Por Julia Porras
24 de abril de 2023La poliomielitis, o polio, es una enfermedad discapacitante y, en ocasiones, mortal, que fue declarada "emergencia de salud pública de interés internacional" en el año 2014 y, desde entonces, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha prorrogado esta emergencia 34 veces de forma consecutiva. La última vez el pasado 2 de febrero. Por su parte, el sarampión, enfermedad muy contagiosa y grave, ha causado importantes epidemias a lo largo de la historia, antes de que en 1963 se introdujera la vacuna y se generalizara su uso. Aun así, según la OMS, se calcula que en 2017 murieron 110.000 personas por esta causa, la mayoría de ellas menores de cinco años debido, en parte, a que la cobertura de vacunación contra el sarampión ha disminuido constantemente desde el comienzo de la pandemia de la Covid.
Se trata de enfermedades prácticamente inexistentes en los países de alto Índice de Desarrollo Humano, gracias a las campañas de vacunación, pero que preocupan a los pediatras por el repunte de casos que se está produciendo en los últimos tiempos. Esta advertencia se ha recogido durante las XIV Jornadas de Vacunas del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP), celebradas en Orense.
“No podemos bajar la guardia. La poliomielitis o el sarampión son enfermedades que resurgirán, incluso en los lugares donde nos hemos olvidado de su existencia, como es el caso de España, si no se aumentan los esfuerzos por mejorar las coberturas vacunales. Las vacunas representan el mejor instrumento para controlarlas y eliminarlas”, ha advertido el doctor Abián Montesdeoca Melián, miembro del CAV-AEP, Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría. A pesar de ser enfermedades para las que existen vacunas, el riesgo de que resurjan en nuestro entorno es alto; primero, por el desequilibrio que existe en el acceso a las vacunas en los diferentes países del mundo, y segundo, como consecuencia del descenso generalizado de las tasas de vacunación incluso en países de alto índice de Desarrollo Humano, ocasionado en buena parte por la irrupción de la Covid.
En pasado mes de octubre de 2022, el etras la reciente identificación de casos de poliomielitis y de poliovirus en aguas residuales en países de nuestro entorno, como Reino Unido. La conclusión fue que el riesgo asociado a PV en el país es en la actualidad muy bajo, aunque, dada la situación epidemiológica y el descenso de la cobertura de vacunación a nivel internacional, se recomienda mantener la coordinación entre todos los componentes que forman parte del Plan de Acción de España para la Erradicación de la Poliomielitis, así como el mantenimiento y fortalecimiento de los sistemas de vigilancia.
Los datos de la ECDC (Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades) aclaran en su último informe que es posible que aproximadamente 2,4 millones de niños en la Unión Europea no hayan recibido las tres dosis de vacunas contra la poliomielitis a tiempo. “El problema está en que en algunas zonas de Occidente hay bolsas de no vacunados frente a la polio por decisión propia, sobre todo por personas que desconfían de las vacunas, fenómeno que puede empeorar tras la pandemia de la Covid. Aunque las tasas de vacunación para una enfermedad sean altas entre la población de un país a nivel global, si hay bolsas de población no vacunada a nivel local, el riesgo de aparición de brotes es real, tal y como se ha demostrado recientemente en Nueva York”, alerta el doctor Montesdeoca Melián.
La poliomielitis es una enfermedad controlada en nuestro país, “de hecho solo ha habido cuatro casos en los últimos 30 años”, explica el director médico de Medicina Responsable, Pedro Gargantilla. Aun así, “hay que vigilar la enfermedad, estamos en situación de prealerta, pero no poner dosis extra de recuerdo”. Las razones por las que está aumentando esta enfermedad son principalmente “los movimientos humanos desde países con niveles de vacunación bajos como Ucrania y Afganistán y los movimientos antivacunas, que han crecido desde la pandemia”, asegura Gargantilla.
La cobertura de vacunación contra el sarampión, por su parte, ha disminuido constantemente desde el comienzo de la pandemia de la Covid. Este hecho es un revés importante en el camino para lograr y mantener la eliminación del sarampión en el mundo y deja a millones de niños a merced de la infección. En 2021, hubo unos nueve millones de casos y 128.000 muertes por sarampión en todo el mundo. De hecho, se batió un récord de casi 40 millones de niños que no recibió una dosis de la vacuna contra la enfermedad: 25 millones de niños no recibieron la primera dosis y otros 14,7 millones no recibieron la segunda.
“El sarampión, contrariamente a lo que alguna gente piensa, no está eliminado ni erradicado. Sigue habiendo países en Asia y África donde se dan un gran número de casos y, en el mundo globalizado en el que vivimos, puede aparecer una persona en nuestro país que esté incubando la enfermedad. Por eso es tan importante que los niños estén bien protegidos; si no, en cualquier momento podría surgir un brote. No tiene por qué suceder, pero es una posibilidad, ¿por qué jugársela habiendo una vacuna para prevenirlo?”, ha advertido la doctora María José Cilleruelo, codirectora de las XIV Jornadas de Vacunas del CAV-AEP.
El sarampión es una enfermedad con importantes riesgos asociados que se puede prevenir casi en su totalidad con la vacuna, incluida en las conocidas como “triple vírica” y “tetravírica”, preparados que incluyen también antígenos contra la rubeola, la parotiditis y la varicela, en el caso de la última. Hay adultos que no se han vacunado ni han pasado la enfermedad y niños que todavía no han iniciado la vacunación.
En España se pone una primera dosis a los 12 meses de edad y después otra con tres o cuatro años, pero los expertos analizan actualmente la conveniencia de adelantar ambas dosis para acelerar la óptima protección. “Las tasas de vacunación frente al sarampión han sido históricamente altas en España, pero en los últimos años, sobre todo tras la irrupción de la Covid, han disminuido de una forma preocupante. De hecho, en la actualidad, sólo cinco comunidades autónomas superan el 95% de cobertura con la segunda dosis de vacuna de sarampión, tal y como aconseja la OMS. En nuestro país, la vacunación se inicia a los 12 meses y probablemente es tardía y podría adelantarse.