Por Sergio Díaz
9 de diciembre de 2024El Parlamento del Reino Unido ha aprobado una ley que legaliza la eutanasia en Inglaterra y Gales. La legislación permite que los adultos con enfermedades terminales y menos de seis meses de vida puedan decidir terminar con su sufrimiento, con la autorización de dos médicos y un juez del Alto Tribunal.
Con 330 votos a favor y 275 en contra, la ley establece que las personas a las que se le conceda deben estar en pleno uso de sus facultades mentales y tomar la decisión de forma libre, sin presiones externas. Además, la medicación que termine con su vida debe ser administrada por el paciente, aunque la preparación de la dosis correrá a cargo de un médico.
Antes de esta aprobación, la asistencia al suicidio era ilegal en Inglaterra y Gales, y quienes ayudaban a una persona a morir podían enfrentar hasta 14 años de prisión. Sin embargo, la Fiscalía ha optado por no presentar cargos en casos de suicidio asistido, salvo que haya evidencias de coerción o homicidio.
El debate en torno a la ley estuvo marcado por la división política. Wes Streeting, ministro de Sanidad, se mostró en contra, destacando la necesidad de mejorar los cuidados paliativos antes de dar el paso hacia la eutanasia. “Nuestra prioridad debe ser ofrecer apoyo a los pacientes que sufren, no apresurarnos a implementar una medida como esta sin los recursos necesarios”, ha señalado.
Por otro lado, Kim Leadbeater, diputada laborista y una de las impulsoras de la ley, defendió que se trata de un derecho fundamental. “Las personas deben poder decidir sobre su propio cuerpo, especialmente cuando enfrentan un sufrimiento insoportable", ha declarado.
El voto fue libre, sin instrucciones de partido, lo que permitió que tanto conservadores como laboristas se dividieran en su apoyo o rechazo a la ley. Entre los opositores destacaron Kemi Badenoch, líder del Partido Conservador, y Ed Davey, líder de los liberaldemócratas, quienes expresaron su preocupación por los riesgos de presiones sociales y económicas sobre los pacientes.
La ley establece que, para ser válida, la solicitud de eutanasia debe ser evaluada cuidadosamente por profesionales y autoridades judiciales. Se prevé que, en los próximos dos años, se elaboren las normativas detalladas para su implementación y se debatan posibles ajustes en el sistema de salud para gestionar este nuevo procedimiento.
La aprobación de esta ley coloca al Reino Unido en la misma línea que varios países europeos como España, Países Bajos y Bélgica, donde la eutanasia ya es legal.