Por Andrea Martín
7 de noviembre de 2023Especialistas del grupo sanitario Ribera recuerdan la importancia de una buena higiene del sueño, ejercicio físico, una dieta sana, las relaciones sociales y las actividades intelectuales para promover la neuroplasticidad positiva, la responsable de fomentar la generación de nuevas neuronas, y aumentar así la reserva cognitiva que permite mejorar la memoria y retrasar los síntomas de enfermedades como la demencia. “Diferentes estudios demuestran que, a mayor reserva cognitiva, mayor es la resiliencia a la demencia, lo que quiere decir que las personas con mayor reserva cognitiva presentan un inicio más tardío de los síntomas de la enfermedad”, explica la especialista en Neurología del Hospital Universitario Torrejón, la doctora Pilar Alcántara.
Sobre los hábitos recomendados para prevenir patologías relacionadas con la salud mental que afectan, sobre todo, a personas de edad avanzada, María Novo, neuropsicóloga del hospital Ribera Polusa (Lugo), cree que “es altamente recomendable un estilo de vida saludable, que incluya una alimentación equilibrada, rica en productos frescos y alimentos antioxidantes, y que elimine el consumo de tóxicos como el alcohol y el tabaco”, además de realizar ejercicio con regularidad y descansar adecuadamente. “Es muy importante que, en la medida de lo posible, los pacientes mantengan sus rutinas y el contacto social y no abandonen actividades cotidianas, porque son altamente estimulantes desde el punto de vista cognitivo, sin olvidar la implicación esencial de la familia”.
En este punto, la doctora Alcántara anima a mantener un equilibrio entre la rutina y la novedad. “Por un lado, tener consistencia con los hábitos y rutinas nos permite no perder las habilidades e información aprendida; pero por otro, resulta muy beneficioso incluir nuevas informaciones y habilidades para hacer nuevas conexiones y perspectivas y favorecer nuestra reserva cognitiva”.
Para la doctora Alcántara los pasatiempos, sudokus y juegos de memoria son una opción para mejorar la atención o la memoria, “pero son actividades lineales y de dominios muy concretos, con una escasa interconexión entre las diferentes áreas del cerebro”. Por eso recomienda preferiblemente actividades de estimulación compleja, como deporte. “Con el deporte activamos y conectamos múltiples áreas: la motora y de coordinación, la visuoespacial para calcular en el espacio, la ejecutiva para planificar los movimientos, la emocional y social según nuestro estado de ánimo y relación con el entorno y el lenguaje para comunicarnos”, asegura.
Además, apuntan a la importancia de tener una estimulación cognitiva óptima y fomentar la neuroplasticidad, introduciendo en las diferentes fases de la vida “actividades que gusten y estimulen, que impliquen socialización y pongan en marcha todo el cerebro”. Entre otras, la doctora Alcántara propone aprender un idioma, tocar un instrumento, pintar, dibujar, jugar, cocinar, enseñar, bailar, cantar o un deporte, entre otras opciones. “Se puede acudir a centros especializados en estimulación cognitiva, como los centros de día o las asociaciones, para realizar talleres en grupo que trabajen todas las áreas del cerebro, o utilizar algunas aplicaciones digitales que pueden ser muy útiles para trabajar desde casa”.