Por Juan García
28 de diciembre de 2023El miedo y la preocupación excesiva ante sensaciones físicas incómodas o inusuales como indicadores de una enfermedad grave se traduce en un trastorno de ansiedad por enfermedad, que se puede ver agravado por condiciones ambientales como el estrés o la influencia de personas cercanas. Según un estudio publicado en la revista JAMA Psychiatry, las personas que padecen hipocondría tienen un mayor riesgo de muerte por causas tanto naturales como no naturales, particularmente suicidio, en comparación con personas de la población general sin este trastorno.
En España se estima que en torno a un 20% de la población padece de hipocondría en algún grado, según el libro “Recomendaciones Terapéuticas en los Trastornos Mentales”. Una enfermedad cuya importancia a nivel psicológico no debe ser minusvalorada por los profesionales sanitarios, advierten desde la revista JAMA. La sugestión propia ante cualquier síntoma “de forma desproporcionada” provoca un “malestar y deterioro significativos", señalan los autores de este estudio elaborado por varias universidades suecas. Algo que, paradójicamente, parece llevar asociado unos mayores índices de mortalidad en comparación con las personas que no la padecen.
Con una muestra de 4.129 individuos con hipocondría y 41.290 sin ella, los resultados de este estudio encontraron un aumento de un 84% en el riesgo de mortalidad por todas las causas para los diagnosticados, en comparación con las personas de la población general.
Los investigadores sugieren que, entre las causas de muerte no naturales, el suicidio es la más frecuente entre los hipocondríacos. Las personas con este diagnóstico tienen cuatro veces más riesgo de cometer suicidio en comparación con las personas de la población general. Otro hallazgo del estudio desvela que las personas con hipocondría habían sido diagnosticadas en un 85.7% de los casos con algún otro trastorno psiquiátrico a lo largo de su vida, principalmente relacionados con la ansiedad y la depresión. Un porcentaje muy superior al 19.9% que registraron entre la población general. En este sentido, los investigadores hacen un llamamiento a los profesionales sanitarios para que tomen conciencia sobre el riesgo de suicidio que sufren en mayor medida las personas hipocondríacas. Apuntan que muchas de las muertes de hipocondríacos podrían ser “evitables”, por lo que defienden la necesidad de “dar prioridad a una mejor detección y al acceso a una atención basada en la evidencia” ante una enfermedad que consideran infradiagnosticada, señalan desde la revista JAMA.
Las recomendaciones para el tratamiento de la hipocondría pasan por cuadros de trabajo similares a los que se aplican a personas con trastornos de ansiedad, de forma que puedan reducir sus niveles de estrés e intranquilidad cuando detectan algún síntoma o malestar físico para no sobredimensionarlo. Desde la clínica Mayo consideran que la hipocondría tiene un componente “contagioso” o hereditario, ya que está constatado que la relación con familiares que padecen de este trastorno conlleva un mayor riesgo de contraerlo. Frente a las connotaciones negativas que se asocian a la enfermedad, los autores del estudio subrayan la importancia de la concienciación por la “alta prevalencia y el uso sustancial de recursos de atención sanitaria” que efectúan los pacientes.