Por Meritxell Martí, farmacéutica
28 de septiembre de 2023Hablamos de estreñimiento cuando tenemos dificultad de evacuar las heces de forma regular, o cuando hay dificultad en hacerlo de forma correcta. Hasta una deposición cada tres días puede considerarse normal.
El gran error que lleva a muchas personas a caer, en cierto modo, en la obsesión, es el de creer que es necesario evacuar a diario, creando algunas veces angustia, por no llevar el ritmo. Cuando hablamos de estreñimiento ocasional no podemos hablar de enfermedad sino de un síntoma ocasional
El estreñimiento es más habitual a partir de los 40 años, y muy a menudo es por cambios alimenticios, en las que se come menos y/o se bebe menos, altos niveles de estrés o ansiedad, cuando se hace menos ejercicio o, incluso, la falta de movimiento. Todo ello suele provocar estreñimiento
Es más frecuente en mujeres, durante el embarazo, y en ancianos, así como en personas que tienen problemas físicos como puede ser mal funcionamiento del intestino, o en enfermedades como el hipotiroidismo, diabetes, esclerosis múltiple o el Parkinson.
Entre los síntomas del estreñimiento crónico destacan la necesidad de hacer un importante esfuerzo al defecar, heces muy duras, sensación de evacuación incompleta, sensación de obstrucción o bloqueo anorectal, necesidad de maniobras manuales para facilitar la evacuación y menos de tres evacuaciones semanales.
Cuando el problema del estreñimiento es solo de pocas semanas, o cuando se debe a cambios puntuales en los hábitos de vida diaria, como pueden ser los horarios, dietas, viajes, cambios de domicilio, hablamos de estreñimiento ocasional.
Esta dolencia puede generar problemas médicos puntuales como hemorroides dolorosas, fisuras o pólipos.
Por ello, es importante seguir una serie de consejos naturales. Así, si el estreñimiento es ocasional y conocemos las causas, es sencillo poder modificar estos hábitos. Uno de los más importantes es la dieta:
-Aumentar la ingesta de fibras, pero a su vez hay que aumentar el contenido de líquidos, preferentemente de agua.
-Se recomienda ingerir de 10 a 15 gramos de fibra por cada 1.000 kcal. ingeridas y beber hasta un máximo dos litros de líquidos diarios, aunque no necesariamente solo agua.
-Añadir verduras, legumbres y cereales integrales y ensaladas que contienen lechuga y espinacas crudas.
-Añadir Fruta completa, tanto fresca como deshidratada, teniendo en cuenta el alto contenido calórico. Las ciruelas son las más adecuadas y la naranja fresca también es efectiva.
-Las semillas de lino mezcladas con un poco de yogur para facilitar su ingesta también ayudan actuando como laxantes.
-Escoger el pan integral antes que pan blanco y cereales como la avena integral.
Existen algunos alimentos que deberíamos evitar por aumentar el estreñimiento:
-El arroz blanco, los plátanos, el huevo cocido, las tostadas, el té negro o las zanahorias.
-Disminuir el contenido de cafeína, ya que puede provocar deshidratación. Del mismo modo, el alcohol puede provocar estreñimiento por deshidratación.
-No eliminar completamente el contenido de grasas de la dieta, ya que mejoran la lubricación de las heces, de hecho, se aconseja de dos a tres cucharadas de aceite de oliva diarios o añadir omega 3 a la dieta.
En el caso de los ancianos el tratamiento suele ser diferente ya que muchas veces hay neuro-degeneración entérica, lo que afecta a la función epitelial, muscular y gastrointestinal, además de unirse otros factores como la inmovilidad física, la dieta inapropiada, el deterioro cognitivo, la dependencia de actividades básicas o el aumento del uso de fármacos como los analgésicos con acción anticolinérgica.
Por último, es muy importante mejorar el movimiento, ya que hacer ejercicio mejora la motilidad intestinal.
