Por Juan García
13 de agosto de 2024El cirujano coruñés Diego González Rivas lleva más de una década trabajando para ver hecho realidad uno de sus sueños: llevar la medicina más puntera del mundo a lugares desfavorecidos. Para ello, a través de la fundación que lleva su nombre, ha creado una unidad móvil dotada con la más alta tecnología quirúrgica que acaba de convertirse en la primera en el mundo en realizar cirugías mínimamente invasivas en este tráiler convertido en quirófano.
Este logro inaudito en la medicina se ha llevado a cabo en la ciudad de Accra, en Ghana, donde el equipo sanitario que lidera González Rivas ha comenzado su ruta con el quirófano “a cuestas” para visitar a continuación el país vecino de Togo. Así, el cirujano galardonado con el Premio Latido 2024 a la Excelencia, da cumplimiento a su proyecto que antes de comenzar el verano tuvo que ser retrasado por problemas de logística.
Tras esta hazaña, el doctor ha expresado su satisfacción por haberlo conseguido “a pesar de todas las dificultades” y se ha mostrado agradecido con “todos los que han trabajado en este proyecto que abre un nuevo capítulo en la historia de la medicina”.
El cirujano ha mostrado a Medicina Responsable el dispositivo que ha permitido ya a varios pacientes ghaneses beneficiarse de la técnica de cirugía torácica mínimamente invasiva Uniportal VATS (con videoasistencia), desarrollada de forma pionera por su equipo. Uno de ellos ha sido intervenido con éxito de aspergiloma, una enfermedad infecciosa del pulmón, gracias a este avanzado procedimiento de cirugía torácica. Esta intervención permite operar el tórax con una sola incisión recudiendo la agresividad de los procedimientos existentes. Así, se consigue “operar el pulmón, que es lo que más hacemos los cirujanos torácicos, mediante una sola incisión sin abrir, haciendo el menor daño posible”, explica el cirujano.
El objetivo de este proyecto de la Fundación Diego González Rivas es llevar las técnicas quirúrgicas más avanzadas a lugares en vías de desarrollo donde los recursos médicos son escasos. “Ese ha sido mi empeño y mi ímpetu en los últimos años: viajar por los lugares más recónditos del planeta para que se puedan beneficiar y para ofrecer la menor agresión quirúrgica al paciente con un problema pulmonar”.
Las cifras del doctor hablan por sí solas: más de 9.000 pacientes intervenidos en 134 países. Con el ímpetu de su trabajo y la vocación incansable de llevar la medicina a quienes más lo necesitan, el ganador del Premio Latido aspira a seguir alcanzando nuevos logros con su fundación.