Una vez más un reto viral se ha cobrado la vida de un niño de ocho años. Rhys Millum, un menor de Reino Unido ha perdido la vida tras tragarse diez bolas magnéticas que se juntaron en su intestino y le causaron una perforación en el mismo. Los hechos ocurrieron el pasado año 2022 pero, tras las investigaciones, la justicia inglesa ha alertado del peligro de estas bolas en menores.
Según apuntan medios ingleses, dos días antes de fallecer, Rhys se quejó de un fuerte dolor de tripa. Su madre no dudó en llevarle al hospital donde explicó que su hijo "estaba doblado y gritando" por el dolor, pero no sabía que se había tragado los imanes. En el hospital le diagnosticaron una infección y, tras haber estado un tiempo en observación, lo mandaron de vuelta a su casa.
Ya allí, el menor intentaba comer, pero todo lo vomitaba y perdió el apetito. Finalmente, Rhys le dijo a su padre que “no podía ver”, se sentó y cayó inconsciente. A pesar de los esfuerzos durante casi una hora para reanimarle, el pequeño falleció de una parada cardiaca.
La autopsia posterior reveló la presencia de 10 pequeñas bolas magnéticas, de unos 3 milímetros de diámetro, unidas entre sí que habían perforado el estómago del niño. Éstas habían sido un regalo a Rhys y a su hermano.
Tras la muerte del pequeño, la policía encontró un video de él y de su hermano buscando la manera de ganar seguidores en las redes sociales mediante los retos virales. Por ello, la especulación más probable apunta a que los chicos habían visto videos de el "desafío de perforación" que consistía en simular que se tenía un piercing colocándose un imán por dentro de la boca y otro en la parte posterior para que quedara unido y así crear esta ilusión. Además, su madre explicó al diario “Mail Online”, que ella había visto videos de este desafío, pero su hijo nunca le había comentado la idea de realizarlo.
La forense del caso, Catherine Cundy, ha recordado que, aunque “estas bolas magnéticas son legales y están disponibles” para su compra, espera que “la tragedia de la muerte de Rhys resalte el peligro de tales objetos, especialmente en los niños pequeños”.