Por Julia Porras
19 de mayo de 2023Las cifras asustan. Según datos del estudio PASOS 2022, coordinado por la Gasol Foundation, uno de cada tres niños en España de entre 8 y 16 años vive con obesidad (11,8%) o sobrepeso (21,6%). La obesidad es la enfermedad crónica más prevalente en la infancia y adolescencia en España. Con motivo del Día Europeo contra la Obesidad, que se celebra cada año el tercer sábado de mayo, el Comité de Nutrición y Lactancia Materna (CNYLM) y el Comité de Promoción de la Salud (CPS), de la Asociación Española de Pediatría (AEP), advierten de que la grasa corporal en las edades tempranas de la vida se asocia a hipercolesterolemia, hipertensión o diabetes tipo 2, patologías con grandes repercusiones para la salud a corto, medio y largo plazo y que son, a día de hoy, la principal causa de morbilidad y de mortalidad en el mundo.
El sobrepeso y la obesidad infantil constituyen un problema de salud a nivel mundial. Los factores que determinan e influyen en su patogenia se engloban en el concepto de lo que se conoce como “ambiente obesogénico”, que se caracteriza por una alimentación no saludable, la disminución de la actividad física, el aumento de la inactividad, fundamentalmente ligada a la exposición prolongada a las pantallas, y pocas horas de sueño. “Se puede afirmar que el uso y abuso de las pantallas por parte de los menores puede ser una causa desencadenante de obesidad infantil. Y es algo alarmante porque, además, ocho de cada diez niños van a vivir con obesidad en su vida adulta”, afirma el endocrinólogo Cristóbal Morales, del Hospital Vithas Virgen Macarena de Sevilla y miembro de la Seedo, Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad.
Según los expertos, la obesidad tiene múltiples causas. Pueden ser genéticas, sociológicas, del entorno… incluso el código postal influye en que un niño tenga o no obesidad, pero “en un escenario de pandemia de obesidad infantil, de entre todas las causas cabe destacar que la inactividad física provocada por el gran número de horas que los niños pasan ante las pantallas es determinante”, explica el doctor Morales.
A esto hay que añadir el hecho de que cada vez nos alejamos más de la saludable dieta Mediterránea para acercarnos a la americana: “Nos estamos americanizando. Y se ha demostrado con estudios realizados en islas del Pacífico, donde no existía la comida basura, que, al introducirla, sus habitantes han comenzado a sufrir hipertensión, problemas vasculares y por supuesto obesidad”..
El uso de pantallas no solo conlleva al sedentarismo, que puede hacer que los niños acumulen materia grasa en su organismo, sino que además hace que los niños reciban demasiada información, y muchas veces de alimentos ultra procesados que son auténticas drogas de diseño y que se pueden querer ingerir a todas horas”, alerta el doctor Morales.
Por otro lado, el uso de las pantallas por la noche, o cerca de la hora de dormir, puede alterar el sueño y reducir su calidad, lo que provoca menor rendimiento y una mayor tendencia a engordar porque provoca cambios en el metabolismo. Por todas estas razones es importante “alertar del impacto que tiene en la obesidad infantil el uso de las pantallas”, explica el doctor Morales.
En casa es importante que, además de mantener una dieta saludable, también intentemos que los niños hagan ejercicio al aire libre y que no vean su sueño alterado por el uso de pantallas. Por otro lado, está el tema de que los niños nos imitan. “Si nuestros hijos nos ven todo el día con el móvil, es complicado que podamos regañarles por usarlo ellos. Es como si quieres que un niño lea libros, pero nunca te ve coger uno”, concluye el doctor.
La solución a esta cuestión, que tiene visos de convertirse en un problema de salud pública, pasa por inculcar hábitos saludables desde el minuto uno de la vida de un niño. Desde la pediatría de la Atención Primaria y organismos como la Seedo, se reconoce que desde la administración se han dado pasos por el camino correcto hacia la erradicación de esta enfermedad, pero “todavía falta que se entienda que la obesidad no es un problema estético, sino un problema de salud grave y complejo, por eso es necesario un gran plan nacional cuyos objetivos sean la prevención, el diagnóstico y el tratamiento”, concluye el doctor Morales.