Los riesgos de las autobajas en un país con un alto absentismo laboral

El nuevo Plan de Atención Primaria para el período 2025-27 presentado por la ministra de Sanidad el pasado lunes incluye diversas medidas cuyo objetivo es avanzar en una de las reclamaciones históricas por parte de los médicos de familia: la desburocratización de sus agendas. El objetivo, según Mónica García, es “garantizar que el tiempo de nuestros profesionales se dedique a labores asistenciales de tratamiento, diagnóstico y prevención, frente hasta el 30% del tiempo que dedican a labores burocráticas”.

Una de las medidas que más controversias ha suscitado es la autoprescripción de bajas laborales, más conocida como “autobajas”, y que permitiría a los trabajadores justificar ellos mismos ausencias de hasta tres días mediante una declaración responsable. De esta forma, se dotaría a los profesionales, según la ministra, “de más tiempo y recursos para atender a los pacientes”.

Aunque algunas sociedades de médicos de familia como Semergen celebran esta medida porque ayudaría a “suprimir cierta cantidad de demanda asistencial”, sindicatos, empresarios o directivos de Recursos Humanos no la ven con tan buenos ojos, y más teniendo en cuenta que España es uno de los países europeos con mayor ratio de absentismo laboral, según el informe “La disparidad entre los ocupados y las horas trabajadas en España”, publicado por CaixaBank Research. De hecho, el último estudio sobre absentismo y siniestralidad laboral elaborado por The Adecco Group Institute apunta que, en el segundo trimestre de 2024, la tasa de absentismo en España fue del 6,9%, mientras que la tasa de ausencia al trabajo por incapacidad temporal (IT), del 5.5%.

Puerta abierta a la “picaresca”

Para los empresarios, esta medida presentada por Sanidad da pie a “picarescas” que perjudican a las empresas, y especialmente a las pymes, por su reducido tamaño. Así lo apuntan asociaciones como Pimem (Federación de la Pequeña y Mediana Empresa de Mallorca), que denuncia que “falta una cobertura legal que proteja al empresario. Necesitamos mecanismos para poder pedir los motivos de la ausencia de un trabajador porque esto afecta a la organización, a una posible contratación y, en consecuencia, a la productividad”. De acuerdo con este organismo, la medida no tiene en cuenta que, ante posibles “casos fraudulentos, será la empresa la que tendrá que hacerse cargo de los gastos”.

En esta misma línea se expresan los directivos de Recursos Humanos. Tal y como declaraba a Medicina Responsable Cristina Saura, miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española de Directores de Recursos Humanos (AEDRH), “a corto plazo, la consecuencia más inmediata de esta medida sería un aumento del absentismo”. Desde dicha organización se muestran preocupados por cómo pueda afectar a los niveles de productividad y los beneficios económicos de las empresas. Además, Saura advertía del riesgo de que “paguen justos por pecadores” y consideraba que es una medida que “no se ha analizado en profundidad”. 

Para los directivos de Recursos Humanos la medida puede tener, además, efectos de desigualdad ya que los tres primeros días de baja no hay una dotación económica establecida por ley y depende de los convenios colectivos. Por ello, consideran “muy peligroso” su implementación por la ambigüedad y la inseguridad jurídica que podría acarrear. “Habrá gente que se aproveche de que haya más protección, frente a quien realmente lo necesita”.

El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, también criticó en su momento la propuesta, durante un almuerzo informativo organizado por el Club Siglo XXI, afirmando que "las empresas tienen derecho a que haya un control porque en España el absentismo es mucho más mayor que en otros países”. Para Garamendi, es totalmente “incoherente que se diga que no nos automediquemos y, en cambio, cada persona sí puede decidir si necesita una baja médica”.

La experiencia europea

La medida propuesta por Sanidad no es algo nuevo. Además de que fue adoptada en España durante la pandemia para evitar el contagio de la Covid-19 en los centros sanitarios, otros países como Alemania, Suecia, Reino Unido o Portugal, ya lo han implantado. En el país germánico, los trabajadores pueden faltar tres días al trabajo sin una baja médica oficial en caso de enfermedades leves, aunque es imprescindible avisar a la empresa. Además, durante esos tres días, el enfermo debe haber acudido al médico y que esa visita conste en el sistema. Por su parte, en Suecia, los empleados pueden ausentarse hasta cinco días sin presentar un certificado médico, y a partir del octavo, será necesaria la baja laboral.  

Portugal ha sido uno de los últimos países que han incorporado esta medida, permitiendo a cualquier trabajador enfermo solicitar una autodeclaración de enfermedad, un documento firmado por él mismo bajo juramento que permite faltar al trabajo durante un máximo de tres días y sólo dos veces al año. 

 

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