Por Medicina Responsable
2 de junio de 2025Comienza el mes de junio y con él la temporada más complicada para los estudiantes: la época de los exámenes finales y de la temida PAU (Prueba de Acceso a la Universidad). Para algunos, esto supone un pico de estrés y ansiedad, una presión añadida con la que no es fácil lidiar. Por ello, el organismo debe de estar preparado para afrontar de la mejor manera estas semanas de tantísima concentración.
Según algunos estudios, esta sobrecarga mental afecta a la flexibilidad cognitiva y a la memoria del trabajo, por lo que se hace más difícil adaptarse a nuevas situaciones y procesar información de manera eficiente, o incluso se pueden complicar actividades como la lectura, la comprensión o la resolución de problemas.
Pero no hay nada que un buen descanso y alimentación no pueda arreglar. Los expertos, en este sentido, recomiendan la respiración profunda, hidratarse correctamente, el ejercicio o los pequeños descansos entre las largas jornadas de estudio, entre otras muchas técnicas.
Como afirman algunos especialistas, nuestras neuronas pueden consumir hasta un 20% de las propiedades energéticas de los alimentos, siendo la glucosa su principal fuente. Por ello, los hidratos de carbono como cereales integrales o las frutas y verduras son perfectos aliados para mantener a nuestro cerebro saciado.
Algunos otros alimentos que podrían nutrir nuestras neuronas son los antioxidantes, las grasas saludables, la vitamina B o los ácidos grasos y omegas. Por ello, a la hora de hacer la compra, no estaría mal abrir a la cesta pescados azules (ricos en Omega-3), frutos secos y semillas como nueces y almendras (que son ricas en proteínas y mejoran el funcionamiento del cerebro) o espinacas (con vitamina E y ácido fólico).
En cuanto a la verdura, los alimentos más útiles para la memoria son aquellas de la familia de las crucíferas como las coles de Bruselas, el repollo, la coliflor o el brócoli, ya que son buena fuente de fibra. Y, respecto a la fruta, los frutos rojos se llevan la palma: fresas, grosellas, arándanos, moras y açaís son perfectos para estimular las funciones cognitivas.
Además de estos, los huevos son ricos en vitamina B6 y B12; el chocolate negro consumido con moderación es antioxidante, y los cereales como el arroz, la cebada y el trigo contienen vitaminas fundamentales para garantizar la buena salud del cerebro.
Más allá de la alimentación, cada vez son más los estudiantes que apuestan por las plantas medicinales como fieles aliadas en épocas de exámenes. Estas, dependiendo de sus propiedades, pueden ayudar a la memoria, a la relajación o al buen descanso; y, además, se encuentran fácilmente en un herbolario y pueden consumirse en aceites o infusiones.
El romero, por ejemplo, es una de ellas. Este puede mejorar las capacidades cognitivas. De hecho, un estudio realizado en la Universidad de Northumbria afirma que esta especie podría aumentar hasta en un 75% nuestras capacidades. Otra de ellas es la salvia, que incluso se prescribe a personas que padecen párkinson, alzhéimer o patologías que conducen al deterioro mental.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) apuesta, entre otras, por el ginseng, que “permite mejorar las capacidades físicas y mentales durante la fatiga, el agotamiento, los problemas de concentración y en los convalecientes”.
Por último, otro de las plantas medicinales que pueden combatir los problemas de atención y memoria es la bacopa (una pequeña planta que crece en zonas pantanosas de toda Asia, así como en América del Sur, Hawai y Florida), ya que muchos estudios han demostrado que es neuroprotectora y tiene la capacidad de potenciar la función cognitiva y ser beneficiosa para la memoria.