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Científicos españoles modifican genéticamente una proteína para acabar con la obesidad

El estudio ha permitido que ratones obesos hayan perdido peso en diez semanas, reduciendo sus niveles de azúcar y colesterol

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Científicos españoles modifican genéticamente una proteína para acabar con la obesidad

Por Julia Porras

20 de julio de 2023

La OMS advierte de que ya muere más gente por problemas relacionados con la obesidad que por desnutrición en el mundo. Es más, nuestros hijos están viendo cómo su esperanza de vida se reduce hasta en cinco años a causa de esta enfermedad.

Ante esta realidad, estudios como el que ha llevado a cabo la Universidad de Barcelona, junto al CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBBEROBN), cobran especial relevancia. El equipo de investigadores, liderado por la doctora Laura Herrero, ha diseñado una estrategia para combatir la obesidad y la diabetes en ratones mediante terapia génica ex vivo consistente en extraer células del propio animal, manipularlas y volverlas a implantar. Estas células modificadas genéticamente son capaces de expresar la proteína CPT1AM, una enzima que tiene un papel decisivo en muchas enfermedades metabólicas como la obesidad. “En el laboratorio nos hemos centrado en las células madre del tejido adiposo, que es donde se encuentran también los adipocitos, almacenes de los triglicéridos. Hemos cogido estas células madre y las hemos aislado y manipulado genéticamente, mediante terapia génica, para conseguir que expresen una proteína, la CPT1A, que es la que se dedica a quemar las grasas que entran en el organismo. El problema es que esta proteína que tenemos en nuestras células no funciona cuando hay exceso de carbohidratos, porque el cuerpo, cuando hay exceso de azúcar, lo primero que hace es quemarla, ya que es nociva. En ese caso la proteína ‘quemagrasa’ deja de actuar”, explica la doctora Herrero.

Una persona con obesidad, por lo general, tiene precisamente exceso de carbohidratos, por lo que su “quemagrasa” se paraliza. En el laboratorio “hemos mutado esta proteína para que queme la grasa, independientemente de los niveles de carbohidratos que haya en el cuerpo”, explica la doctora Herrero.

Tras esta modificación, los científicos volvieron a implantar en los animales estas células madre de forma subcutánea y consiguieron, en solo 10 semanas, resultados increíbles. “Los ratones obesos a los que les implantamos estas células con la proteína CPT1A consiguieron reducir peso, reducir su hígado graso, disminuir los niveles de glucosa y colesterol y mejorar su resistencia a la insulina, en solo dos meses y medio”.

En ratones ha funcionado. Ahora solo falta que el estudio pueda hacerse en humanos. “Se haría siguiendo el mismo método, extraeríamos células madre del tejido adiposo del paciente, las manipularíamos genéticamente y las volveríamos a implantar, para que ese potente ‘quemagrasa’ natural acabara con la obesidad del paciente”, afirma la doctora.

Este estudio es el primer trabajo que aplica la técnica de terapia génica “ex vivo”, es decir, que extrae de un paciente vivo sus células y se vuelve a implantar en él. Aun así la doctora es cauta: “Para aproximar la terapia en humanos, necesitamos optimizar varios procesos como la calidad y la viabilidad de células madre de tejido adiposo aislado de personas con obesidad, el porcentaje de infección con lentivirus y el número de células utilizadas para el trasplante”. 

La obesidad: la enfermedad que no se trata como tal

Uno de cada tres niños de entre seis y nueve años tiene obesidad en España, siendo nuestro país, junto a Inglaterra y EE. UU., uno de los que cuenta con mayor índice de obesidad infantil. “El mayor problema es que el 80% de esos niños seguirán siéndolo de adultos con todas las enfermedades que eso conlleva; diabetes tipo II, problemas cardiovasculares, alzhéimer, hígado graso, infertilidad”, explica la doctora Laura Herrero.

Es un problema global, solo en Europa el 50% de su población tiene sobrepeso u obesidad y lo más preocupantes es que “solo tres países consideran la obesidad como lo que es, una enfermedad. Portugal, Italia y Holanda lo tienen claro, pero el resto de los países lo siguen viendo como una condición de salud”, apunta la doctora Herrero.

La doctora explica que muchos casos son genéticos, pero en la mayoría de las ocasiones la obesidad está asociada con el estilo de vida. Además, se ha descubierto “que las personas con obesidad tienen un 25 % menos de papilas gustativas, con lo que para saborear la comida deben ingerir más y más cantidad”. Para tratar esta enfermedad, solo existen dos tipos de tratamiento, “farmacológicos, que se cuentan con los dedos de la mano, y la cirugía bariátrica, para casos muy extremos, para personas con un índice de masa corporal por encima de 35. En todo caso son tratamientos con eficacia muy limitada a largo plazo”, apunta la doctora Herrero.

La clave está en “que se sepa de una vez que la obesidad es una enfermedad, que debe ser tratada como tal, con un protocolo de actuación ante la misma desde la Atención Primaria y también con educación nutricional para los padres, que no saben, por ejemplo, que el azúcar es una adicción o que desconocen el peligro de los alimentos ultraprocesados”, concluye la doctora Herrero.



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