Por Lucía de Mingo
17 de mayo de 2023Un equipo de médicos de un hospital italiano, ubicado en la ciudad de Padua, ha logrado un hito para la medicina: trasplantar un corazón que había dejado de latir durante 20 minutos. “Hemos sido los primeros en el mundo en demostrar que un corazón que ha cesado toda actividad eléctrica durante 20 minutos puede usarse para un trasplante”, afirma Gino Gerosa, director de cirugía cardíaca del hospital.
El donante estaba en muerte cardiaca, es decir, su corazón había dejado de latir y también tenía daños cerebrales irreversibles. Anteriormente ya se habían realizado trasplantes de corazón de donantes, a los que se les había diagnosticado muerte cerebral, pero su corazón continuaba latiendo. De hecho, desde hace años el trasplante de corazón de un donante en paro cardiaco se autoriza solo cuando han pasado de tres a cinco minutos, tras identificar en el electrocardiograma que la actividad eléctrica del corazón ha parado. No obstante, en estos casos el corazón aún late y es el cirujano quien lo detiene para cogerlo y luego poder trasplantarlo. A este procedimiento se le conoce como cardioplejia o el cese intencional y temporal de la actividad cardiaca para que la cirugía pueda realizarse con mayor facilidad. Lo insólito de este caso es que no tuvieron que parar el corazón, sino al contrario, tuvieron que volver a ponerlo en marcha para trasplantarlo. Por ello, se ha convertido en la primera operación de estas características a nivel mundial.
El paciente que ha recibido este corazón es un hombre de 46 años que tenía una cardiopatía, es decir, un tipo de enfermedad que afecta al corazón y a los vasos sanguíneos. Cuando aún era un niño ya fue atendido por problemas cardiacos y, hasta esta intervención, que se realizó el pasado 11 de mayo, llevaba dos años esperando a un trasplante. “El paciente trasplantado ahora está pasando por el curso postoperatorio habitual. El corazón está funcionando muy bien", hace hincapié el director del departamento de cirugía cardíaca del centro hospitalario.
Durante mucho tiempo se pensó que lograr trasplantar un corazón después de que dejase de latir durante tanto tiempo iba a ser algo imposible. Sin embargo, tanto el doctor Gerosa como su equipo no lo dudaron ni un momento y, en cuanto tuvieron la autorización del Centro Nacional de Trasplantes, se lanzaron a la piscina y lo lograron a la primera.