Por Andrea Rivero
15 de diciembre de 2022“Durante gran parte de mi vida he sido obeso. Como decía mi abuela, he sido un niño de huesos anchos, lo que pasa es que no todo el mundo utiliza esos conceptos tan bonitos. He vivido el estigma, sé lo que es que la gente piense que no te has dado cuenta de que estás gordo y te lo recuerde cada día, sé lo que es que juzguen tu vida y te consideren una especie de vicioso”. Así relataba Ricardo Maure, investigador y divulgador científico, sus primeras experiencias con la obesidad durante una conferencia organizada por la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) y la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). Unas jornadas que han puesto el foco en la investigación y su enorme importancia para asegurar un futuro más esperanzador para aquellos que padecen esta enfermedad.
Bajo el lema “Investigación por un futuro sin obesidad” ambas sociedades científicas han querido resaltar el papel fundamental que tiene la investigación para acabar con la obesidad, enfermedad que se ha convertido en una pandemia. “Es fundamental el papel que tiene la investigación en el conocimiento de la obesidad como enfermedad, para poder llegar a un diagnóstico precoz, para evitar otras enfermedades asociadas a como la diabetes, el hígado graso, la enfermedad renal y cardiovascular, e incluso varios tipos de cáncer, y para desarrollar futuros tratamientos”, añade Gema Medina-Gómez, coordinadora del grupo de trabajo de investigación traslacional en obesidad de la SEEDO.
Los datos reflejan que la situación de la obesidad en nuestro país es grave, colocándose “prácticamente a la cabeza de los países europeos, con tasas de exceso de peso superiores al 60%”.
Por ello, es indispensable realizar acciones que involucren a toda la sociedad. De acuerdo con la doctora Irene Bretón, presidenta de la SEEN, “se están realizando diversas acciones que intentan prevenir la obesidad, pero, en general, son inconexas y no tienen el impacto previsto. Las personas con obesidad no siempre pueden acceder a la atención clínica que precisan y sufren un estigma injustificado a muy diversos niveles”. Por otra parte, Moure cree que quizá habría que plantearse un cambio revolucionario en cómo se concibe la salud pública, “quizá la Seguridad Social debería cubrir el entrenamiento físico porque a largo plazo se ahorraría mucho dinero, pero no se hace ni se plantea”, añade.
Además, los expertos destacan que ya hay estudios que han puesto de relieve que invertir en obesidad mejora no solo la esperanza de vida del paciente, también el gasto sanitario. Un estudio realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE, muestra que en España la obesidad reduce en 2,6 años la esperanza de vida y es responsable del 9,7% del gasto sanitario. De la misma manera, este estudio sugiere que por cada euro invertido en la prevención de la obesidad en España se recuperarían seis.
Los expertos han querido destacar la importante labor científica que se realiza en España y los investigadores de referencia mundial en este ámbito que tiene este país. “El esfuerzo de los profesionales es máximo aún con la poca financiación que se destina a la investigación en este país”, denuncia la investigadora Medina. Como consecuencia de esta baja inversión, “los logros no son inmediatos y suelen pasar muchos años hasta que llegan a la práctica clínica”, indica.
En este sentido la presidenta de la SEEN, destaca que el abordaje de la enfermedad debe incluir a todos los actores que participan, desde el paciente, hasta el médico de familia, el endocrinólogo, el nutricionista o las enfermeras. El problema es que, “no se está realizando bien el abordaje porque se considera más una falta de voluntad que una enfermedad, que lo es”, sentencia la doctora Bretón.