Por Gema Puerto
9 de agosto de 2023El excesivo calor, consecuencia del calentamiento global y del cambio climático, hacen que proliferen los mosquitos responsables de enfermedades como la malaria, el dengue o el virus zika. Pero, además, las altas temperaturas dificultan algunas de las principales estrategias para controlar la población de estos insectos.
Según un estudio de la universidad de California, publicado en la revista Nature Climate Change, el intento de frenar la proliferación de estos mosquitos a través de la bacteria Wolbachia pierde efectividad con el calor extremo, ya que hace que esta bacteria se estrese haciendo que no pueda controlar las plagas de mosquitos.
La técnica de control de plagas de Wolbachia consiste en introducir esta bacteria en los huevos de mosquitos de forma que, cuando los mosquitos macho con Wolbachia se aparean con las hembras silvestres que no tienen Wolbachia, los huevos no producen crías. Como los mosquitos no generan crías, se reduce la cantidad de insectos.
La Wolbachia es un tipo de bacteria común que se encuentra en los insectos. Es más, cerca de 6 de cada 10 de insectos en el mundo, como mariposas, abejas y escarabajos, tienen esta bacteria que no enferma ni a las personas, ni a los animales.
En Estados Unidos, el uso de mosquitos con Wolbachia es regulado por la Agencia de Protección Ambiental del país (EPA). Antes de la liberación de mosquitos con Wolbachia en una zona, la EPA debe conceder un permiso para uso experimental.
En España se emplea este biocida natural para combatir los riesgos del asentamiento de mosquitos transmisores de enfermedades como el Aedes Albopictus.