La ONU alerta sobre el aumento del consumo de drogas en el mundo y sus consecuencias

13,2 millones de personas en todo el mundo consumieron drogas en el año 2021, un 18% más que en 2019 y un 23% más que en la década anterior. Esta es una de las principales conclusiones del Informe Mundial sobre Drogas 2023, que cada dos años publica la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDC), y en el que se analiza el consumo de sustancias ilícitas a nivel mundial, el mercado de las drogas, el narcotráfico y el impacto en la salud. 

“Estamos siendo testigos de un aumento continuo en el número de personas que sufren trastornos por consumo de drogas en todo el mundo, mientras que el tratamiento no llega a todos los que lo necesitan”, ha subrayado la directora ejecutiva de ONUDC, Ghada Waly, en relación con los hallazgos del informe.

El consumo de drogas afecta directamente a la salud pública. Al haber incrementado el consumo mundial, también lo ha hecho el número de personas que sufren trastornos, disparándose hasta los 39,5 millones de personas afectadas, un 45% más que hace 10 años. 

Atendiendo a las diferencias por sexo, de acuerdo con el informe, del total de los consumidores de opiáceos, un 75% son hombres frente al 25% de mujeres y de cocaína, el 73% son hombres y el 27% mujeres. Por su parte, el cannabis es consumido en un 70% por hombres y en un 30% por mujeres, mientras que el éxtasis por un 62% de hombres y un 38% de mujeres. En el caso de las anfetaminas y los opioides farmacéuticos las cifras se igualan: el primero se divide en un 55% de hombres y 45% de mujeres y el segundo por un 53% y un 47%, respectivamente. 

Drogas sintéticas y psicodélicas

La producción barata, rápida y sencilla de las drogas sintéticas, en comparación con otro tipo de sustancias, ha transformado el mercado radicalmente. La metanfetamina es la droga sintética dominante en el mundo, sin embargo, el fentanilo, o “droga zombie”, ya no es un desconocido para la población. De hecho, el informe alerta de que está causando graves problemas de salud en América del Norte, donde en 2021 fallecieron 90.000 personas por sobredosis de esta droga. 

Este informe también destaca que el uso de drogas controladas, como los psicodélicos, para tratar problemas de salud y ciertos trastornos, va en aumento y, por ello, requiere que se le preste especial atención, ya que “el ritmo acelerado de los desarrollos científicos podría poner en peligro los esfuerzos de las políticas que anteponen las preocupaciones de salud pública a los intereses comerciales”, indican en el documento. “Sin marcos bien diseñados y adecuadamente investigados, puede haber muy poco acceso para aquellos que necesitan tratamiento, causando que recurran a mercados ilegales o, por el contrario, que los psicodélicos pueden desviarse para usos no médicos”.

Desigualdades en el tratamiento 

La demanda de tratamientos para los trastornos relacionados con las drogas sigue sin satisfacerse por completo, según el informe. Solo una de cada cinco personas con este tipo de trastornos estaba en tratamiento por consumo de drogas en 2021, con disparidades cada vez mayores en el acceso al tratamiento en todas las regiones. “La salud pública, la prevención y el acceso a los servicios de tratamiento deben ser priorizados en todo el mundo o los desafíos relacionados con las drogas dejarán atrás a más personas”, argumenta el informe. También señala que existen grandes desigualdades en el acceso y disponibilidad de medicamentos para uso médico, en concreto para aquellos usados para paliar el dolor. Alrededor del 86% de la población mundial vive en países con muy poco acceso a los opioides farmacéuticos, principalmente países de ingresos bajos y medianos. En el informe destacan concretamente que las zonas remotas de la triple frontera entre Brasil, Colombia y Perú sufren particularmente dificultades para beneficiarse de los servicios de tratamiento, los recursos o el estado de derecho.

“Debemos intensificar las respuestas contra las redes de tráfico de drogas que se aprovechan de los conflictos y las crisis mundiales para expandir el cultivo y la producción de drogas ilícitas, especialmente de drogas sintéticas, causando un mayor daño a las personas y las comunidades”, concluye la directora ejecutiva de ONUDC.

 

---