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Pérdidas multimillonarias en Europa tras desechar dosis caducadas de Paxlovid

Pérdidas multimillonarias en Europa tras desechar dosis caducadas de Paxlovid

En España, de los 344.000 tratamientos completos que el Ministerio de Sanidad adquirió a Pfizer en 2022, solo se han utilizado 130.000

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Pérdidas multimillonarias en Europa tras desechar dosis caducadas de Paxlovid
Foto de Pixabay

Por Nuria Cordón

12 de enero de 2024

Alrededor de 1,5 millones de dosis de Paxlovid, el antiviral contra la Covid-19 de Pfizer, caducaron en Europa a finales de noviembre, según la consultora Airfinity, y se prevé que esta cifra alcance los 3,1 millones a finales de febrero de 2024, con unas pérdidas valoradas en 2.000 millones de euros. 

Reino Unido es, según el informe, el país europeo con mayor número de dosis caducadas (más de un millón), con un coste estimado de 700 millones de dólares. Además, dada la baja prescripción del medicamento en el país británico, hasta 2,2 millones de fármacos podrían quedar sin utilizar a mitad de año, con lo que el valor total de dosis desperdiciadas en Reino Unido alcanzaría los 1.500 millones de euros. 

España ocupa el segundo puesto en este ranking. Según Airfinity, de los 344.000 tratamientos completos que el Ministerio de Sanidad adquirió a Pfizer el 24 de marzo de 2022, solo se han utilizado 130.000, por lo que 214.000 habrían caducado. Unas cifras que, según Ernesto Cervilla, vicepresidente del Consejo Andaluz de Colegios Farmacéuticos, podrían ser incluso mayores ya que en Andalucía, en el poco más de año y medio que lleva el fármaco disponible, “sólo se han dispensado 1.800 dosis en las farmacias comunitarias, una media de tres al día”, una cifra muy baja teniendo en cuenta que esta comunidad autónoma representa aproximadamente el 20% de la población. 

Arma para frenar la Covid

Paxlovid se comercializó por primera vez a principios de 2022 como una herramienta fundamental en la defensa de los países contra la Covid-19, especialmente para los pacientes en estado crítico e inmunodeprimidos. Los datos de los ensayos clínicos mostraban una reducción cercana al 90% del riesgo de enfermedad grave, por lo que muchos países se apresuraron a adquirir el medicamento justo cuando apareció la nueva variante Omicron, que provocó un aumento sin precedentes de las infecciones en todo el mundo. De acuerdo con la consultora, Paxlovid generó unas ventas de 19.000 millones de dólares en 2022, pero esta cifra ha disminuido drásticamente debido al descenso de las prescripciones. De hecho, el pasado mes de octubre, Pfizer apuntó unos ingresos por Paxlovid de aproximadamente 1.000 millones de dólares para este año, un 95% menos que en 2022. Este descenso se habría visto agravado por la devolución de existencias no utilizadas por parte de Estados Unidos, el mayor comprador de Paxlovid, con un 54% de las ventas declaradas hasta la fecha, pero cuyo gobierno renegoció su acuerdo con Pfizer en octubre para devolver parte de sus existencias. 

Según declaraciones de la compañía farmacéutica a Medicina Responsable, los medicamentos “deben tener fechas de caducidad asociadas para garantizar que los utilizados por los pacientes sean seguros, eficaces y de alta calidad. La caducidad y destrucción de las dosis puede ser una consecuencia inevitable de una situación pandémica, el resultado del esfuerzo de las empresas farmacéuticas y gobiernos por abordar la crisis de salud pública rápidamente con el objetivo general de proteger a sus poblaciones en un entorno en constante cambio”. Aun así, continúan, “en un esfuerzo por extender el valor ofrecido por Paxlovid a los gobiernos y organizaciones internacionales, hemos trabajado con organismos regulatorios de todo el mundo para extender su vida útil total de 12 a 18 o 24 meses, según corresponda”. Este cambio, según Pfizer, “se basa en los datos de estabilidad disponibles y tiene como objetivo maximizar el tiempo disponible para usar el producto al tiempo que se minimiza el número de ciclos de tratamiento que no se utilizan”. 

Por qué tantas dosis caducadas

Después de las vacunas, que han conseguido salvar millones de vidas en todo el mundo, los antivirales se convirtieron en la gran esperanza para acabar con el virus, por lo que el Ministerio de Sanidad, tras el visto bueno de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), decidió incorporar este tipo de fármacos al Sistema Nacional de Salud. Según fuentes del Consejo General de Colegios Farmacéuticos de España, en la actualidad, los medicamentos antivirales disponibles son Paxlovid (Pfizer) y Veklury (Gilead), aunque Paxlovid es el único puede dispensarse en las farmacias comunitarias, bajo prescripción médica, y no en todas; sólo en Andalucía, Aragón, Cantabria, Cataluña y Navarra. De hecho, algunos médicos y farmacéuticos desconocen su disponibilidad. Una situación que desde los colegios de farmacéuticos ven muy negativa: “Dadas las peculiaridades de utilización efectiva de este medicamento (importancia del inicio inmediato del tratamiento, facilidad de administración del fármaco y prescripción también desde Atención Primaria) se debería establecer la mayor accesibilidad posible mediante una dispensación de proximidad, aprovechando para ello la red de más 22.000 farmacias y los 55.000 farmacéuticos comunitarios”. Esta escasa accesibilidad puede ser una de las causas que ha llevado a una baja prescripción del medicamento.

En aquellas comunidades donde Paxlovid sí puede dispensarse en farmacias, el proceso para su administración por parte de los pacientes también es algo más complejo que con un medicamento normal. Al igual que el resto de los fármacos bajo prescripción, ha de ser un médico, ya sea hospitalario o de AP, quien lo recete. “Aunque en los hospitales su administración tiene unos requisitos diferentes, para que un médico de AP pueda recetarlo y que el paciente lo adquiera en farmacia, éste ha de ser mayor de 65 años, con patologías previas respiratorias y que no esté inmunodeprimido”, explica Cervilla. Además, requiere una validación farmacéutica previa a su dispensación, “una especie de visado que se da, no solo en este antiviral, sino en otros medicamentos con indicaciones muy cortas y que pueden tener una serie de interacciones”. 

Estas interacciones con otros medicamentos han podido influir, según Cervilla, en que los médicos sean “reticentes a la hora de prescribirlo”. Pero, no podemos olvidar que hacer estimaciones del uso de medicamentos en situaciones excepcionales como una pandemia es muy complejo. “Hacer predicciones de cómo se va a comportar un virus para hacer acopio de ciertos medicamentos y asegurar el abastecimiento no es fácil”, explica Cervilla. De hecho, en España tenemos antecedentes como el caso del Tamiflú (Roche), el antiviral comprado por el gobierno en el año 2009 para hacer frente a la Gripe aviar y que años más tarde hubo que desechar por haber caducado.

 



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