Por Nuria Cordón
14 de noviembre de 2023Los avances para tratar la diabetes, una enfermedad que afecta, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), a 422 millones de personas en todo el mundo, son cada vez mayores, pero, para los pacientes que conviven con esta enfermedad, el acceso a dichos tratamientos es fundamental para su supervivencia. Por esta razón, con motivo del Día Mundial de la Diabetes, representantes de la Sociedad Española de Diabetes (SED) y su Fundación (FSED), así como de la Federación Española de Diabetes (FEDE), han hecho un balance de la situación en la que se encuentra la investigación y el acceso a los medicamentos por parte de los pacientes.
De acuerdo con estas organizaciones, en los últimos años se están produciendo infinidad de avances tecnológicos y farmacológicos que están posibilitando, no sólo un control más precoz y eficaz de las distintas formas de diabetes (principalmente el tipo 1 y 2), sino que, con la aparición de nuevos tratamientos, se están generando beneficios importantes en la prevención y en el manejo de las complicaciones asociadas a esta enfermedad metabólica. En los pacientes con diabetes tipo 1 (DM1), que afecta a un 10% de los enfermos, el gran avance, según la SED, son los sistemas automáticos de liberación de insulina de asa cerrada híbrida que, aunque el paciente todavía tiene que poner la insulina y adaptar su administración ante el ejercicio, ajustan de forma automática la insulina basal a las modificaciones de la glucosa y permiten la liberación automática de dosis adicionales. Por su parte, en el ámbito de la diabetes tipo 2, la más común (alrededor del 90% de los casos), “tenemos muchas razones para ser optimistas, ya que la investigación en diabetes no se detiene y ofrece nuevos tratamientos y herramientas que van mejorando el pronóstico y la calidad de vida, y que en un futuro podrán permitir la prevención y, por qué no, la posible curación futura de esta enfermedad”, comenta el presidente de la SED, el doctor Antonio Pérez.
Entre los avances más importantes registrados recientemente en el abordaje de las personas con diabetes tipo 2, destaca el desarrollo de la tecnología aplicada al tratamiento y al seguimiento de las personas con diabetes, y la disponibilidad de nuevos fármacos orales e inyectables (agonistas de receptor de GLP1 e inhibidores de la SGLT2) para el tratamiento de la hiperglucemia y las comorbilidades asociadas a la enfermedad. Hablamos de medicamentos tan populares como Saxenda y Ozempic (Novo Nordisk) o Mounjaro (Lilly), que han empezado a administrarse también para tratar la obesidad. “Estos fármacos han modificado en gran medida las estrategias de tratamiento de los pacientes, ya que no incrementan el riesgo de hipoglucemia, reducen el peso corporal y tienen efectos beneficiosos en la protección cardiovascular y renal, añadidos al control glucémico”, afirma el doctor Pérez. Por su parte, la doctora Sonia Gaztambide, presidenta de la FSED, también destaca la aparición de “nuevos fármacos que no solamente mejoran el control glucémico, sino que, además, ofrecen un perfil cardiovascular y renal beneficioso”.
Pero el gran problema de la enfermedad es que, a pesar de los importantes avances científicos, “su prevalencia sigue aumentando y, aunque hemos avanzado mucho para reducir el impacto que tiene en la vida de las personas, aún no somos capaces de eliminar la elevada morbimortalidad asociada a la propia enfermedad y a sus complicaciones, mejorar la calidad de vida de los enfermos y reducir la elevada utilización de recursos sanitarios que supone”, explica el doctor Antonio Pérez. Y es aquí donde los expertos ponen el acento.
En este complejo camino por encontrar las mejores herramientas que ayuden a los pacientes a mejorar su calidad de vida e, incluso, a curar la enfermedad, las compañías farmacéuticas juegan un papel clave. Un claro ejemplo es la compañía danesa Novo Nordisk, cuyo objetivo pasa por “la cura de la diabetes tipo 1”. Para ello, según informan en su propia web, “estamos progresando en nuestra investigación en medicina regenerativa, como la terapia con células madre secretoras de insulina, que algún día podría llegar a ser la cura de la diabetes mellitus tipo 1”. Hace un siglo que, como compañía, ·nos propusimos cuidar a las personas con diabetes con el compromiso de no darnos nunca por vencidos hasta lograr encontrar la cura definitiva", explica el doctor Francisco Pajuelo, director Médico de Novo Nordisk España, y, "mientras llega este momento, seguimos desarrollando soluciones innovadoras que están mejorando el curso de la enfermedad y las patologías asociadas, así como la calidad de vida de las personas que conviven con ella".
