Por Andrea Rivero
29 de septiembre de 202320,5 millones de personas mueren cada año en el mundo a causa de un ataque cardiaco, accidente cerebrovascular o insuficiencia cardiaca. Esta apabullante cifra convierte a las enfermedades cardiovasculares en la primera causa de muerte en el mundo y también lo son en España. En nuestro país más de 10 millones de personas sufren alguna patología relacionada con el corazón, de las cuales cerca de 120.000 fallecen cada año, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Estas cifras dan cuenta de la importancia de cuidar este órgano, el motor de nuestro cuerpo, porque un fallo puede afectar significativamente a la calidad de vida. A pesar de la gran importancia del corazón, las personas no lo conocen y, en muchas ocasiones, no se preocupan por cuidarlo.
El corazón está formado por tres capas: el pericardio, una especie de lámina que lo envuelve por fuera; el miocardio, que es el músculo cardiaco y el encargado de impulsar la sangre por el cuerpo mediante su contracción; y el endocardio, que es la capa fina que lo recubre por dentro. A su vez, dentro hay cuatro cavidades, dos aurículas, dos ventrículos y cuatro válvulas. Todo este perfecto entramado consigue que bombee la sangre rica en oxígeno y nutrientes a los tejidos del cuerpo a través de los vasos sanguíneos. Además, mantiene la sangre en movimiento en el cuerpo de forma unidireccional, en una especie de circuito cerrado.
Esta máquina de bombeo es el músculo que más trabaja en el cuerpo humano. El corazón late unas 115.000 veces al día, con un promedio de 80 veces por minuto, es decir, aproximadamente 42 millones de veces al año. Durante un tiempo de vida normal, el corazón humano latirá más de 3.000 millones de veces. Sin embargo, este inmenso trabajo puede verse afectado por varios factores, algunos de ellos modificables.
Los síntomas de enfermedad cardiovascular pueden ser diferentes entre los hombres y las mujeres. Estos pueden incluir, dolor de pecho (angina de pecho), falta de aire, dolor, entumecimiento, debilidad, frío en las piernas o los brazos, en el caso de que se estrechen los vasos sanguíneos de esas zona; dolor en el cuello, la mandíbula, la garganta, el abdomen superior o en la espalda.
Algunos factores de riesgo tradicionales son la edad, el sexo, los antecedentes familiares, el tabaquismo, la mala alimentación, la falta de actividad física, el consumo de alcohol, la hipertensión, la diabetes y la obesidad. Muchas formas de enfermedades del corazón pueden ser prevenidas o tratadas manteniendo un estilo de vida saludable.