Por Julia Porras
17 de junio de 2022El agua es el nutriente más importante para el organismo y, sin su presencia en nuestro cuerpo, se puede producir una muerte más rápida que si nos falta cualquiera de los otros nutrientes. Así, una persona normal a una temperatura normal puede aguantar tan sólo entre 3 y 5 días sin beber, mientras que sin ingerir alimentos aguantaría hasta un mes. Es, sin duda, un elemento indispensable para la vida.
Entre las funciones que el agua cumple en nuestro cuerpo se encuentran la de transportar y distribuir los nutrientes esenciales para nuestras células como los minerales, las vitaminas o la glucosa, eliminar las toxinas que producen nuestros órganos, regular nuestra temperatura corporal o actuar como lubricante de nuestras articulaciones.
Consejos para una correcta hidratación
Existen distintas recomendaciones generales sobre la ingesta diaria de líquidos que una persona debe hacer; desde los famosos 2-3 litros de agua al día o los 30-40 ml por kg de peso corporal. “Vivimos gracias al agua y necesitamos ingerir agua a diario. Al igual que ocurre con los macronutrientes, las proteínas, los hidratos de carbono o las grasas”, asegura el doctor Ramón de Cangas, dietista-nutricionista y doctor en Biología Molecular.
La recomendación más sensata es guiarse por el propio mecanismo de sed que posee nuestro organismo. El agua está conectada a un tipo de regulación homeostática. Esto quiere decir que la toma de líquidos suele equipararse a los de su salida, manteniendo un balance hídrico. Esta ingesta está controlada por la sed, por medio de unos receptores alojados en el hipotálamo que, al detectar un descenso del agua celular, activan el mecanismo de la sed. Al respirar también expulsamos vapor de agua y lo mismo sucede al hablar.
Por supuesto, el clima es otro factor importante. En un lugar con mayor humedad ambiental no registraremos la misma pérdida de agua que si nos encontramos en un clima cálido o seco.
Por otro lado, es necesario resaltar la importancia de la hidratación en la práctica de ejercicio físico. “Cuanto más ejercicio físico hagamos, mayor es la sudoración y, por eso la hidratación debe ser mayor, para reponer las pérdidas hídricas y la pérdida de minerales”, confirma el doctor De Cangas.
Por todas estas razones debemos tener muy en cuenta la hidratación: tomar suficiente agua e ingerir alimentos en los que este indispensable elemento esté presente. Una dieta rica en frutas, verduras y hortalizas, por ejemplo, es perfecta para una buena hidratación, así como las infusiones, sopas, cremas, caldos o purés. Eso sí, la forma básica de hidratarse debe ser la ingesta de agua en su presentación clásica.