En este sentido, desde 2016, Novo Nordisk España ha puesto en marcha 50 ensayos clínicos con 1.558 pacientes. Para ello, han invertido 29 millones de euros en I+D en nuestro país, un aumento de la inversión que se ha traducido también en un incremento de un 50% en el número de pacientes en ensayos clínicos, pasándose de 600 en 2019 a 800 en 2021. En los próximos años, este esfuerzo inversor "se prevé que siga en aumento al precisarse de un número más elevado de pacientes y centros que participen en los proyectos de investigación que es, en definitiva, el gasto más importante en un ensayo clínico y el que mayor impacto representa en todo el proceso de innovación que realiza la compañía" comenta el doctor Pajuelo. Por ello, "apuntamos a un futuro prometedor para los pacientes con nuevas terapias en desarrollo que traerán mayor flexibilidad y una aproximación holística en su cuidado. Gran parte de nuestros esfuerzos pasan por trabajar en líneas de investigación enfocadas en el desarrollo de insulinas sensibles a la glucosa y con regulación de la glucosa con beneficios añadidos sobre las comorbilidades asociadas, o mejora de la función de la célula beta pancreática".
La insulina ha sido el gran avance en la lucha contra esta enfermedad y, para la compañía Lilly, que produjo de forma industrial la 1ª insulina (Iletin) en 1923, supuso su mayor hito, ya que fue “un punto de inflexión para el tratamiento de las personas con diabetes tipo 1, que hasta entonces fallecían como consecuencia de la enfermedad”, explica Miriam Rubio, directora médica de Diabetes de la compañía. Aun así, a lo largo de estos años ha habido otros grandes hitos para la empresa norteamericana, como fue “la primera insulina producida por recombinación genética (Humalog, en 1984) o medicamentos para la diabetes tipo 2 como dulaglutida (Trulicity), un arGLP-1 semanal comercializado en España desde 2014 y que, además, fue el primero de su clase en demostrar beneficio cardiovascular en pacientes con enfermedad cardiovascular establecida o factores de riesgo CV”.
Respecto al futuro, Lilly cuenta con una amplia cartera de moléculas en investigación, con cerca de una treintena de proyectos en el área de diabetes y enfermedades asociadas a esta. En este sentido, el medicamento de prescripción más avanzado es tirzepatida (Mounjaro), “ya autorizado en Europa como tratamiento para la diabetes tipo 2 y sobre el que el CHMP acaba de emitir opinión positiva para su autorización en la UE como tratamiento para la obesidad”, explica la doctora Rubio.
Sanofi es otra de las empresas que realizan, desde hace décadas, una importante labor de investigación. De acuerdo con Shirley Gil Parrado, directora general de Sanofi General Medicines Iberia, “la diabetes ha sido, es y será un área absolutamente clave para nosotros. Por ello seguimos apostando fuertemente por la I+D en este campo”. Uno de los propósitos de la compañía francesa es “ser capaces de proporcionar tratamientos que nos permitan cambiar el curso de la enfermedad. Nuestra aproximación como compañía farmacéutica es acompañar a las personas que sufren diabetes en todas las etapas de su enfermedad, anticipándonos incluso a la aparición de los síntomas y, una vez la enfermedad se desarrolla, ofreciendo tratamientos y herramientas para que puedan gestionarla”.
