Por Europa Press
19 de marzo de 2025Un nuevo estudio europeo revela un aumento en el consumo de estimulantes, específicamente MDMA, cocaína y anfetaminas, en 2024, mientras que la detección de cannabis en las aguas residuales ha disminuido en comparación con 2023. Además, se ha reducido la diferencia en los hábitos de consumo de drogas entre ciudades grandes y pequeñas, especialmente en el caso de la metanfetamina y el MDMA.
Estos hallazgos forman parte del mayor proyecto europeo de monitoreo del consumo de drogas ilícitas mediante análisis de aguas residuales, publicado por el grupo SCORE en colaboración con la Agencia de la Unión Europea sobre Drogas (EUDA, por sus siglas en inglés). El estudio ha batido un récord al analizar 128 ciudades europeas de 26 países (24 de la UE, además de Turquía y Noruega).
"El estudio de este año, que abarca un récord de 128 ciudades europeas, ofrece una imagen clara de un problema de drogas generalizado y complejo, con las seis sustancias detectadas en prácticamente todos los lugares. A medida que crece el potencial del análisis de aguas residuales, esperamos seguir desarrollando nuestro trabajo en este ámbito para fundamentar mejor las respuestas políticas y de salud pública", señaló Alexis Goosdeel, director ejecutivo de la EUDA.
El estudio analizó muestras diarias de aguas residuales en las zonas de captación de las plantas de tratamiento durante una semana, entre marzo y mayo de 2024. Se examinaron muestras de aguas residuales de aproximadamente 68,8 millones de personas para detectar trazas de cinco drogas estimulantes (anfetamina, cocaína, metanfetamina, MDMA/éxtasis y ketamina), así como cannabis.
A pesar de la considerable variabilidad de los resultados según la ubicación, las seis drogas ilícitas analizadas fueron detectadas en casi todas las ciudades participantes. En cuanto a los patrones de consumo, más de tres cuartas partes de las ciudades mostraron un aumento en los residuos de drogas frecuentemente asociadas con el consumo recreativo (cocaína, ketamina y MDMA) durante el fin de semana (viernes a lunes). En cambio, los residuos de anfetamina, cannabis y metanfetamina se distribuyeron de manera más uniforme a lo largo de la semana.
De las 76 ciudades con datos comparables entre 2023 y 2024, 41 reportaron un aumento en las detecciones de MDMA, 24 una disminución (principalmente en ciudades de Europa Central y la región del Báltico) y 11 se mantuvieron estables. Las mayores concentraciones de MDMA en aguas residuales se encontraron en ciudades de Bélgica, Chequia, Países Bajos y Portugal.
En los lugares donde la prevalencia es alta, esto podría indicar que el MDMA ha dejado de ser una droga de nicho o subcultural, limitada a discotecas y fiestas, y ahora es consumida por un público más amplio de jóvenes en entornos nocturnos habituales, como bares y reuniones en domicilios particulares.
Por su parte, los residuos de cocaína en aguas residuales siguen siendo más elevados en ciudades de Europa occidental y meridional, especialmente en Bélgica, Países Bajos y España, aunque también se encontraron rastros en la mayoría de las ciudades de Europa oriental, donde se siguen observando aumentos.
De las 72 ciudades que contaban con datos comparativos para 2023 y 2024, 39 informaron un incremento en los residuos de cocaína, 17 no reportaron cambios y 16 registraron una disminución. El aumento en las detecciones de cocaína es una tendencia en crecimiento desde 2016, a pesar de algunas fluctuaciones durante los confinamientos por la Covid-19. Entre las ciudades fuera de la UE participantes en el estudio -Brasil, Chile y Suiza- se registraron niveles de consumo similares a los de las ciudades europeas con las mayores concentraciones.
Finalmente, los residuos de anfetamina fueron más elevados en ciudades del norte y este de Europa, especialmente en Bélgica, Alemania, Países Bajos, Suecia y Noruega. En el sur de Europa, los niveles fueron mucho más bajos, aunque los datos recientes muestran algunos aumentos. De las 68 ciudades con datos sobre anfetaminas, 34 registraron un incremento, 14 una disminución y 20 se mantuvieron estables.
En el caso de la metanfetamina, cuyo consumo solía concentrarse en ciudades de Chequia y Eslovaquia, ahora también se detectó en ciudades de Bélgica, Croacia, el este de Alemania, España, Países Bajos, Turquía y varios países del norte de Europa, como Dinamarca, Lituania, Finlandia y Noruega.
De las 71 ciudades con datos comparativos entre 2023 y 2024, 32 reportaron un aumento en los residuos de metanfetamina, 27 una disminución y 12 se mantuvieron estables. En la mayoría de las ciudades europeas, la presencia de metanfetamina sigue siendo baja o insignificante, aunque en algunas urbes de Europa central se observaron aumentos.
En cuanto a la ketamina, los datos de 2024 analizados en 82 ciudades indicaron niveles relativamente bajos de residuos en aguas residuales municipales. De las 42 ciudades con datos comparativos, 14 reportaron un aumento, 15 se mantuvieron estables y 13 mostraron una disminución. Las mayores concentraciones de ketamina se detectaron en ciudades de Bélgica, Países Bajos, Hungría y Noruega.
Por su parte, los mayores niveles del metabolito del cannabis, THC-COOH, se encontraron en ciudades de Europa occidental y meridional, especialmente en España, Países Bajos, Noruega y Portugal. No obstante, en 2024 se observaron tendencias decrecientes: de las 51 ciudades analizadas, 25 reportaron una disminución y 13 un aumento con respecto a 2023.
En la campaña de monitoreo de 2024 participaron 18 países con dos o más ubicaciones de estudio, entre ellos Austria, Bélgica, Croacia, Chipre, Chequia, Dinamarca, Alemania, Finlandia, Italia, Lituania, Países Bajos, Noruega, Portugal, España, Eslovaquia, Eslovenia, Suecia y Turquía. En España, las ciudades incluidas en el análisis fueron Granada, Castellón, Barcelona, Lleida, Tarragona y Santiago de Compostela.