Por Medicina Responsable
25 de septiembre de 2025En España, el 78,5% de las mujeres de entre 15 y 49 años usa algún método anticonceptivo. Un elevado porcentaje que llama la atención, teniendo en cuenta que en nuestro país un tercio de los embarazos no son planificados.
Entre las técnicas que más se emplean, se encuentran la píldora y el preservativo, seguidos de los dispositivos intrauterinos (DIU), las inyecciones y los implantes anticonceptivos. En cambio, los reversibles de larga duración (LARC), aun siendo los de mayor eficacia, son los menos utilizados por las mujeres en edad fértil, concretamente, sólo lo emplea el 10,5%.
El porqué de la baja preferencia de estos últimos está reflejado en el informe “Eliminación de obstáculos: políticas para mejorar el acceso a los anticonceptivos reversibles de larga duración (LARC)”, encargado por Organon y basado en la investigación independiente de la consultora Charles River Associates (CRA).
Según este documento, la respuesta puede estar en el acceso, en la educación sexual de las mujeres, en la formación de los profesionales sanitarios y en las diferencias regionales de priorización y financiación de cada tipo de anticonceptivo.
La doctora Isabel Lahoz, ginecóloga, miembro del consejo de administración de la Sociedad Española de Contracepción y coautora del informe completo y del capítulo dedicado a España, ha explicado que muchas mujeres desconocen la existencia de estos métodos o no saben cómo acceder a ellos. “A veces, incluso teniendo información, se encuentran con barreras administrativas, económicas o simplemente falta de profesionales sanitarios preparados para colocarlos. Pero ahora, tras el trabajo de identificación de las barreras, creemos que podemos trabajar para reducirlas y poder ayudar a que cada mujer utilice el método más adecuado en cada momento de su vida”, ha manifestado.
Los autores del trabajo destacan que la educación sexual debe ser uno de los principales retos, ya que muchas jóvenes reciben información incompleta o recurren a internet y redes sociales, donde la desinformación es habitual. “En las consultas nos encontramos con chicas que llegan llenas de dudas o con ideas equivocadas sobre anticoncepción, porque lo han visto en redes o se lo han contado amigas. Es fundamental que las jóvenes entiendan que pueden hablar con los profesionales sanitarios sobre anticoncepción y, por otra part,e que puedan encontrar información fiable y rigurosa, respaldada por instituciones públicas o sociedades científicas”, ha señalado la doctora Lahoz.
Los profesionales también insisten en la formación de los profesionales sanitarios para poder recetar o colocar este tipo de métodos de larga duración, ya que, en la actualidad, . no todos cuentan con la capacitación necesaria para colocar o retirar un DIU o un implante, y en algunos casos, deben buscar formación fuera de su horario laboral o incluso asumir su coste. “Es desalentador saber que, dependiendo de la región en la que vivas, puede ser mucho más difícil acceder a un LARC simplemente porque no hay profesionales que tengan esta formación o por cómo se distribuyen los recursos de salud pública”, ha comentado la ginecóloga.
En España, algunas comunidades autónomas han implementado estrategias y financiación específicas para mejorar el acceso a esta opción anticonceptiva, mientras que otras no han avanzado al mismo ritmo. Según el informe, en Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura, las mujeres pueden enfrentarse a más obstáculos para conseguir un LARC, tanto por falta de recursos como por la ausencia de una estrategia clara. Además, en algunas comunidades, para colocarse un DIU o un implante, primero hay que acudir al médico de cabecera y luego esperar la derivación al ginecólogo, lo que puede llevar en algunos casos hasta varios meses de espera. Frente a esta barrera, los autores del documento señalan que “debe haber oportunidades suficientes para que las mujeres reciban asistencia anticonceptiva, asesoramiento sobre salud sexual, prescripción y colocación de LARC (si es el método elegido) en una sola cita, con el fin de eliminar las dificultades y los retrasos, y recibir el consejo anticonceptivo por parte de profesionales sanitarios capacitados para realizar el proceso completo”, ha añadido la coautora del informe.
Finalmente, el factor económico es otra de las barreras identificadas en el informe. En algunas comunidades, los LARC cuentan con financiación pública total, en otras es parcial y hay un tercer grupo de regiones en las que es necesario pasar por trámites y justificaciones adicionales para poder acceder a la financiación pública. “Nadie debería tener que elegir un método solamente por su bajo coste. Las mujeres, con la ayuda de un profesional sanitario, deben poder elegir el método más adecuado para cada una de ellas, porque eso sin duda aumentará su eficacia y seguridad”, ha añadido la doctora Lahoz.
A pesar de todos estos retos, la facultativa se muestra optimista respecto al futuro y afirma que hay un cambio de mentalidad, tanto social como institucional. “Cada vez hay más conciencia de la importancia de la salud sexual y reproductiva y sobre el derecho de todas las mujeres a decidir cómo y cuándo quieren ser madres. Pero todavía queda mucho trabajo por hacer. Es imprescindible que la educación sexual sea integral y llegue a todas partes, que los profesionales estén formados y motivados, y que cualquier mujer, viva donde viva, y tenga la situación económica que tenga, pueda acceder al anticonceptivo más eficaz y seguro para ella”, concluye la doctora.