En los últimos 100 años la investigación ha avanzado muchísimo y tanto el tratamiento como la vida de los pacientes ha cambiado de forma sustancial: “Hemos desarrollado insulinas que han sido, y siguen siendo, el estándar de tratamiento para millones de pacientes en todo el mundo. Hemos desarrollado también otro tipo de tratamientos a lo largo de estas décadas y servicios para mejorar el control y seguimiento de los pacientes. Pero, además, un hecho diferencial es que, como compañía, también somos expertos y referentes en el desarrollo de tratamientos para enfermedades cardiovasculares, muy vinculadas algunas de ellas a las complicaciones y evolución de la diabetes, por lo que tenemos una visión y experiencia amplia que nos permite ofrecer soluciones innovadoras para las personas que las necesitan”, explica la directiva de Sanofi.
La diabetes tipo 2 se asocia a otras patologías como la insuficiencia cardiaca y la enfermedad renal crónica, siendo un importante factor de riesgo de esta última. Por ello, los expertos recomiendan realizar anualmente, al menos, un cribado de la función renal en todos los pacientes con diabetes tipo 2, ya que presentan una mayor morbimortalidad y un mayor riesgo de hipoglucemias y cardiovascular que las personas con diabetes con función renal normal. En este sentido, para Ana Pérez Domínguez, directora médica y de Asuntos Regulatorios de AstraZeneca España, “el área cardiovascular, renal y metabolismo de la compañía es prioritaria y estamos comprometidos en fomentar la prevención, mejorar el diagnóstico precoz y ofrecer soluciones que ayuden a mejorar la calidad de vida de los pacientes, sin complicaciones asociadas a la patología”.
Astrazeneca cuenta con una amplia historia en la lucha contra esta enfermedad, así, en 2009, la dapagliflozina demostró su eficacia y seguridad en el tratamiento de la DM2 en diversos ensayos de fase III, en 2012 se convirtió en el primer iSGLT2 aprobado para el tratamiento de la DM2 en adultos y en 2013 demostró beneficios más allá de la glicada: mejoría de células beta, sensibilidad a la insulina, reducción de peso y reducción de tensión arterial”, explica la doctora Pérez. Posteriormente, fue aprobado para el tratamiento de la insuficiencia cardiaca con fracción de eyección reducida, y este año “anunciamos también su aprobación para el tratamiento de la enfermedad renal crónica en pacientes con y sin diabetes tipo 2. Por tanto, con un único fármaco podemos tratar tres patologías interrelacionadas entre sí”.
En esta misma línea, la compañía Bayer ha desarrollado, desde varias áreas terapéuticas, diversas innovaciones que van dirigidas a mejorar la vida de los pacientes diabéticos. En la de cardiorenal, "contamos con una destinada a los pacientes que sufren enfermedad renal crónica asociada a diabetes tipo 2", explican Jordi Móndejar, responsable médico del área de oftalmología, y Cristian de la Roza, responsable médico del área de cardiorenal, ambos de Bayer España. De hecho, las innovaciones terapéuticas "ayudan a reducir esa carga y, por ello, estamos trabajando para que los pacientes españoles puedan acceder a esta terapia lo antes posible". En el área de oftalmología, la compañía focaliza sus esfuerzos en el Edema Macular Diabético (EMD), "una complicación de la diabetes que se produce a nivel del sistema visual y que representa en la actualidad la causa más frecuente de pérdida de visión en los pacientes diabéticos y, por tanto, una de las complicaciones oculares más temidas, siendo una de las principales causas de discapacidad visual y de ceguera en la población en edad laboral en la mayoría de los países desarrollados". Se calcula que el 27% de las personas con diabetes tipo 1 desarrollará EMD a los 9 años del diagnóstico de la diabetes, mientras que en el caso de la diabetes tipo 2 esa cifra se sitúa en el 28% transcurridos 20 años. "Llevamos casi 10 años en esta área y nuestro compromiso es seguir siendo el partner socio de referencia para los oftalmólogos españoles en el futuro", comentan ambos doctores.
En definitiva, se ha avanzado mucho en la diabetes en los últimos años, pero aún se advierten grandes dificultades. Como concluye el presidente de la SED, “la diabetes sigue teniendo una visibilidad social y en el sistema sanitario muy por debajo de lo que le correspondería por las cifras de personas que cada año son diagnosticadas de diabetes, las complicaciones asociadas a la enfermedad y las repercusiones socioeconómicas que conlleva.