
Por José Luis Bancalero, consejero de Sanidad de Aragón
27 de octubre de 2025Los once consejeros de Sanidad del PP que asistimos de forma presencial este viernes, 24 de octubre, al pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, celebrado en Zaragoza, nos vimos obligados a abandonar la reunión. Era necesario.
El objetivo de semejante decisión es pedir al ministerio lealtad, respeto, cooperación y apoyo en defensa de la salud y el bienestar de los ciudadanos. En los dos años de gobierno de la ministra Mónica García, se ha avanzado muy poco en este ámbito. Y en las últimas semanas, el ministerio ha adoptado una actitud que ha acabado por romper la confianza.
La ministra no puede sembrar la sombra de la duda, ni alarmar a la población cuando afirma que quizá las comunidades autónomas del PP no quieren dar los datos de los programas de cribado para la detección precoz del cáncer porque tengan algo que ocultar. Hacer generalizaciones de un problema concreto en un determinado territorio es muy poco serio. Igual que poner en cuestión el trabajo de todos los profesionales de Salud Pública y de los sistemas sanitarios de las comunidades autónomas.
Millones de mujeres participan cada año en España en el cribado de cáncer de mama, un programa que salva vidas y que se desarrolla gracias al rigor y esfuerzo de miles de profesionales. En Aragón, participan más del 70% de las mujeres invitadas al mismo, porcentaje establecido en las guías europeas como índice de calidad para lograr la mayor eficacia en la detección precoz.
Frente al oportunismo y el alarmismo al que recurre el Ministerio de Sanidad, quiero transmitir, como consejero de Sanidad de Aragón, un mensaje de tranquilidad a las personas que participan en los programas de cribado, en los que, cuando hay un resultado positivo o dudoso, se contacta de forma muy rápida con los pacientes para realizar las pruebas que sean pertinentes en cada caso.
En honor a la verdad, es la ministra quien no respeta al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud. Este órgano de cooperación entre el ministerio y las comunidades autónomas está integrado por grupos de trabajo técnicos.
Uno de ellos es el denominado Ponencia de Cribados, que acordó en abril poner a disposición de las comunidades autónomas una herramienta para la gestión de los datos. Los indicadores que se deben incluir en ella están aún en fase de revisión. Pedir ahora esa información de forma anticipada supone pasar por encima del trabajo riguroso de este órgano.
Por otra parte, el ministerio ya tiene a su disposición, si quiere analizar lo ocurrido en los últimos años, los datos que anualmente enviamos las comunidades autónomas a la red de cribado de cáncer. Porque en éste y en otros ámbitos, las comunidades autónomas estamos siendo transparentes: no en vano somos quienes nutrimos de datos todos los informes que realiza el ministerio.
La conclusión se hace evidente: el Ministerio de Sanidad se ha situado frente a las comunidades autónomas y frente a las mujeres, intentando sacar rédito político de un asunto que debería ser un punto de unión y de mejora en pro de la ciudadanía.
Además, Mónica García pide, pero no da. Por ejemplo, no manda los informes jurídico, técnico y económico que por tres veces las comunidades autónomas le hemos pedido para conocer en qué se apoya la reforma de calado que plantea para el estatuto marco que rige las condiciones de trabajo de los profesionales de los sistemas públicos de salud de España.
Tampoco tiene en cuenta los plazos administrativos al plantear, por ejemplo, para esta reunión del CISNS en Zaragoza el reparto de un millón de euros entre todas las comunidades autónomas para el desarrollo del sistema de vigilancia de cáncer, cuando sabe que es imposible su ejecución en el mismo ejercicio presupuestario, lo que obliga a incorporar remanentes, que puede ser muy costoso materializar.
Otro ejemplo de mala gestión fue lo ocurrido en este jueves pasado: el ministerio comunicó la denegación por parte del Gobierno de España de las modificaciones presupuestarias necesarias para las transferencias de programas de Salud Pública, entre ellas, precisamente, las destinadas a los sistemas de vigilancia del cáncer, si bien pocas horas después se desdijo y manifestó que había sido un error.
Mónica García pide respeto, pero no respeta. Es habitual que antes de que hayan acabado las reuniones del pleno del CISNS ya estén los acuerdos publicados en los medios de comunicación porque los ha dado a conocer el ministerio. También hemos visto a la ministra anunciar medidas efectistas, sin dotarlas de financiación, queriendo atribuirse méritos que deben pagar las comunidades autónomas. Para eso, tienen que detraer fondos de otras partidas para financiar las nuevas ideas de la ministra, presentadas sin antes ser debatidas, ni consensuadas.
Una reflexión final. Todo aquello que queremos que perdure requiere de cimientos firmes y en materia de cooperación entre instituciones uno de los pilares fundamentales es la lealtad. Y en sanidad no podemos avanzar para mejorar la salud de los españoles con una ministra que alarma, confunde y pide, pero no da.
Invito a la ministra Mónica García y a quienes le asesoran a que reflexionen. ¿Qué legado habrán dejado cuando abandonen su puesto? ¿En qué habrá mejorado la sanidad española tras su paso por el ministerio?
Cuando yo deba abandonar mi responsabilidad política sé que podré ver los frutos de medidas innovadoras implementadas para llevar médicos al medio rural o reducir las listas de espera quirúrgica. Ésta es la verdad.
José Luis Bancalero Flores es consejero de Sanidad del Gobierno de Aragón.
Artículo publicado en Hoy Aragón el 26 de octubre de 2025.