Por Medicina Responsable
18 de agosto de 2025En verano, el aumento de las temperaturas, las vacaciones y los viajes hacen que nuestro estilo de vida cambie. En este periodo es muy habitual caer en excesos y desequilibrios nutricionales e incluimos en nuestro menú alimentos con alto contenido en grasas, azúcar o sal, acompañados, en ocasiones, de consumo de alcohol.
Estos excesos pueden provocar la aparición de digestiones pesadas, que, aunque no suelen ser graves, pueden ser incómodas e interferir con las actividades cotidianas, por los síntomas con los que cursa, entre ellos, sensación de pesadez, estreñimiento, hinchazón o distensión abdominal, gases, eructos o flatulencias, reflujo o ardor estomacal (pirosis), náuseas leves y somnolencia o fatiga tras las comidas.
Por ello, el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos de España recuerda que existen diferentes fármacos disponibles en la farmacia comunitaria sin necesidad de receta y que están indicados para tratar síntomas específicos de las digestiones pesadas, siempre bajo el asesoramiento farmacéutico.
En este sentido, los farmacéuticos advierten del uso incorrecto del término “protector gástrico” o “protector de estómago” para referirse a los inhibidores de la bomba de protones (IBP), como el omeprazol.
Según estos, calificar a los IBP como “protectores de estómago” puede generar confusión en la población y fomentar un uso inadecuado al entenderlos de forma equivocada como una prevención general de los problemas digestivos, cuando, en realidad, los IBP evitan la hipersecreción de ácido.
Este uso indebido puede aumentar el riesgo de reacciones adversas. Por ejemplo, aunque el omeprazol suele ser bien tolerado y las reacciones adversas son generalmente leves, el empleo durante periodos prolongados de tiempo (mayores a un año) o a dosis elevadas se ha relacionado con reacciones adversas como reducción en los niveles de vitamina B12, que puede ocasionar un tipo de anemia que podría dar lugar a debilidad muscular y calambres, y la falta de calcio, que podría derivar en una osteoporosis e incremento del riesgo de fracturas.
Por tanto, desde la farmacia se insiste en utilizarlo para su indicación autorizada y siempre bajo el asesoramiento de un profesional sanitario, a la menor dosis eficaz y durante el menor tiempo posible. Además, en periodos prolongados, es recomendable hacer una reevaluación periódica de la necesidad de tratamiento, al menos, una vez al año.
En el caso del omeprazol sin prescripción médica, el tratamiento es de 20 mg una vez al día preferentemente por la mañana media hora antes del desayuno, para el tratamiento de síntomas de reflujo gastroesofágico, y con una duración máxima de 14 días. Y, si en siete días no se nota mejoría de los síntomas, habría que acudir al médico.
Al margen del tratamiento farmacológico, desde el Consejo General se hace hincapié en que, para tratar las digestiones pesadas, lo primero que hay que hacer es adoptar medidas higiénico-dietéticas enfocadas a la prevención.
Algunas de estas ellas son evitar, en la medida de lo posible, las comidas abundantes, los picantes y las salsas contundentes; hacer más comidas (4-5 al día), pero con menos cantidad, o establecer un patrón regular de ingestas. Además, entre los consejos para sortear las malas digestiones, se debe aumentar el consumo de frutas y verduras (principalmente de temporada) y de fibra; reducir el consumo de ultraprocesados y alimentos ricos en grasas, azúcares o aditivos; y evitar, a la hora de cocinar, fritos y rebozados.
Especialmente en verano, los expertos también recomiendan mantener una correcta hidratación, siendo lo recomendable ingerir de 1,5 a 2 litros de agua al día (8-10 vasos) y beber, aunque no se tenga sed.