Por Andrea Rivero
26 de junio de 2023El verano ha llegado por todo lo alto. El 21 de junio comenzó una de las estaciones del año favoritas para muchas personas y, menos de una semana después, ha llegado a la península la primera gran ola de calor del verano en la que se superarán los 40ºC. Las alertas por altas temperaturas se han extendido a 24 provincias españolas, alcanzando el riesgo extremo en Sevilla y Córdoba, donde la máxima llegará a los 44ºC. Ante esta situación crítica, es importante tener mucho cuidado y seguir una serie de recomendaciones para que el calor no suponga más que un incómodo compañero.
Todos conocemos las recomendaciones básicas a seguir en estos días de calor extremo: agua, sombra y cambios horarios para determinadas actividades. “Estos días de tanto calor hay que intentar evitar las horas extremas, es decir, entre las 12 y las seis de la tarde, tanto en los trabajos como en lo personal; hay que reducir los paseos o la actividad física al aire libre”, explica el doctor Juan Carlos Montalvá, coordinador del Grupo de Trabajo de Urgencias de la Sociedad Española de Médicos de atención Primaria, Semergen.
Evitar estas horas es complicado, así que, en el caso de tener que estar en el exterior cuando más fuerte es el calor, se aconseja “ir siempre con sombrero y con ropa que cubra la piel, para evitar las quemaduras solares. Además, siempre es mejor buscar la sombra y evitar lo máximo posible la exposición solar directa”. Y, por supuesto, la hidratación es un punto que hay que tener muy en cuenta. “Hay que hidratarse más de lo habitual para no llegar a sufrir deshidratación”, añade el doctor Montalvá, que también ha recalcado que las dietas deberían ser más ligeras, comer ensaladas o alimentos asados, ya que no se necesitan tantas calorías.
Cuando el calor aprieta, también hay que tener más cuidado con los niños y los ancianos, ya que son un grupo vulnerable al tener mayor riesgo de sufrir insolación, indica el doctor. “Además, las personas mayores polimedicadas y que siguen algún tratamiento diurético, deben tener más cuidado porque en esta época van a sudar y perder más líquido. Lo mejor es que se mantengan en sitios con una temperatura ambiente de entre 21 y 24 grados, siendo lo ideal 26º”.
Si se siente una fatiga muy potente, mucho calor y presión en la zona del cuello, los ojos y la cabeza y falta de fuerza, quizá estemos sufriendo un golpe de calor. “En esos casos lo fundamental es sacar a la persona de la zona de exposición solar. Si además tiene cefalea, fiebre y la piel roja y seca, sin sudar, habría que acudir inmediatamente a un centro de salud u hospital, ya que esto indica gravedad”. En cualquier caso, lo primordial es solicitar asistencia médica, aunque hay algunas prácticas, como poner a la persona afectada paños de agua fresca, que ayudan hasta que llegue la asistencia sanitaria.
En el caso de deshidratación, existe cierta sintomatología que puede avisar de que la estamos sufriendo. “Lo más claro es la sensación de calor y de aumento de temperatura, incluso tener febrícula. Tener una sed intensa también es un signo de posible deshidratación”, subraya el doctor Montalvá, quien apunta también al dolor articular, el malestar general que no permite caminar, la cefalea y la piel muy caliente, como señales de que nuestra temperatura corporal está aumentando por encima de lo recomendable.
En conclusión, hidratarse es esencial siempre, pero en verano mucho más. El especialista destaca que deberíamos beber varios vasos de agua entre las comidas o zumos naturales y bebidas isotónicas, que también ayudan a mantener la hidratación. Además, cuando sudemos, hay que recuperar ese líquido y rehidratarnos.