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Disfagia, una condición que desafía la vida cotidiana

Esta patología dificulta tragar alimentos, líquidos o saliva, afectando la calidad de vida de miles de personas

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Disfagia, una condición que desafía la vida cotidiana

Por Andrea Martín

22 de enero de 2025

Para muchas personas, algo tan cotidiano como comer o beber se convierte en un desafío constante. La disfagia, un trastorno que dificulta tragar alimentos, líquidos e incluso saliva, impacta en la calidad de vida de miles de personas, privándolas no solo del simple placer de disfrutar una comida sino de la posibilidad de nutrirse de forma eficaz. Este problema, que puede originarse en alteraciones neurológicas, musculares o estructurales, requiere atención médica especializada para prevenir complicaciones graves como la desnutrición, la deshidratación o la neumonía por aspiración.

El doctor Alejandro Hernández Camba, especialista del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Quirónsalud Tenerife, destaca la importancia de identificar la disfagia a tiempo y abordarla con un enfoque multidisciplinar. “La disfagia no solo afecta el bienestar físico, sino que genera aislamiento social y un impacto emocional significativo. El diagnóstico temprano es crucial para prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida del paciente”, explica.

Tipos de disfagia: dos caras de un mismo problema

La disfagia se clasifica en dos tipos principales: la disfagia orofaríngea, relacionada con problemas en la fase inicial de la deglución y común en enfermedades neurológicas como el párkinson o después de accidentes cerebrovasculares; y la disfagia esofágica, que afecta a la fase final de la deglución y suele estar vinculada a trastornos como la acalasia, el reflujo gastroesofágico o lesiones estructurales del esófago.

Ambas formas de disfagia requieren tratamientos especializados para minimizar riesgos y facilitar la alimentación del paciente.

El diagnóstico de la disfagia comienza con una historia clínica exhaustiva y pruebas específicas que permiten evaluar las estructuras implicadas en la deglución. Según el doctor Hernández, “la videofluoroscopia de la deglución y la manometría esofágica son herramientas clave para identificar problemas funcionales, mientras que la endoscopia digestiva alta ayuda a detectar obstrucciones o inflamaciones”.

El tratamiento de la disfagia varía según su gravedad y causa. Para los casos leves o moderados, las terapias de deglución, lideradas por logopedas, incluyen ejercicios que fortalecen los músculos implicados y técnicas para facilitar el paso de los alimentos. También se pueden recomendar modificaciones en la dieta, como texturas adaptadas y líquidos espesos.

En situaciones más complejas, pueden ser necesarias intervenciones quirúrgicas o endoscópicas. Entre las opciones avanzadas, el especialista menciona la dilatación esofágica y la miotomía endoscópica peroral (POEMS), utilizadas especialmente en pacientes con acalasia. Además, tecnologías innovadoras como la estimulación neuromuscular están mostrando resultados prometedores, especialmente en la disfagia orofaríngea.

Una llamada a la atención integral

La disfagia es más que una dificultad para tragar; es una condición que exige un abordaje integral para evitar que las complicaciones se conviertan en una carga insuperable para los pacientes y sus familias. La combinación de diagnóstico temprano, tratamiento personalizado y avances tecnológicos permite que cada vez más personas puedan recuperar una parte esencial de su vida: alimentación, el disfrute de los alimentos, y la tranquilidad de hacerlo sin miedo.

Doctor Alejandro Hernández Camba.

 



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