Por Virginia Delgado
30 de abril de 2025“A ver si justo hoy me voy a poner de parto con el apagón”. Esto es lo que le dijo Maitane a su marido, Pedro, el pasado lunes a las 13h. Acababan de salir de la consulta de ginecología del Hospital Materno Infantil Virgen de las Nieves de Granada para una revisión y, aunque había salido de cuentas, los monitores indicaron que el parto no era muy inminente. Pero lo fue. Al poco tiempo de llegar a casa, la joven comenzó a tener contracciones cada cinco minutos. “Habrá que ir al hospital otra vez”, le dijo riendo al futuro papá.
Una vez allí, les confirmaron que el bebé estaba a punto de nacer, pero no pudieron ir directamente a un paritorio. “Los nueve estaban ocupados y nos mandaron a planta", comenta el matrimonio a Medicina Responsable.
Ese día nacieron en el centro hospitalario granadino 16 niños. El doble de lo habitual. “Los nacimientos se duplicaron. La media de partos que hay aquí es de ocho diarios. Fue un día de mucho trabajo”, nos dice Mercedes Valverde Pareja, ginecóloga del Hospital Materno Infantil Virgen de las Nieves.
Una carga de trabajo que pudo haberse visto perjudicada por el apagón, pero no fue así. “Sabíamos que lo básico iba a funcionar y estábamos tranquilos. Además, la atención por parte del equipo médico fue absolutamente perfecta. Un anestesista nos comentó que, como no funcionaban los equipos informáticos, la carga burocrática era mucho menor y tenían más tiempo para estar con las parturientas”, subraya Maitane.
La recién estrenada mamá vio por primera vez la cara de su bebé a las 8 de la mañana del día siguiente al corte de luz nacional. Tanto ella como su marido le contarán a su pequeño, al que han llamado Asier, que el día de su nacimiento “fue muy, muy raro, algo que lo hace bonito a la vez”.
Nueve horas antes era Enzo quien venía al mundo. Sus padres, Jonathan y María Victoria, también agradecieron el cariño de los profesionales durante el alumbramiento del pequeño que vino acompañado de algún que otro susto. “Tuvimos una matrona que fue increíble, se llama Gracia. Su profesionalidad hizo que no notáramos el apagón. Al igual que sus compañeros, desde los supervisores hasta los empleados del rango más bajo, tuvieron mucho tacto y fueron muy dulces”, nos cuenta el padre.
Ni esta pareja ni las otras 15 que estaban esperando a sus bebés en el hospital granadino se percataron del corte de luz hasta pasados bastantes minutos, cuando se empezó a escuchar la noticia por los pasillos y comprobaron que no tenían conexión telefónica. El generador del Hospital Materno Infantil Virgen de las Nieves saltó a los pocos segundos. “Lo único diferente fue la comunicación con los familiares. Los nuestros estaban en la puerta y allí estuvieron durante horas y hasta la noche, cuando pudieron entrar en la sala de urgencias. Pude avisarles de la llegada del bebé dos horas después del nacimiento”, manifiesta Jonathan.
Una falta de comunicación que, lejos de ser perjudicial, favoreció a los papás. “El no estar pendientes de informar a sus familias sobre cómo va el proceso les ayudó a meterse más en el parto, de vivirlo, de disfrutarlo. Pudieron concentrarse muy bien, con bastante calma y serenidad. Eso se sumó a que no notaron absolutamente nada anormal y comprobaron que todo funcionaba perfectamente”, declara Maite Rivas, subdirectora de Enfermería del Hospital Materno Infantil Virgen de las Nieves, a Medicina Responsable.
La serenidad también se vivió entre los profesionales sanitarios. Una vez más, y al igual que sus compañeros del resto de los hospitales españoles, “dieron el do de pecho”- como dice Maite- durante aquel día tan excepcional. “Se vio esa capacidad de los médicos y enfermeras para responder y adaptarse a cada momento, con cercanía y transmitiendo tranquilidad a las familias. Felicito a todo el equipo del materno-infantil. Muchos compañeros, que habían terminado su turno, se quedaron a apoyar. Hay que poner en valor su solidaridad. La unidad de todos (ginecólogos, matronas, anestesistas, supervisores de guardia) se fortaleció. Cada uno de ellos arrimó el hombro”, subraya Rivas.
La subdirectora de Enfermería del hospital granadino también destaca la “gran labor” que hizo la directora gerente del centro hospitalario de Granada, María Ángeles García Rescalvo. “En cuanto saltó la incidencia, convocó a todos los cargos directivos para coordinarles y dar instrucciones claras. Activó el plan de contingencia. Su papel fue fundamental y su liderazgo, ejemplar. Supo mantener la cohesión de equipo y coordinar las actuaciones con claridad y transparencia”, concluye.
Jonathan y María Victoria, con su bebé.