Por Juan García
13 de agosto de 2025Que la calidad del sueño de los españoles es deficiente es algo que demuestran diversos datos. España es uno de los países donde se consumen más ansiolíticos e hipnosedantes del mundo y las cifras de trastorno del sueño lo avalan. Casi la mitad de la población (48%) no tiene un sueño de calidad, con problemas para iniciarlo o mantenerlo y se estima que entre un 10 y 15% de los españoles tiene insomnio crónico.
Los problemas de salud mental, como el estrés o la ansiedad, además de los horarios tardíos que tenemos habitualmente en España son algunos de los factores que explican este fenómeno, pero en el organismo también hay diversos mecanismos que determinan la aparición del insomnio. Hasta el momento, la evidencia científica no había logrado determinar la relación entre la composición de la microbiota intestinal y el insomnio, aunque un nuevo estudio publicado en la revista BMJ ha encontrado un efecto causal entre ambos aspectos.
El equipo de investigadores analizó los datos genéticos de casi 387.000 pacientes con insomnio, así como la información del microbioma intestinal de casi 27.000 personas. Así, encontraron 14 grupos de bacterias (lo que se denomina taxones bacterianos) favorecen la aparición del insomnio, mientras que otros ocho taxones desarrollaron un efecto protector frente a este trastorno del sueño. Además, el estudio ha demostrado la bidireccionalidad de la relación entre estos dos fenómenos, de forma que el insomnio produce un descenso en la presencia de otros siete taxones y aumenta la cantidad de otros 12.
Gracias a estos hallazgos, los autores confían en que esta evidencia pueda proporcionar las claves para diseñar nuevos enfoques terapéuticos que prevengan la aparición del insomnio.
El microbioma intestinal lo conforman las bacterias, hongos y virus que habitan en nuestro organismo, contribuyendo a desarrollar funciones esenciales como la digestión de los alimentos, la respuesta del sistema inmunitario o atacar y destruir otros microorganismos perjudiciales. Los autores de la investigación apuntan que aún no está claro por qué la microbiota está relacionada con el insomnio, pero sus hallazgos aportan nuevas claves sobre cómo aprovechar esta situación. "En general, los efectos entrelazados del insomnio sobre la microbiota intestinal, y viceversa, representan una compleja relación bidireccional", apuntan en el estudio.