Destituido el ministro de Sanidad británico tras filtrarse mensajes ofensivos en WhatsApp

El ministro de Sanidad británico, Andrew Gwynne, ha sido destituido tras la filtración de una serie de comentarios controvertidos que realizó en un grupo de WhatsApp, lo que ha generado un escándalo tanto en el Partido Laborista como en el Gobierno.

Gwynne, que también formaba parte del círculo cercano al primer ministro Keir Starmer, realizó expresiones racistas sobre la diputada laborista Dianne Abbott y comentarios sexistas hacia la viceprimera ministra, Angela Rayner. Además, en una serie de mensajes enviados a concejales y a otros cargos del Partido Laborista, expresó que preferiría que una anciana muriera antes de las próximas elecciones, lo que desató una ola de indignación, según apunta el periódico 'Mail on Sunday'.

La gravedad de las declaraciones hizo que el gobierno británico tomara una decisión inmediata. Un portavoz del Ejecutivo ha confirmado la destitución de Gwynne, subrayando que el primer ministro Starmer está comprometido con mantener unos altos estándares de conducta en su gabinete. "Keir Starmer está decidido a liderar un gobierno de servicio y gente trabajadora, y no dudará en tomar medidas contra cualquier miembro de su equipo que no cumpla con esos criterios", señala el portavoz.

El Partido Laborista ha informado de la expulsión de Gwynne de la formación, indicando que se llevará a cabo una investigación interna sobre los comentarios hechos en el grupo de WhatsApp, conforme al reglamento y los procedimientos establecidos por el partido.

En un intento de disculparse, el exministro de Sanidad ha lamentado lo que calificó como "comentarios mal entendidos" y ha expresado su pesar por cualquier ofensa causada. "Siempre he servido al Partido Laborista y ha sido un gran honor ser ministro de Keir Starmer", ha declarado. "Comprendo completamente la decisión del primer ministro y del partido, pero me produce un gran pesar haber sido expulsado", ha agregado.

Por otro lado, la oposición ha reaccionado con dureza ante el incidente. Nigel Huddleston, copresidente del Partido Conservador, acusó al Laborista de demostrar un "claro desprecio hacia los pensionistas", sugiriendo que el caso de Gwynne podría ser solo la punta del iceberg. "Esto va claramente más allá de Andrew Gwynne. Hay algo podrido en el Partido Laborista que debe arreglarse", ha comentado el político conservador.

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