Por Lucía de Mingo
18 de noviembre de 2022Investigadores de la Universidad de Edimburgo han descubierto que los parásitos asociados con la lepra pueden reprogramar las células para aumentar el tamaño del hígado en animales adultos sin causar daños, cicatrices ni tumores. Este hallazgo, publicado en la revista científica Cell Reports Medicine, ha abierto un nuevo horizonte en el proceso de renovación de hígados envejecidos e, incluso en contribuir a que los hígados dañados se recuperen y no sea necesario el trasplante.
Ya con otros estudios previos se había logrado la regeneración de este órgano en ratones, sin embargo, la técnica empleada era muy invasiva, en cuanto a cicatrización y desarrollo de tumores. Con el objetivo de esquivar estos efectos secundarios dañinos, los científicos se basaron en un descubrimiento anterior: la bacteria que causa la lepra, denominada Mycobacterium leprae, era capaz de llevar a cabo la reprogramación celular.
En colaboración con el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, el equipo infectó a 57 armadillos con el parásito y comparó sus hígados con los de armadillos no infectados y con los que resultaron resistentes a la infección.
Descubrieron que los animales infectados regeneraron su hígado, llegado a casi duplicar su tamaño. Los científicos creen que esto se debe a que las bacterias de la lepra modificaron las células hepáticas, rejuveneciéndolas y convirtiéndolas en nuevos hepatocitos que desarrollaron nuevos tejidos hepáticos.
Además, pudieron comprobar que el órgano estaba sano e ileso y contaba con los mismos componentes vitales (como vasos sanguíneos, conductos biliares y unidades funcionales conocidas como lóbulos) que el de los armadillos no infectados y resistentes.
También descubrieron varios indicadores de que los principales tipos de células hepáticas, conocidas como hepatocitos, habían “rejuvenecido” en los armadillos infectados. De hecho, las células de sus hígados eran similares a las de otros animales más jóvenes e, incluso, a las de hígados de fetos humanos. Es decir, los genes relacionados con el metabolismo, el crecimiento y la proliferación celular, se activaron y los relacionados con el envejecimiento se redujeron o suprimieron.
El equipo tiene la esperanza de que este descubrimiento tenga el potencial para frenar el envejecimiento y el daño hepático en humanos, ya que las enfermedades del hígado provocan actualmente dos millones de muertes al año en todo el mundo.
“Si podemos identificar cómo las bacterias hacen crecer el hígado como un órgano funcional sin causar efectos adversos en los animales vivos, podremos traducir ese conocimiento para desarrollar intervenciones terapéuticas más seguras para rejuvenecer hígados envejecidos y regenerar tejidos dañados”, señala Anura Rambukkana, del Centro de Medicina Regenerativa de la Universidad de Edimburgo.