Por Juan García
30 de septiembre de 2024Entre muchas personas está arraigada la creencia de que la dieta es una especie de “castigo” que obliga a llevar una alimentación con poco sabor y a renunciar a disfrutar de la comida. Para muchos, la alimentación saludable se traduce en no ir más allá de ensaladas con poco aliño, arroz cocido, verduras y pollo a la plancha sin sazonar. Sin embargo, a la hora de convertir ingredientes comunes y saludables en platos de los que disfrutar sin sentirse culpable, las especias tienen mucho que aportar.
“Pensar que solo son sabrosos los alimentos hiperbalatables (es decir, los que nos llevan a comer por puro placer en lugar de por hambre) y calóricos es un error”, señala a Medicina Responsable el nutricionista Aitor Sánchez, de Centro Aleris. Un ejemplo es la tradición culinaria que tenemos en nuestro entorno: “La mayoría de gastronomías regionales que nos rodean tienen fantásticos platos que no necesariamente son malsanos”.
Y precisamente, una de las claves del éxito de nuestra cultura mediterránea se basa en el condimento que aportan las especias que, combinadas con productos frescos y naturales, garantizan el equilibrio perfecto entre salubridad y sabor.
Entre las especias más beneficiosas, el nutricionista señala el ajo, la canela, el jengibre, la cúrcuma y la pimienta, aunque “casi todas tienen efectos antioxidantes y antiinflamatorios".
Del ajo se conocen sus propiedades antioxidantes, antibacterianas, antifúngicas y anticoagulantes, contribuyendo a diluir la sangre para prevenir la trombosis. Por su parte, el jengibre también tiene acción antioxidante y antimicrobiana, teniendo además propiedades antisépticas, expectorantes y antiinflamatorias. La cúrcuma tiene beneficios para los males de estómago, siendo utilizados parte de sus componentes para elaborar medicamentos. Contiene fibras, vitaminas, sodio, calcio, potasio, hierro y zinc, siendo un excelente tónico biliar. La pimienta también tiene propiedades expectorantes y antisépticas y contiene vitaminas, fibras y minerales.
El especialista de Centro Aleris destaca que el valor nutricional de las especias siempre va a ser superior si son frescas. “Si el jengibre o la cúrcuma están recién rallados, el producto estará menos oxidado” que si viene envasado, apunta.
Sin embargo, entre las especias también se encuentra una cuyo abuso tiene efectos nocivos más que conocidos sobre nuestra salud: la sal. Para el experto de Centro Aleris, el principal problema con este condimento es que “estamos muy habituados a grandes cantidades de sal”. Esto se debe a que “normalmente la encontramos en platos preparados y snacks que disparan nuestro umbral salado”, lo cual lleva a mucha gente a salar en exceso los platos. La solución que aporta el nutricionista pasa por sustituir esta cantidad excesiva de sal por vinagre o especias.
Otro de los sazonadores más habituales en las comidas son las especias picantes. Aunque su consumo en exceso puede dar lugar a digestiones copiosas y problemas de estómago, el nutricionista explica que su consumo moderado “nos ayuda a controlar mejor la temperatura corporal y puede activar ligeramente la quema de grasas de nuestro cuerpo, aunque "de forma muy leve”. Además, Sánchez señala que su efecto antimicrobiano ayuda a conservar los platos, motivo por el cual “se ha utilizado tradicionalmente en tantas culturas”.
A propósito del aliño tradicional de las ensaladas, compuesto por sal aceite y vinagre, Sánchez señala que se trata de una opción “perfectamente saludable y no hay motivo para cambiarlo en caso de buscar una pérdida de peso saludable”. “Si la forma tradicional nos aburre o se nos hace un poco monótona, podemos utilizar vinagretas, aliños de yogur o incluso mostaza y notaremos que le dan mucha vida a nuestras ensaladas”, añade.
Las especias han sido, desde los orígenes de la cultura culinaria, un elemento fundamental en las recetas de todo el mundo. Por ello, contar con ellas para sazonar nuestros platos sigue siendo una opción más que saludable de disfrutar de la comida sin remordimientos.