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Claves para protegernos del sol

La dermatóloga Ana Molina nos da algunas pautas para protegernos correctamente del sol, desde usar ropa con protección solar hasta fijarnos en el índice ultravioleta diariamente

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Claves para protegernos del sol
Unsplash

Por Andrea Rivero

21 de julio de 2023

Desde que estar moreno se puso de moda, allá por 1920, cuando la diseñadora de alta costura Coco Chanel volvió de unas vacaciones de verano con la cara bronceada, uno de los objetivos de una gran parte de la población es ponerse moreno. Sin embargo, los dermatólogos llevan años alertando de los riesgos que puede acarrear esta moda en nuestra piel. Por ello, la dermatóloga Ana Molina nos da una serie de pautas para protegernos correctamente del sol. 

Una de las claves de la doctora Molina es que, a la hora de tomar el sol, deberíamos guiarnos más por el índice ultravioleta (UV) que por las horas del día. Siempre se ha dicho que entre las 12h y las 16h el sol quema más, pero estas horas no siempre coinciden con el índice ultravioleta más alto. “Este índice es un indicador de la intensidad de radiación ultravioleta procedente del sol en la superficie terrestre, en una escala que comienza en cero y suele terminar en 11. No siempre la cantidad de luz ambiental está relacionada con el índice UV, esto puede ser engañoso”, indica la dermatóloga. 

El índice UV se puede consultar en el móvil cada día y así saber cuándo es el peor momento para tomar el sol y cuando nos debemos proteger más. 

La ropa también protege

El factor UPF es el factor de protección de la ropa, es decir, en una crema usamos el SPF, pero en la ropa el UPF. Tal y como explica la doctora Molina, “sigue la misma numeración que el SPF de las cremas, va del uno al 50 y lo recomendable es usar ropa con UPF 50+”. Además, añade que este factor mide la cantidad de radiación solar que deja pasar cada tejido, “así que la capacidad de fotoprotección de cada prenda aumenta cuanto menor espacio hay entre los hilos del tejido, es decir, cuanto mayor es el peso y el grosor del tejido”. 

Evidentemente, en verano, con 30º a la sombra, a nadie se le ocurre ponerse tejidos muy gruesos, pero, por suerte, esto no es lo único a tener en cuenta. Otros factores como el color, los oscuros protegen más que los claros; el tipo de tejido, las fibras sintéticas como el nylon, la lycra o el poliéster protegen más que el algodón, el lino o la seda; y la humedad y los lavados, cuanto más lavamos una prenda menor capacidad de protección, también son importantes. “Hay ropa muy ligera con UPF 50+ y estoy segura de que, en el futuro, toda la ropa indicará su UPF en la etiqueta”, indica Molina. 

Las cremas, indispensables 

Fotoprotector en crema, en spray, en bruma…Hoy en día en el mercado de la protección solar existe una amplia variedad de productos, aunque hay que tener en cuenta que, en función de la actividad que vayamos a realizar, se recomiendan unos u otros. Por ejemplo, en el caso de realizar deporte al aire libre, se recomiendan “unos fotoprotectores con texturas ultraligeras, formulados en agua y que además no aportan sensación de grasa, algo que los hombres no suelen tolerar nada bien y tampoco escuecen en los ojos”, explica la doctora. Eso sí, aclara que este tipo de texturas ultraligeras no son ideales para deportes acuáticos, en esos casos lo mejor es aplicar fotoprotectores en barra, que son mucho más grasos, pero aguantan mucho mejor en la piel.

Por otro lado, en el caso de los niños se recomienda usar fotoprotectores en crema, porque tienen una mayor composición de filtros minerales que, además de absorberse menos en la piel, ayudan a saber dónde lo estamos aplicando. Asimismo, Molina nos explica que hay muchos estudios que demuestran que los fotoprotectores en spray nos hacen perder mucho producto en el medio ambiente, sobre todo si los aplicamos en exteriores. En el caso de que los tengamos que usar, se recomienda aplicar el spray en la palma de la mano y luego aplicarlo sobre la piel. 

Las cremas de protección tipo maquillaje no tienen una buena acogida entre los expertos. Los primeros fotoprotectores faciales con color prometían ser una estrategia muy inteligente para tener todo en un solo paso, es decir, hidratación, fotoprotección y maquillaje, pero se ha demostrado que cuando aplicamos este tipo de productos en la piel, inconscientemente empleamos menos cantidad de la recomendada porque “al llevar color, no nos queremos ver tan maquilladas. Por eso ahora se recomienda usar un fotoprotector sin color en la cantidad recomendada, dos milígramos por dos centímetros cuadrados y luego si queremos añadimos este tipo de fotomaquillajes”, concluye la dermatóloga.



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