Verano y tratamiento de fertilidad, el tándem perfecto para la concepción

Un estudio de la Universidad Radboud de Nimega (Países Bajos), asegura que existe una relación entre el estrés, la ansiedad y la probabilidad de quedarse embarazada tras un tratamiento de fecundación in vitro o inseminación artificial. La investigación apunta a una producción de adrenalina en el hipotálamo del cerebro, que además del estrés, también controla el proceso de reproducción humano, al inhibir la hormona que favorece la ovulación.

Como aseguran los expertos, durante los meses veraniegos se reduce el estrés, y esto permite sobrellevar mejor la fuerte carga emocional asociada a la reproducción asistida. Joaquín Llácer, director médico de las clínicas Ginefiv, explica que “durante el verano, si se extraen los ovocitos, las posibilidades de quedarse embarazada podrían subir hasta un 30%. ¿Por qué? Porque en verano, la exposición al sol aumenta los niveles de vitamina D, lo cual puede influir en la fertilidad. Además, estar más activa y de buen humor por el clima puede contribuir a un ambiente más propicio para quedarse embarazada”.

Beneficios del verano para la concepción

No sólo la reducción del estrés y el aumento de horas de sol se relacionan con el éxito de las transferencias de embriones congelados el día de la extracción de los ovocitos, también una dieta mediterránea baja en grasas y un incremento de las horas de descanso, además del ejercicio, pueden ayudar a las parejas a conseguir el embarazo. Como explica Llácer “llevar una dieta balanceada y nutritiva para cuidar tu salud reproductiva, además de mantener una rutina activa con ejercicio influyen en la fertilidad”.

Deportes como la natación, el surf o los paseos nocturnos, disfrutar de las frutas y verduras de temporada y utilizar el tiempo libre para preparar platos sanos y saludables son algunos consejos que dan los expertos para iniciar la aventura de tener un hijo mediante reproducción asistida.

El verano es una época de tranquilidad y bienestar que lleva a hombres y mujeres a un estado de salud emocional en el que destacan el optimismo y la ilusión. Una situación fundamental a la hora de afrontar un tratamiento de reproducción asistida exitoso.

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