Por Nuria Cordón
5 de septiembre de 2023Hace unos días, Laura empezó a sentirse mal. Tenía dolor de garganta, mucosidad, fatiga y algo de fiebre y, al ser síntomas compatibles con la Covid-19, decidió hacerse un test de antígenos en su casa para descartar la enfermedad. Pero la prueba dio positivo y, como su estado no era demasiado preocupante, Laura decidió bajar a su farmacia, en un municipio al norte de la Comunidad de Madrid, para preguntar por uno de los antivirales que, según le habían comentado, lleva más de un año en las farmacias españolas. Pero, para su sorpresa, el medicamento no estaba disponible para su venta en ninguna farmacia de su comunidad y el farmacéutico tampoco supo explicarle la razón.
Desde que la Organización Mundial de la Salud declarara el coronavirus como una pandemia global, los intentos de las farmacéuticas por frenar la enfermedad han sido muchos. Después de las vacunas, que han conseguido salvar millones de vidas en todo el mundo, los antivirales se convirtieron en la gran esperanza para acabar con el virus, por lo que el Ministerio de Sanidad, tras el visto bueno de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), decidió incorporar tres fármacos al Sistema Nacional de Salud. Según fuentes del Consejo General de Colegios Farmacéuticos de España, en la actualidad, los medicamentos antivirales disponibles en nuestro país son Paxlovid, de la compañía Pfizer, “indicado para el tratamiento de la Covid-19 en adultos que no requieren aporte de oxígeno suplementario y que tienen un riesgo alto de progresar a COVID-19 grave”; y Veklury, de Gilead, “indicado en adultos y adolescentes de 12 años de edad y mayores con un peso corporal de al menos 40 kg con neumonía que requieren oxígeno suplementario”. Junto a ellos, España también se autorizó Lagevrio, de Merck Sharp & Dohm, pero la compañía retiró el medicamento el pasado mes de junio “debido a que no se pudo concluir en los ensayos clínicos un balance beneficio/riesgo favorable”.
De los dos antivirales que, en la actualidad, se pueden administrar en España, Paxlovid es el único que puede dispensarse en las farmacias comunitarias, pero, aquí viene el primer problema al que se enfrentó Laura: no en todas, de hecho, sólo se dispensa en cinco comunidades autónomas: Andalucía, Aragón, Cantabria, Cataluña y Navarra. La realidad, según explican fuentes de los Colegios de Farmacéuticos, “es la de siempre, que tenemos 17 modelos de salud diferentes”.
En España, Paxlovid está disponible desde el 24 de marzo de 2022, cuando el Ministerio de Sanidad llegó a un acuerdo con Pfizer para adquirir 344.000 tratamientos completos por 238 millones de euros. A pesar de que el Ministerio envió a las comunidades el antiviral y decidió que pudieran ser también dispensadas en las farmacias, no ha sido así en todas las comunidades, algo que desde los colegios de farmacéuticos ven negativo: “Dadas las peculiaridades de utilización efectiva de este medicamento (importancia del inicio inmediato del tratamiento, facilidad de administración del fármaco y prescripción también desde Atención Primaria) se debería establecer la mayor accesibilidad posible mediante una dispensación de proximidad, aprovechando para ello la red de más 22.000 farmacias y los 55.000 farmacéuticos comunitarios”. Para los farmacéuticos, “el acceso tanto a través de los servicios de farmacia hospitalaria como de las farmacias comunitarias garantiza siempre la intervención de un farmacéutico como garante de la conservación y correcta dispensación a los pacientes susceptibles de este tratamiento”. Pero la realidad es otra muy distinta.
En las cinco Comunidades Autónomas en las que Paxlovid sí puede dispensarse en farmacias, el proceso para su administración por parte de los pacientes es algo más complejo que con un medicamento normal. Las investigaciones ya demostraron que el fármaco reduce la gravedad de la enfermedad y disminuye el riesgo de desarrollar síntomas a largo plazo como fatiga crónica, dolor muscular, enfermedad renal, enfermedad cardiaca, problemas de coagulación sanguínea y alteraciones neurocognitivas, siempre que sea administrado durante los primeros cinco días en los que aparecen los síntomas. Aun así, ha de ser un médico, ya sea hospitalario o de AP, quien lo recete. Aunque en los hospitales su administración tiene unos requisitos diferentes, para que un médico de AP pueda recetarlo para que el paciente lo adquiera en farmacia, éste ha de ser mayor de 65 años, con patologías previas respiratorias y que no esté inmunodeprimido”, explica Ernesto Cervilla, del Consejo Andaluz de Farmacéuticos. Requisitos mucho más estrictos que en otros países, como, por ejemplo, Estados Unidos, donde es indiferente la edad del paciente.
Según fuentes de la compañía Pfizer, Paxlovid está a disposición de los profesionales sanitarios de todo el país y son las autoridades sanitarias las que establecen las condiciones de dispensación de los medicamentos para COVID-19, que en el caso de Paxlovid, puede ser comunitaria, hospitalaria y/o de atención primaria, y requiere una validación farmacéutica previa a su dispensación”. Esta validación farmacéutica es, según Cervilla, una especie de visado que se da, no solo en este antiviral, sino en otros medicamentos “con indicaciones muy cortas y que pueden tener una serie de interacciones”. Para Cervilla, en Andalucía, “esta validación es inmediata, para asegurarnos, precisamente, de que el paciente lo tenga en el día y pueda tomarlo, tal y como especifican las indicaciones, en esos primeros cinco días”. En cuanto se prescribe, que tiene que ser obligatoriamente por receta electrónica, “los servicios farmacéuticos lo validan inmediatamente, para ello, en Andalucía, la consejería lo que hizo fue consignar el total de unidades de Paxlovid a la distribuidora Bidafarma, porque entendían que el acceso del paciente a este fármaco era más fácil a través de la farmacia comunitaria. La distribuidora es capaz de administrar Paxlovid a las farmacias como muy tarde en las 12 horas siguientes a la realización del pedido”.
Pero, no todas las barreras para su dispensación en farmacias son burocráticas. Algunas son sanitarias ya que, aparte de los efectos secundarios, como cualquier otro fármaco, Paxlovid tiene importantes interacciones con otros medicamentos y es ahí donde la validación farmacéutica juega un papel esencial.
Todo este periplo de trabas burocráticas y sanitarias ha hecho que de los 344.000 que el Ministerio adquirió a Pfizer, solo se haya utilizado entre un 10 y un 15%, según algunas estimaciones. De hecho, según Cervilla, en Andalucía, desde abril de 2022 sólo se han dispensado en farmacias 1.670 dosis, una cifra muy baja si tenemos en cuenta que, en estacomunidad, según los últimos datos de la evolución de la Covid, la cifra total de confirmados, mayores de 60 años, alcanza los 357.211. “Es un problema de indicación”, explica Cervilla. “Me consta que hay muchas unidades compradas y distribuidas en las comunidades, por lo que no es por un problema de escasez. Lo que sí puede haber pasado es que haya habido precaución a la hora de prescribirlos para evitar un desabastecimiento”.