Por Virginia Delgado
24 de enero de 2025Falta un día para el examen MIR y es probable que las 15.000 personas que se van a presentar se encuentren como Enrique López: “Sin energías para estudiar y agotado”.
Y no es para menos. Como media, los estudiantes que se enfrentan a esta exigente prueba que abre las puertas a una especialidad médica dedican unos 15 meses a su preparación. Más de un año que está a punto de tocar a su fin.
Este joven de 24 años, que se examinará en Barcelona, reconoce a Medicina Responsable que está nervioso “aunque mucho menos de lo que esperaba”. “Sí, estoy bastante irritable -añade- ahora mismo, me molesta todo”.
Es consciente de que el resto de los opositores están viviendo una situación similar e incluso peor. Y no lo sabe sólo porque comparte sus inquietudes con algunos de ellos, sino por las redes sociales. Las últimas semanas estos lugares están dando una pista del sentir de este colectivo. “Por las publicaciones, me estoy dando cuenta de que la gente está entrando en bucle. Muchos dicen que les va a ir mal, que si les sale tal tema van a fallar todas, que no se van a concentrar cuando tengan el examen delante…”, comenta Enrique. Tal es el pesimismo que el joven ha dejado de entrar en ellas. “A los 10 minutos de leer este tipo de cosas, me puse de mal humor y me empezó a dar ansiedad, cuando a mí esto no me pasaba. Me he quitado las notificaciones por mi salud mental”, señala.
El joven está dedicando las últimas horas previas a la prueba a estudiar lo que le resulta más ameno, pero reconoce que no alcanza a hacer lo planificado “ni de lejos” y que todo se le está haciendo “bola”. “A estas alturas, me está costando un montón”, dice.