logo_medicina
Síguenos

Microplásticos: los invasores invisibles que habitan en nuestro cuerpo

Producen un impacto silencioso en nuestra salud

Compartir
Microplásticos: los invasores invisibles que habitan en nuestro cuerpo
Foto de Brian Yurasits en Unsplash

Por Pedro Gargantilla, director médico de Medicina Responsable

9 de junio de 2025

Imaginemos por un momento que llevamos dentro de nosotros el equivalente a cinco tapones de botella. No se trata de una metáfora. Es lo que un grupo de científicos ha encontrado en algunos órganos humanos: microplásticos. Se trata de diminutas partículas que alguna vez fueron parte de una botella, una bolsa o un cepillo de dientes, pero que ahora están alojadas en nuestros órganos más vitales.

Durante años, la contaminación por plásticos fue un problema que asociábamos con los océanos, las tortugas atrapadas en redes y las playas cubiertas de residuos. Pero hoy el escenario ha cambiado radicalmente, la ciencia ha confirmado que también están dentro de nosotros.

Se encuentran en todas partes

Los microplásticos son fragmentos de plástico de menos de 5 milímetros de diámetro que pueden originarse de forma directa -como las microperlas en cosméticos- o indirecta, al descomponerse productos plásticos más grandes por acción del sol, el agua o el roce.  Además, están los llamados nanoplásticos, partículas de menos de 1.000 nanómetros que son capaces de atravesar barreras biológicas como si fueran fantasmas. 

Estos fragmentos se encuentran en todas partes: en el aire que respiramos, el agua que bebemos, los alimentos que comemos e, incluso, en la sal de mesa. Una vez que penetran en nuestro organismo pueden ser detectados en diferentes órganos y tejidos, desde el torrente circulatorio hasta los pulmones, pasando por la placenta o los testículos. Un estudio publicado en Nature Medicine reveló que los microplásticos se acumulan en mayor cantidad en el cerebro que en el hígado o los riñones.

Desde inflamación hasta trombosis cerebral

Sobre los efectos que tienen los microplásticos en nuestro organismo la ciencia aún transita por la senda de la cautela, ya que no tenemos suficientes evidencias de sus efectos. Y es que todavía no se ha alcanzado un consenso definitivo por parte de la comunidad científica acerca de su potencial toxicidad.

Sí tenemos indicios de que pueden activar el sistema inmunológico y generar una respuesta inflamatoria persistente, inducir la producción de radicales libres que dañen células y tejidos, o de alteraciones en el equilibrio hormonal. 

También se ha demostrado que la ingesta de microplásticos reduce la diversidad bacteriana del colon y altera, de esta forma, el equilibrio de la microbiota intestinal, lo que podría favorecer la aparición de enfermedades gastrointestinales. Estudios recientes han encontrado microplásticos en placas de aterosclerosis extirpadas de carótidas, lo cual induce a asociar su presencia a un mayor riesgo de infartos e ictus. En este sentido, algunos modelos animales sugieren que los microplastos pueden inducir trombosis cerebral 

Otro de los aspectos más preocupantes se encuentra en la capacidad que tienen los microplásticos para atravesar la barrera hematoencefálica y acumularse en el cerebro. Se han encontrado concentraciones más elevadas en los cerebros de personas con enfermedades neurodegenerativas. Ahora bien, ¿este hallazgo contribuye al daño cerebral o solo se acumulan más en los cerebros ya dañados? 

En esta línea de investigación recientemente se ha publicado un interesante estudio realizado por un equipo de científicos de la Universidad de Nuevo México en el que se concluía que las muestras cerebrales del año 2024 contenían un 50% más de microplásticos que las de 2016. 

Además, se ha intentado asociar su exposición con el cáncer, un área de investigación emergente al tiempo que preocupante. Todavía son escasos los estudios directos en humanos, pero la evidencia acumulada en modelos celulares, animales y algunos estudios epidemiológicos sugieren su potencial efecto carinogénico, especialmente el colon y pulmón. Todavía es necesario profundizar más en la incidencia de cáncer en las poblaciones expuestas y desarrollar biomarcadores que asocien exposición y daño.

Mientras se responden a todas estas cuestiones hay algunas medidas preventivas que podemos adoptar, como es reducir el uso de plásticos de un solo uso, filtrar el agua del gripo, ventilar y limpiar con frecuencia para reducir el polvo doméstico y evitar calentar alimentos envases de plástico.



Te puede interesar
disponible-espana-ravulizumab-miastenia-gravis-generalizada-enfermedad-rara
Disponible en España ravulizumab para el tratamiento de Miastenia Gravis generalizada
isabel-jimeno-antivirales-covid-recomendamos-recetamos-ap
Dra. Isabel Jimeno: “Los antivirales contra la Covid se recomiendan y recetan en AP”
sanidad-fin-uso-obligatorio-mascarillas.centros-sanitarios
Sanidad pone fin al uso obligatorio de las mascarillas en centros sanitarios