Por Julia Porras
21 de abril de 2023El gobierno portugués aprobó, el pasado jueves, el fin del uso de la mascarilla obligatoria en centros sanitarios, residencias de ancianos y servicios de apoyo a personas mayores, con discapacidad o vulnerables. Esta medida era la última a tomar en un país donde ya no existe obligatoriedad en ningún sitio cerrado, ni siquiera en farmacias. “Hemos considerado que la evolución de la situación epidemiológica ya no hace el uso de la mascarilla imprescindible”, apuntó el gobierno de Antonio Costa.
En España, las cosas son diferentes. A pesar de que se retiró el pasado 8 de febrero la obligatoriedad de su uso en interiores y en espacios cerrados, “las mascarillas siguen siendo obligatorias en los centros y servicios sanitarios, en las farmacias y para las personas que trabajan y visitan los centros sociosanitarios”, según información de la Moncloa. En esta misma línea, desde el Ministerio de Sanidad aclaran para Medicina Responsable que “en España la posición es que se debe de tratar de usar las mascarillas en centros y servicios sanitarios como norma general, independientemente de que haya Covid o no, y que a partir de ahí se pueden hacer excepciones o valorar situaciones particulares”. En todo caso, “para la toma de decisiones, la Ponencia de Alertas tiene claro que primero debe primar el beneficio para los pacientes”.
Desde el otro lado, sobre todo de el de los farmacéuticos, la situación es de hartazgo. Así lo remarca el dueño de una farmacia de Coslada, municipio de Madrid, que no entiende por qué las mascarillas se han retirado de todos los espacios cerrados “y no de las farmacias, si al final la gente que entra en ellas con algún síntoma o enfermedad también entra en otro tipo de establecimientos, con lo que es la misma situación”.
Miguel Ángel Yuste, farmacéutico de una farmacia del centro de Madrid se hace una pregunta que empieza a ser muy común entre el sector farmacéutico: “¿A quién protegen ya las mascarillas, al enfermo o al profesional de farmacia o de un hospital?” Según Yuste, si los trabajadores sanitarios salimos a la calle sin mascarilla, vamos en transporte público sin mascarilla, ¿de qué sirve que la tengamos en la farmacia”.
Desde el punto de vista de los facultativos, la opinión es otra. Pedro Gargantilla, director médico de Medicina Responsable y médico internista en el Hospital del Escorial, cree que “es una medida garantista con la que se pretende salvaguardar la salud de los pacientes más vulnerables, y en centros de salud, farmacias y hospitales es donde suelen estar estas personas. Es casi una medida altruista para protegerlos”.
Por su parte el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, ha declarado en una comparecencia que, “aunque el virus sigue presente, es menos letal y podríamos hablar ya de una enfermedad endémica”. Por lo que el uso obligatorio de las mascarillas “debería enfocarse a los muy vulnerables y en los hospitales y centros de salud debería usarse de forma adecuada en situaciones contempladas en los protocolos prepandemia”.