Por Andrea Martín
31 de julio de 2024En España, el 39% de las niñas y el 38% de los niños de siete a nueve años presentan sobrepeso y obesidad. Junto con Grecia e Italia, España registra las cifras más graves de toda Europa, según la OMS Europa, con 33 países, y la Iniciativa Europea de Vigilancia de la Obesidad Infantil (COSI).
En las últimas dos décadas, los alimentos frescos y saludables, característicos de la dieta mediterránea, han sido desplazados por opciones ricas en azúcares y ultra procesados. Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Granada con niños españoles de entre nueve y doce años, publicado en la revista Nutrients, los niños consumen a diario más del doble de azúcares añadidos de lo recomendado por la OMS.
Las principales fuentes incluyen galletas (13,3%), cacao en polvo (11,1%), yogures azucarados (9,9%) y postres lácteos (8,6%). A la cola de este ranking aparecen otros productos de consumo más ocasional como los zumos, el chocolate o las bebidas refrescantes, que ocupan la última posición.
Aunque los datos confirman que la rutina diaria es lo que marca la diferencia, es importante no descuidar los hábitos en la época estival. Por ello, expertos en nutrición y dietética de Fundación España Salud (FES), explican algunas claves para cuidar la alimentación de los más pequeños durante el verano.
- No saltarse ninguna comida. El desayuno, la comida y la cena son momentos esenciales e igual de importantes. En cada uno de ellos se puede practicar una educación nutricional adecuada, dando prioridad a los productos de temporada. En la variedad y diversidad está la clave.
- Comer en familia. Es importante inculcar buenos hábitos de alimentación desde edades tempranas y las vacaciones pueden ser un excelente momento para ponerlo en práctica con los más pequeños. Además de sentarse todos a la mesa y aprovechar para intentar probar nuevos platos, se puede cocinar con los niños, familiarizándolos con los alimentos. Eso sí, hay que evitar las pantallas; comer delante del televisor o con el teléfono móvil en la mesa no facilita un contexto de mejora de la alimentación.
- Planificar las comidas. Si los niños acuden a campamentos durante el día, es importante considerar el menú de comidas que se les ofrece en estos lugares para poder planificar adecuadamente las cenas en casa, ajustándolas en calidad y en cantidad. Esto asegura que los niños reciban una alimentación balanceada y nutritiva durante todo el día.
- Cuidar los hábitos alimenticios sin olvidarse de que el verano es tiempo de disfrutar. El verano es tiempo de disfrute y vacaciones, por lo que también es positivo flexibilizar ciertas rutinas. Pero se debe de enseñar a los niños a diferenciar entre ocasiones especiales y rutina, y a distinguir qué productos deben formar parte de su dieta diaria y cuáles pueden tener cabida en otros momentos más ocasionales de ocio, celebración, etc.