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Cinco años del primer caso de Covid en España: la lección que hemos aprendido

Más de 120.000 fallecidos, una crisis sanitaria sin precedentes y un impacto que aún prevalece en la sociedad

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Cinco años del primer caso de Covid en España: la lección que hemos aprendido
Freepick

Por Sergio Díaz

31 de enero de 2025

El 31 de enero de 2020, España confirmaba su primer caso de Covid. Un turista alemán que se encontraba en La Gomera dio positivo por un virus que, en aquel momento, aún parecía una amenaza lejana. Nadie imaginaba entonces que, en pocos meses, el país entero viviría confinamientos, hospitales colapsados y una transformación total de la vida cotidiana. Cinco años después, la pandemia ha dejado más de 120.000 muertes en nuestro país, millones de contagios y secuelas tanto sanitarias como económicas y psicológicas que aún perduran.

2020: el año que lo cambió todo

Las primeras semanas de la pandemia en España fueron de incertidumbre. Aunque había casos en distintos países, muchos pensaban que el virus no tendría un gran impacto en Europa. Sin embargo, la situación cambió drásticamente a finales de febrero, cuando se detectaron los primeros contagios locales.

El 3 de marzo se confirmó la primera muerte por Covid en Valencia, aunque ocurrió semanas antes, el 13 de febrero. A partir de ese momento, los contagios se multiplicaron y el 14 de marzo el Gobierno decretó el estado de alarma, imponiendo un confinamiento total de la población. Durante semanas, las calles de España estuvieron vacías, las actividades no esenciales se paralizaron y los hospitales se llenaron de pacientes con síntomas graves.

El 2 de abril de 2020 marcó el día más trágico de la pandemia en España, cuando se registraron 950 fallecidos en solo 24 horas. La presión sobre el sistema sanitario fue inmensa, con hospitales desbordados, personal médico agotado y unidades de cuidados intensivos al límite. Muchos enfermos murieron en soledad, sin poder despedirse de sus familias.

A medida que avanzaban los meses, la población se acostumbró a nuevas normas: mascarillas obligatorias, distanciamiento social y pruebas PCR para detectar contagios, y no fue hasta el mes de mayo cuando comenzó la desescalada, con medidas graduales para recuperar cierta normalidad. Sin embargo, el virus seguía presente y España sufrió varias olas de rebrotes que llevaron a nuevas restricciones.

El impacto sanitario, social y económico

La pandemia no solo dejó una crisis sanitaria, que puso en jaque le Sistema Nacional de Salud y a sus profesionales, sino que también sacudió la economía y la sociedad. Muchas empresas tuvieron que cerrar, el turismo sufrió un desplome histórico y el desempleo se disparó. Pata intentar paliar este desastre económico, el Gobierno lanzó medidas como los ERTE (Expedientes de Regulación Temporal de Empleo) para evitar despidos masivos, pero la recuperación fue lenta.

En el plano social, la pandemia alteró la forma en la que nos relacionamos. Se cancelaron eventos, se prohibieron reuniones y muchas personas pasaron meses sin ver a sus seres queridos. La salud mental también se vio gravemente afectada, con un aumento de la ansiedad, la depresión y los problemas emocionales derivados del aislamiento y la incertidumbre.

La llegada de la vacuna: un rayo de esperanza

El 27 de diciembre de 2020, Araceli Hidalgo, una mujer de 96 años residente en Guadalajara, se convirtió en la primera persona vacunada contra el Covid en España. Fue un momento simbólico que marcó el inicio de la lucha contra el virus a través de la inmunización. A lo largo de 2021, la vacunación masiva permitió reducir la gravedad de los contagios y evitar miles de muertes.

El desarrollo de las vacunas de ARNm representa uno de los mayores avances científicos recientes. Según apunta Pedro Gargantilla, doctor y director Médico de Medicina Responsable, esta tecnología, que llevaba décadas en desarrollo, encontró en la pandemia el impulso necesario para su implementación masiva. Hoy sabemos que esta plataforma no solo es útil para la Covid, sino que abre nuevas posibilidades para el tratamiento de otras enfermedades, incluyendo algunos tipos de cáncer. “La velocidad en el desarrollo de tratamientos y vacunas también nos enseñó la importancia de la flexibilidad regulatoria sin comprometer la seguridad. Los procesos de aprobación de emergencia demostraron que es posible acelerar ciertos trámites administrativos manteniendo los estándares de seguridad y eficacia”, asegura el doctor Gargantilla.

Aunque la pandemia no desapareció de inmediato, la vacunación permitió relajar las restricciones y, finalmente, en mayo de 2023, la OMS declaró el fin de la emergencia sanitaria global. Sin embargo, la Covid sigue presente y, aunque ya no colapsa hospitales, continúa afectando a miles de personas con síntomas persistentes.

¿Qué hemos aprendido?

Para el doctor Gargantilla, una de las primeras y más cruciales lecciones que nos dejó la pandemia fue la necesidad de contar con sistemas de alerta temprana más eficientes. Los países que habían experimentado anteriormente epidemias como el Síndrome Agudo Respiratorio Severo (SARS), especialmente en Asia, respondieron con mayor rapidez y eficacia. Esta experiencia previa les permitió activar protocolos de contención que resultaron fundamentales en las primeras semanas de la crisis. El doctor confirma que la telemedicina, que llevaba años intentando establecerse, se convirtió en una necesidad durante el confinamiento. “Esta experiencia demostró que muchas consultas pueden realizarse de manera efectiva a distancia, aunque también evidencia la importancia de mantener el contacto presencial en determinadas situaciones”.

La experiencia con la Covid demuestra que las medidas básicas de higiene y prevención pueden tener un impacto significativo. El uso de mascarillas, el lavado de manos y la ventilación adecuada no solo redujeron la transmisión del coronavirus, sino que también disminuyeron la incidencia de otras enfermedades respiratorias.

La pandemia también nos obligó a prestar más atención a la salud mental. El aislamiento social, el miedo al contagio y la incertidumbre económica generaron un aumento significativo en los casos de ansiedad y depresión. Esta situación nos enseñó que la salud mental debe ser una prioridad en la planificación sanitaria, especialmente durante las crisis. “Entre las lecciones más importantes está la necesidad de mantener sistemas de salud robustos y flexibles, capaces de responder a crisis inesperadas. La inversión en investigación, la formación continua del personal sanitario y el mantenimiento de reservas estratégicas de material médico son elementos que deben formar parte de la planificación sanitaria regular”, afirma el doctor. 

Por último, el doctor Gargantilla asegura que entre las lecciones más importantes está la necesidad de mantener sistemas de salud robustos y flexibles, capaces de responder a crisis inesperadas. “La inversión en investigación, la formación continua del personal sanitario y el mantenimiento de reservas estratégicas de material médico son elementos que deben formar parte de la planificación sanitaria regular”.

El desafío ahora es no olvidar estas lecciones y utilizarlas para construir sistemas de salud más fuertes y sociedades mejor preparadas para futuras crisis sanitarias. La pregunta no es si habrá otra pandemia, sino cuándo ocurrirá y cómo de bien preparados estaremos para enfrentarla.



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