Por Juan García
29 de diciembre de 2023Los trastornos provocados por problemas psicológicos están considerados uno de los principales motivos de discapacidad en el mundo, con una estimación de más de mil millones de pacientes con alguna de estas patologías a nivel global. La forma en que la mente gestiona los sentimientos y las emociones tiene una repercusión directa sobre la forma en la que el cuerpo experimenta el dolor, lo cual le otorga una “importancia crítica” al estudio de las relaciones entre la salud física y mental. En esta línea, un equipo de investigadores de la Universidad Anglia Ruskin (ARU), en colaboración con el Centro de Investigación Biomédica de la Universidad de Cambridge, ha elaborado un estudio que demuestra cómo los pacientes con problemas graves de salud mental también reportan enfermedades a nivel físico en mayor grado que las personas sin un diagnóstico psicológico. Entre estas enfermedades se encuentran problemas como la hipertensión o la epilepsia, además de diversas patologías respiratorias, vasculares, renales y gastrointestinales, así como el cáncer.
Esta investigación se ha basado en el análisis exhaustivo de otros 19 estudios multidisciplinares, abarcando los datos de un total de 194.123 pacientes psiquiátricos en todo el mundo, comparados con 7.660.590 individuos en grupos de control, es decir, población general sin un diagnóstico psiquiátrico. En sus conclusiones, los investigadores apuntan a la relación directa entre enfermedades físicas y mentales, lo que se traduce en casos de multimorbilidad. Por multimorbilidad se entiende la afección de las personas que padecen una enfermedad crónica de manera simultánea con al menos otra condición de salud física. Los resultados probaron que los pacientes psiquiátricos tenían casi el doble (1,84) de posibilidades de padecerla frente a la población general.
“Esta compleja relación entre las enfermedades mentales graves y la multimorbilidad física tiene implicaciones de gran alcance, que incluyen un menor cumplimiento del tratamiento, un mayor riesgo de fracaso del tratamiento, mayores costos del tratamiento, enfermedades recurrentes, un peor pronóstico y una menor esperanza de vida”, afirma el autor principal del estudio y profesor de Salud Pública de la ARU, Lee Smith. Los investigadores hacen hincapié en la necesidad, constatada en estudios anteriores, de garantizar el “acceso a servicios de salud mental de manera eficaz” frente a la desatención que experimentan muchos pacientes, principalmente por falta de recursos económicos. “La mala gestión clínica de las comorbilidades físicas en personas con trastornos mentales exacerba el problema y genera una mayor carga para las personas, sus comunidades y los sistemas de salud”, argumenta Smith. Por ello, desde el estudio instan a abordar esta problemática desde un enfoque holístico que cubra de manera integral todos los factores de salud que afectan a estos pacientes. La investigación ha sido publicada en la revista BMJ Mental Health, dependiente del Real Colegio de Psiquiatras y la Sociedad Británica de Psicología.