Por Juan García
1 de septiembre de 2025El sector sanitario deja atrás el parón vacacional y comienza un nuevo curso en el que hay sobre la mesa importantes proyectos políticos que el Ministerio de Sanidad tratará de atajar durante este mes de septiembre. El Ministerio tiene por delante un calendario plagado de compromisos y con fechas clave para sus principales iniciativas de la legislatura, algunas de las cuales enfrentan el rechazo de agentes relevantes del sector.
El tema que quedó más candente antes del verano fue la negociación del Estatuto Marco, sumido en un proceso negociador que cuenta con reivindicaciones pendientes para los sindicatos y con una convocatoria de huelga médica para el próximo 3 de octubre. A este proyecto se suma la Ley del Medicamento, que contó con la oposición de la industria farmacéutica por la propuesta para reformar el sistema de financiación pública de medicamentos. Sobre la mesa del Ministerio también está el proyecto para ampliar las restricciones de la Ley Antitabaco, al que se suma la ley de alcohol y menores, que ya recibió el visto bueno del Consejo de Ministros.
Probablemente la del Estatuto Marco sea la negociación más ardua que tiene el Ministerio por delante, con unos sindicatos médicos que se han plantado en pie de guerra frente a la propuesta de reforma de esta norma y con el resto de organizaciones sindicales manteniendo la presión por algunas de sus exigencias.
Sanidad ha limitado a 45 horas el número máximo de horas semanales, acotando las guardias a 17 horas. Sin embargo, deja la puerta abierta a ampliar esta jornada de forma voluntaria y mediante la expedición de un informe de salud laboral, algo que no contenta a la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) y el Sindicato Médico Andaluz (SMA), los convocantes de la huelga médica. Ambas organizaciones temen que, en la práctica, estas excepciones permitan seguir manteniendo jornadas laborales excesivas e insisten en pedir un estatuto propio para los facultativos, una posibilidad que descartan desde el Ministerio.
Por su parte, el resto de sindicatos presentes en la mesa de negociación del ámbito también plantaron sus líneas rojas, exigiendo regular el acceso a la jubilación anticipada para todos los profesionales sanitarios y mejoras salariales ligadas a la nueva clasificación por categorías de los profesionales sanitarios. Sanidad no quiere hablar por el momento de dinero, pues, según señaló la ministra, Mónica García, esperarán a tener un texto definitivo para elaborar la memoria económica. En su última comparecencia antes del verano, apuntó que, de no contar con un texto final para otoño, la reforma del Estatuto correría el riesgo de “quedar en un cajón”.
García defendió que habían alcanzado un texto “de consenso al 95%”, a falta de pulir detalles en las negociaciones con los sindicatos. Unas declaraciones que no sentaron bien entre los sindicatos médicos, que mantienen vivo el conflicto y advirtieron que no pararían hasta ver atendidas sus demandas. La negociación entró a finales del verano, según el Ministerio, en una nueva fase en la que trabajarán los aspectos económicos y cómo aterrizar las propuestas con las comunidades autónomas.
Otro de los proyectos estrella del Ministerio es la Ley del Medicamento, la norma con la que busca “modernizar el ecosistema de los medicamentos” y adaptar la regulación para agilizar el proceso de financiación de fármacos con fondos públicos. Desde las patronales farmacéuticas celebraron la renovación legislativa en esta materia como una necesidad, sin embargo mostraron su rechazo en bloque a la propuesta para reformar el sistema de precios, una de las medidas más esperadas. Sanidad ponía fin con su propuesta a la obligación de los medicamentos de marca a igualar el precio de los genéricos una vez acabado el periodo de patente, pero desde el sector farmacéutico ven que la fórmula propuesta contribuiría a mantener e incluso agravar las presiones sobre el precio de los fármacos.
Además, esta norma reconoce la capacidad de prescripción de medicamentos a enfermeras y fisioterapeutas dentro de sus competencias, un motivo de alegría para estos dos colectivos pero al que han mostrado su rechazo asociaciones y colegios de médicos. Del texto quedó excluida la reforma del sistema de copago que había anunciado Sanidad para hacerlo más progresivo. En base a estos asuntos, la norma recibió más de 400 alegaciones por parte de diversos agentes del sector sanitario. Tras esta fase de consulta pública, la ministra afirmó que su intención era volver a llevarla al Consejo de Ministros en segunda vuelta para este mes de septiembre.
En los planes del Ministerio también entra actualizar la Ley Antitabaco para ampliar los espacios sin humo y aplicar más restricciones a la comercialización de productos derivados del tabaco como vapeadores y cigarrillos electrónicos. Terrazas, exteriores de salas de fiestas, piscinas públicas, marquesinas y vehículos de uso laboral serán los nuevos espacios donde no se permitirá fumar, aunque el texto está aún pendiente de cerrarse.
Desde la Unión Europea, cinco países enviaron dictámenes a Bruselas en los que pedían reforzar la evidencia científica para respaldar algunas medidas incluidas en el texto, así como la retirada de las restricciones a la comercialización de bolsas de nicotina o productos a base de hierbas calentadas por ir contra la libre circulación de mercancías. De esta norma quedó finalmente excluida la propuesta de establecer el empaquetado genérico para las cajetillas de cigarrillos.
La recta final del pasado curso sanitario estuvo marcada por la aprobación de la Agencia Estatal de Salud Pública, tras un arduo recorrido parlamentario con el revés del Congreso a su aprobación en marzo. A la norma para su creación se suman en otras en cola para hacerse efectivas, como la ley del alcohol y menores o la Ley ELA, aprobada hace diez meses y que, ante la falta de financiación para ejecutarla, ha llevado al Ministerio a poner en marcha un plan de choque y destinar así los primeros recursos a los pacientes.