Un estreñimiento crónico puede provocar, entre otras cosas, malestar abdominal, dolor y cólicos intestinales. También es muy común la aparición de hemorroides y, si ya las hubiera, un empeoramiento de las mimas.
Las fisuras anales también son una consecuencia de esta dolencia y estos desgarros pueden provocarse al forzar o porque las heces son demasiado duras.
Otro de los problemas que puede generar para la salud es la ompactación fecal, es decir, cuando se acumulan las heces en el recto y en el colon. Al volverse duras, se hacen más difíciles de eliminar y hasta puede necesitarse la intervención médica.
Por último, también puede generar hemorragias rectales, procedentes de las hemorroides o fisuras; problemas digestivos y sobre el sistema inmune, al empeorar el microbiota intestinal; o malestar físico en general, por encontrarse mal e incluso mentalmente.
Existen diferentes tipos de laxante que podemos utilizar y que podríamos clasificar en cuatro tipos, dependiendo de la forma de actuación en el organismo.
Laxantes que estimulan el peristaltismo intestinal. Estos irritan la mucosa y tienen un efecto ligeramente retardado de ocho horas, es por ello que se suele aconsejar tomarlos por la noche al acostarse para que sea efectivo por la mañana. Es posible que las heces se hagan más liquidas, por lo que se aconseja, sobre todo en ancianos, beber suficiente agua para no deshidratarse.
Este tipo de laxantes no se deben usar con problemas de obstrucción intestinal, ni en personas con problemas graves como la diabetes o en situaciones excepcionales como la apendicitis. Además, pueden producir diarreas o dolores abdominales.
Dentro de este grupo se encuentran:
• Hojas de aloe (Aloe spp.).
• Cortezas de cáscara sagrada (Rhamnus purshiana D.C.).
• Cortezas de frángula (Rhamnus frangula L.).
• Raíces y rizomas de ruibarbo (Rheum spp.).
• Hojas, frutos y flores de sen (Cassia spp.).
También podríamos incluir aquí al aceite de ricino (Ricinos communis L.), rico en triglicéridos de ácido ricinoleico.
Laxantes mecánicos. Estos tienen efectos más ligeros, mejoran al cabo de dos o tres días y las heces no modifican su consistencia, por lo que más que laxantes les llamamos reguladores intestinales. Son eficaces en estreñimiento crónico, para que vaya mejorando, pero como llevan o son fibra, es imprescindible beber agua y no se deben usar en obstrucciones intestinales. Eso sí, hay que tener en cuenta que contienen mucilagos, por lo que pueden ser incompatibles con fármacos y deberíamos separarlos de la toma de éstos.
Algunas veces, al principio, sobre todo, pueden provocar flatulencia o pesadez de estomago y, entre ellos, podemos citar:
• Talos de carragaén (Chondrus crispus Stock.).
• Talos de fucus (Fucus vesiculosus L.).
• Semillas de ispagula (Plantago ovata Forsk.).
• Semillas de lino (Linum usitatissimum L.).
• Semillas de zaragatona (Plantago psyllium L.).
Dentro de este grupo, en la farmacia, también encontramos la metilcelulosa o la goma Guar.
Laxantes osmóticos. Este tipo lo que hace es liberar el agua intestinal por osmosis, como pueden ser las ciruelas, las flores de hibisco. Las sales de magnesio, lactulosa, lactato o el magnesio a la vez va a ayudar a relajar la musculatura del intestino.
Laxantes lubricantes. Son principalmente aceites que va a ayudar a revestir la masa fecal y así se facilita el tránsito intestinal y la eliminación de las heces, entre ellos la parafina liquida o el simple aceite. Son especialmente eficaces para las personas que tienen problemas de heces, duras o en problemas físicos como hemorroides, fisuras o después de una operación.
A este grupo, también podríamos añadir los supositorios de glicerina y los micro enemas. Aunque la glicerina actúa de forma higroscópica, atrayendo el agua a la zona rectal, así aumenta el volumen de las heces y es más fácil la eliminación. La gran ventaja es que es muy rápido su efecto, como máximo media hora.