Médicos extracomunitarios, ¿la solución para cubrir las plazas MIR de medicina de familia?

Medicina familiar y comunitaria ha sido la única especialidad MIR que ha terminado con plazas sin adjudicar. En total 202 plazas que, mediante la convocatoria de adjudicación extraordinaria para MIR que no escogiesen plaza y extracomunitarios, el Ministerio de Sanidad espera que se consigan cubrir. Esto ya ocurrió en la elección de 2022, cuando sobraron 218 plazas y el Ministerio tuvo que modificar la orden ministerial para hacer una segunda vuelta y completar las vacantes. Aun así, 93 quedaron desiertas. Este año, ya se preveía que volvería a ocurrir, por ello, para esta última elección de plazas MIR se contempló en el Real Decreto de especialidades del 5 de julio “la posibilidad de que se haga una segunda vuelta”, explica Sheila Justo, presidenta del sector de médicos jóvenes y MIR, de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Amyts). Sin embargo, para Justo, a largo plazo, las plazas ocupadas por médicos extracomunitarios no son una solución a los problemas de esta especialidad ya que, “al no tener permiso de trabajo en España, en principio vienen por un acuerdo de cooperación internacional con el fin de formarse y volver a su país de origen”. 

El requisito para escoger plaza en esta segunda convocatoria extraordinaria es, principalmente, haber aprobado. De acuerdo con Justo, “dentro del examen MIR, todos los aprobados pueden elegir plaza, sin embargo, los extracomunitarios tienen un límite. El Real Decreto de especialidades especifica que este cupo tiene un máximo del 10%, pero esto se fija en cada convocatoria”. En la última, el máximo se fijó en el 6%, agotándose todas las plazas para este cupo. Además, también se ha bajado la nota de corte del examen de un 35% a un 25%. En la convocatoria de adjudicación extraordinaria, abierta por el Ministerio para cubrir las plazas vacías, se completará el cupo de extracomunitarios hasta alcanzar el 10% máximo. 

La cuestión radica en que estos profesionales vienen a España mediante acuerdos de cooperación internacional, pero no poseen la residencia ni el permiso de trabajo necesario para quedarse en nuestro país. Es decir, el objetivo del acuerdo es que, al terminar la formación, regresen a su país de origen y se lleven consigo los conocimientos y técnicas aprendidas. 

Sin solución a largo plazo 

“Esta es la base del acuerdo de cooperación. No se puede contratar a estas personas principalmente porque no tienen el permiso de residencia y, además, otro de los requisitos es tener la nacionalidad española”, explica la doctora Justo, que además que, “en Madrid, se ha aplicado una excepción incluida en la Ley Ómnibus con la intención de poder tener mayor número de profesionales, al no exigir la nacionalidad”. Esta norma regional exime del requisito de la nacionalidad española en aquellos casos en los que la titulación requerida sea una especialidad médica deficitaria. Sin embargo, en esta ocasión, las plazas que han quedado libres de medicina de familia no se encuentran en esta región, que ha agotado todas sus vacantes. Castilla y León, Navarra, La Rioja, Cataluña, Galicia, Asturias, Cantabria y Extremadura son las comunidades autónomas donde han quedado plazas vacías. 

De acuerdo con Justo, a largo plazo, la incorporación de extracomunitarios no es ninguna solución, ya que, teoricamente, tendrán que irse en algún momento. Además, la excepción aplicada por Madrid “solo refleja la falta de planificación y reverbera en la precariedad laboral porque lo que se pretende con esta medida es que, a pesar de que haya fuga de profesionales, se pueda contratar a otros que podrían aceptar determinadas condiciones laborales”. 

Homologar el título en España

Otra de las cuestiones a tener en cuenta es que “un título de especialista, válido en el país de origen del médico extracomunitario, no es posible homologarlo directamente en España”, explican fuentes de la Organización Médica Colegial (CGCOM). Es necesario homologar, primero, el título de médico y después el de especialista. Las competencias están diferenciadas y en el Ministerio de Sanidad se exigen requisitos básicos relacionados con cada especialidad y, como requisito previo para su reconocimiento en España, un período mínimo de programa formativo en el país de origen. 

---